Parto vaginal con fórceps

El Forceps – Conoce que es y como se usa en el parto

Publicado: 28 febrero, 2023
Actualizado: 26 abril, 2023

Una de las herramientas más importantes para dar a luz es el uso de fórceps, que tienen una larga historia de apoyo al parto seguro y eficaz de los recién nacidos. Los fórceps desempeñan un papel crucial para ayudar a garantizar que tanto la madre como el niño estén lo más seguros posible, con un mínimo de complicaciones durante el parto.

Parto con fórceps

El parto con fórceps es un método de parto que implica el uso de fórceps para ayudar a guiar la cabeza del bebé fuera del canal de parto durante el trabajo de parto. Durante este procedimiento, el obstetra inserta y sujeta dos instrumentos metálicos curvados a ambos lados de la cabeza del bebé. Los fórceps se utilizan entonces para ejercer tracción mientras los médicos maniobran con el bebé a través de las contracciones hasta que nace.

El parto con fórceps puede ser beneficioso cuando una mujer no puede expulsar a su bebé de forma natural debido al agotamiento o a la medicación que se le haya administrado para aliviar el dolor. Además, los partos con fórceps pueden utilizarse cuando hay problemas con la posición del feto o si el parto no progresa a un ritmo normal.

Aunque el uso de fórceps durante el parto tiene sus ventajas, también puede conllevar ciertos riesgos, como laceraciones y hematomas en el cuero cabelludo. En algunos casos, pueden producirse complicaciones más graves, como fracturas de cráneo y lesiones del nervio facial, debido a un uso o manipulación inadecuados por parte del personal médico.

A pesar de los posibles riesgos asociados a este procedimiento, las investigaciones muestran que menos del 5% de las mujeres que se someten a un parto con fórceps experimentan algún efecto adverso como consecuencia del mismo. Cuando se realiza correctamente y por profesionales formados, este tipo de parto ofrece una forma eficaz de garantizar el paso seguro tanto de la madre como del bebé durante el parto.

¿Qué son los fórceps?

Los fórceps son instrumentos médicos que se utilizan durante el proceso de parto para facilitar el nacimiento del bebé. Están diseñados para encajar alrededor de la cabeza del bebé y guiarlo suavemente a través del canal del parto. Los fórceps pueden utilizarse cuando la madre tiene dificultades para empujar o cuando el bebé está en peligro y necesita nacer rápidamente.

El médico determinará si los fórceps son necesarios y los introducirá con cuidado en la vagina de la madre, asegurándose de que no ejercen demasiada presión sobre la cabeza del bebé.

Una vez introducidos, se maniobrarán suavemente hasta que lleguen justo detrás del cuello del bebé, momento en el que el médico podrá utilizarlos para ayudar a guiar al bebé fuera del útero materno. Durante este proceso, un anestesista puede administrar anestesia local para que tanto la madre como el bebé puedan permanecer cómodos durante todo el procedimiento. Tras el parto, los fórceps deben retirarse con cuidado tanto de la madre como del bebé antes de limpiarlos a fondo para su uso futuro.

Causas que pueden llevar al uso del fórceps

El uso de fórceps durante el proceso de parto puede ser necesario en determinadas situaciones médicas. Los fórceps son una herramienta que se utiliza para ayudar en el parto, ya sea sujetando o maniobrando la cabeza o el cuerpo del bebé para facilitar su salida de la madre.

Hay varias causas que pueden llevar a la necesidad de utilizar fórceps durante el parto, como si hay una obstrucción en el canal del parto, si es más eficaz que la rotación manual del bebé o si ha fallado la extracción con ventosa.

Otra causa de la necesidad de utilizar fórceps podría ser si hay sufrimiento fetal debido a un parto prolongado. El parto prolongado puede producirse cuando las contracciones son demasiado débiles y se producen retrasos entre ellas que provocan una falta de oxígeno tanto en la madre como en el bebé, lo que lleva a complicaciones adicionales como sufrimiento fetal y posiblemente incluso la muerte.

En estos casos, puede ser necesario que los médicos intervengan con herramientas como el fórceps para ayudar a que el niño nazca de forma segura sin poner en peligro a ninguna de las partes implicadas.

Otras ocasiones en las que puede ser necesario el uso de fórceps son cuando una mujer experimenta una bajada de tensión relacionada con la anestesia epidural, que puede impedir las contracciones; o si hay un problema de agotamiento materno debido a trabajos de parto largos; o si falla la extracción con ventosa por cualquier motivo.

Ventajas del parto con fórceps

El parto con fórceps ofrece una serie de ventajas sobre otras opciones de parto. Una de las principales ventajas es que puede acortar el periodo de trabajo de parto y reducir las posibilidades de sufrimiento fetal. Los fórceps están diseñados para guiar suavemente al bebé a través del canal de parto, lo que ayuda a evitar traumatismos tanto a la madre como al niño durante el parto. Además, los fórceps permiten un mayor control que la extracción con ventosa, lo que reduce el riesgo de dañar el cráneo o los huesos faciales del bebé.

Además, el uso de fórceps puede ser preferible en algunos casos en los que es importante garantizar que el suministro de oxígeno llegue rápidamente al bebé tras el nacimiento. El uso de fórceps permite a los médicos extraer parcialmente al bebé antes de que su cabeza salga del canal del parto, lo que puede aumentar el suministro de oxígeno cuando sea necesario.

Esto es especialmente importante si el parto se ha prolongado y podría haber una posible falta de oxígeno durante periodos de tiempo más largos de lo previsto debido a dificultades con las contracciones o al agotamiento materno.

Por último, muchas mujeres prefieren los partos con fórceps porque no requieren intervenciones adicionales como la episiotomía -corte del tejido entre la vagina y el ano- o la cesárea. El parto con fórceps ayuda a las mujeres a evitar una intervención quirúrgica mayor, al tiempo que les permite acceder a la asistencia médica necesaria durante el trabajo de parto y el parto.

Riesgos del uso de fórceps

El uso de fórceps para dar a luz no está exento de riesgos. Uno de los principales riesgos asociados al uso de fórceps es el daño nervioso. Esto puede ocurrir cuando se aplica demasiada presión a la cabeza del bebé durante el parto, causando traumatismos y lesiones nerviosas permanentes. En algunos casos, puede provocar parálisis o desfiguración facial.

Otro riesgo del uso de fórceps durante el parto es la hemorragia debida a laceraciones causadas por el instrumento. Si se ejerce demasiada presión, pueden producirse desgarros de tejido dentro o fuera del cuerpo de la madre, con la consiguiente hemorragia excesiva que puede requerir una intervención médica posterior, como una cesárea o puntos de sutura.

Además, existen riesgos de infección si los fórceps no se esterilizan correctamente antes de su uso. En raras ocasiones, esto podría ser mortal tanto para la madre como para el niño.

También se ha informado de fracturas de cráneo provocadas por el uso inadecuado de fórceps durante el parto; estas lesiones pueden ser increíblemente graves y provocar problemas de desarrollo a largo plazo para el bebé, incluso después de recibir atención médica y terapia de rehabilitación tras el parto.

Preparación del parto con fórceps

Los fórceps son instrumentos metálicos que se utilizan para asistir en el parto de un bebé. Antes de utilizar fórceps durante un parto, deben seguirse varios pasos. En primer lugar, el médico realizará un examen interno para determinar si es seguro para el bebé y la madre proceder a un parto con fórceps.

En caso afirmativo, el médico preparará los fórceps calentándolos y lubricándolos si es necesario. A continuación, es posible que se llame a personal adicional al quirófano para que preste asistencia durante el procedimiento.

Por último, tanto la madre como el médico deben hablar sobre los riesgos asociados al uso de fórceps para poder tomar una decisión informada sobre si este método es apropiado o no para su situación particular. Los fórceps pueden ser muy útiles para dar a luz de forma segura, pero sólo deben utilizarse cuando los profesionales médicos lo consideren necesario.

Durante el proceso

Durante el proceso del parto, los fórceps se utilizan para ayudar en la rotación, flexión y descenso del bebé. La cabeza del bebé se estabiliza suavemente mediante dos palas curvadas que se ajustan a ambos lados de la cabeza del bebé.

Los fórceps deben aplicarse con cuidado y con un agarre firme pero suave. Si se hace correctamente, no se dañará ni a la madre ni al bebé durante el parto. Sin embargo, si se utilizan mal o se manipulan de forma incorrecta, existe un riesgo significativo de lesiones para ambas partes.

Por lo tanto, es importante que los médicos utilicen una técnica adecuada cuando empleen fórceps durante el parto. Además, debido a los mayores riesgos asociados con el uso de fórceps durante los procesos de parto, sólo debe realizarse cuando sea absolutamente necesario según lo determinado por un profesional médico.

Después del proceso de utilización del fórceps

Tras el proceso de uso de fórceps para dar a luz, los médicos procederán a examinar tanto a la madre como al bebé. Evaluarán el estado de ambos y vigilarán que no presenten hematomas, abrasiones u otros signos de sufrimiento.

La puntuación de Apgar del recién nacido se comprueba inmediatamente después del parto para determinar su estado. Los médicos también pueden tomar medidas adicionales para ayudar a cuidar al recién nacido, como suministrarle oxígeno suplementario si es necesario. Se pinza y corta el cordón umbilical y se vigila si hay hemorragias o problemas relacionados con su corte.

A continuación, se extrae la placenta del útero, lo que puede requerir succión adicional o extracción manual en función de las circunstancias del parto. Por último, una vez completados estos pasos, puede ser necesario suturar para reparar cualquier desgarro o laceración de la madre o el bebé que se haya producido durante el parto con fórceps.

Conclusión

En conclusión, el uso de fórceps durante el parto es una herramienta muy eficaz para garantizar un parto seguro. Al proporcionar apoyo y control adicionales a la cabeza del bebé, permite una transición al mundo más suave de lo que sería posible sin ellos.

También permite a los profesionales médicos tomar medidas correctivas cuando es necesario, así como evitar cualquier posible complicación que pueda surgir de las técnicas de parto manual. Además, las pinzas son un recurso inestimable para los partos más difíciles por su precisión y fiabilidad.

En resumen, se trata de un instrumento imprescindible para cualquier sala de maternidad o centro de partos que desee ofrecer una atención de alta calidad y garantizar resultados saludables tanto para la madre como para el bebé.

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