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Y llegó el noveno mes de embarazo!
Según tu nivel de ansiedad, el reloj podrá parecer avanzar más rápido y en otros casos será todo lo contrario, el tiempo correrá más lento y será como si el día nunca fuese a llegar. Todo lo que has atravesado hasta aquí ha hecho parte de un proceso que terminará con el alumbramiento, y ese día, lo sientas como lo sientas, está a la vuelta de la esquina.
Se preguntarán algunas madres si aún en este último escalón aparecerán nuevos síntomas, cambios físicos o emocionales, quizá quieran averiguar qué tipo de actividades pueden y deben realizar en vísperas del gran día. Pues todo esto y más cubriremos en este artículo que concluirá con el nacimiento del bebé.
Veamos qué más puede llegar a sentir la madre, qué sorpresas se trae el bebé, qué podemos recomendar para los días previos y aún para el mismo día de su llegada, cuál es la forma más aconsejable de dar a luz, qué debería estar listo para el momento en que llegue a casa…
Sin más preámbulo, comencemos.
¿Qué le ocurre a la madre en el noveno mes de embarazo?
Para este mes, a sabiendas de que ya el momento de dar a luz está más cerca que nunca, puede que sicológicamente haya predisposición a relacionar algunos dolores y contracciones con los síntomas de labor de parto. Como ejemplo, se aconseja a las madres conocer muy bien los síntomas de las contracciones Braxton Hicks para no confundirlos con las sensaciones que sí están directamente asociadas con la hora cero, como son la pérdida del tapón mucoso, el comúnmente llamado rompimiento de fuente –en realidad es la bolsa del líquido amniótico la que se rompe-, sangrado y más contracciones.
Pero antes de que los síntomas del parto lleguen, pueden aparecer los siguientes:
El bebé se moverá menos porque el espacio en el que se encuentra cada vez le es más insuficiente para moverse tanto como quisiera. Ya no alcanzará a estirar sus piernas y dar las típicas “pataditas” sino que los movimientos tendrán menos fuerza. No obstante, esto no quiere decir que el bebé deje de moverse, lo hará, solo que no tanto como antes. Debes recordar que si no sientes movimiento alguno durante un buen tiempo, deberás comunicarlo al médico.
Un dolor particular que se adhiere a los que ya venías sintiendo es el que sentirás en las costillas. Esto se debe a que el útero habrá crecido tanto que las alcanzará.
Muchas madres también pueden experimentar dilatación y/o comezón en el piso púbico, lo cual se debe a la posición del bebé (boca abajo) que indica que está alistándose para salir.
Para el final del tercer trimestre, es decir el noveno mes de embarazo, la tendencia es a mantener el peso, no a ganar más. El total ganado durante todo el embarazo varía entre 25 y 35 libras. Parte de este peso se pierde una vez nace el bebé y el restante generalmente desaparece con el paso de los días. De ahí la importancia de una dieta saludable, para que no sea muy complicado perder las libras de más.
Hay una situación un tanto peculiar que acontece en el noveno mes de embarazo y es la siguiente: si bien las madres suelen sentirse físicamente agotadas y se cansan más rápidamente, en muchos casos nace el llamado instinto de preparación del nido que consiste en comenzar a alistar todo lo concerniente a la llegada del bebé: comprarle ropa, adecuar la habitación, desinfectar la casa, ubicar los juguetes, limpiar, etc. Este instinto genera hiperactividad en las madres y procuran con esmero tener todo en su sitio y a tiempo.
Dicho instinto aparece a los ocho meses en algunas madres, en otras desde el quinto mes, otras lo sienten desde el noveno o incluso algunas ni lo tienen del todo.
Por lo demás, es común que continúen el estreñimiento, los dolores de cabeza, los calambres en las piernas, dolores de espalda, la hinchazón en pies y manos, respiración difícil y emocionalmente los nervios, la emoción y como ya es habitual, la ansiedad.
¿Qué le ocurre al bebé en el noveno mes de embarazo?
El lanugo que recubrió su cuerpo durante gran parte de la gestación habrá desaparecido casi totalmente, el peso de la placenta llega a pesar una libra y los órganos del bebé están prácticamente desarrollados.
En su cabeza ya tendrá cabello más largo, y las uñas de pies y manos también estarán más largas.
Sus pulmones están preparados para recibir oxígeno. De hecho, una de las cosas que acontece previo al parto es el desprendimiento del cordón umbilical, lo cual significa que el proceso de respiración recaerá sobre los pulmones del bebé.
Los intestinos llevarán dentro una sustancia color verde denominada meconio, que en otras palabras es excremento. En ocasiones lo expulsan antes de nacer, por lo que el líquido amniótico adquiere la tonalidad verdosa propia del meconio. Esta situación conlleva a la necesidad de realizar un control detallado del bienestar del bebé, aunque la mayoría de las veces se trata de los movimientos intestinales normales los que provocaron dicha expulsión.
La actividad del bebé suele tener un ritmo opuesto al de la madre. Es decir, el movimiento de la madre provocará el balanceo de la barriga, lo que en otras palabras lo arrullará y se dormirá; y cuando ella permanece quieta, tenderá a moverse.
El peso promedio que alcanza el bebé para el momento de nacer oscila entre los 2,5 y 3 kilos y su tamaño puede ir desde los 30 centímetros hasta los 45.
Recomendaciones para el noveno mes de embarazo
Este es un mes muy especial porque se trata del último eslabón antes de dar a luz. Todos los meses anteriores jugaron un papel muy importante para llegar al noveno en buenas condiciones, por lo que como hemos insistido a lo largo de esta serie de artículos sobre el embarazo mes a mes, es un asunto de integralidad.
Sin embargo, vamos a dar algunas recomendaciones que como no podría ser de otra forma, van enfocadas al parto.
En primer lugar, hay que darle al descanso la dimensión que requiere. Es muy importante reposar el tiempo adecuado, no es bueno sobre exigirse en el trabajo, y si hace falta dormir durante el día, pues hacerlo, ya que seguirás padeciendo insomnio y por tanto el descanso en la noche para muchas mujeres será insuficiente.
Los masajes en los pies pueden ser de gran ayuda para tratar los calambres. La hidratación ayudará contra el estreñimiento, la retención de líquidos y la regulación de la temperatura si vives en una zona de temperaturas altas y/o húmedas.
Se aconseja disminuir el consumo de sal puesto que el sodio en exceso hace que la circulación sanguínea se entorpezca y por ende favorezca la retención de líquidos. En contraparte, sí se sugiere consumir más fibra, potasio y ácido fólico.
Por más que se trate del último mes de embarazo, insiste con las caminatas. Esta forma de ejercicio será muy útil contra varios de los síntomas que sentirás, como la retención de líquidos, ansiedad, várices, etc. A las caminatas puedes agregarle los ejercicios para preparar el parto, siempre que éstos sean guiados por profesionales.
Como última recomendación, mantén una maleta lista con ropa, pañales, toallas, documentos del seguro, y artículos de aseo previniendo la llegada de los síntomas del parto que son:
- Contracciones a intervalos regulares.
- Más de cinco contracciones cada sesenta minutos.
- Contracciones cuya duración oscila entre medio minuto y un poco más.
- El movimiento corporal y la búsqueda de posturas para aliviar la molestia no sirven de nada, la contracción persiste.
- Rompimiento de la bolsa. El rompimiento de la bolsa da lugar a la salida del líquido amniótico, el cual es incoloro, de temperatura entre tibia y caliente, y textura acuosa. Tan pronto notes esto, ten muy presente la hora en la que ocurrió. En caso de que el color sea verdoso (por causa del meconio), será mejor ir al hospital inmediatamente.
- Sangrado abundante.
La dilatación debe estar entre dos y tres centímetros para estar lista para el parto, proceder antes podría conllevar riesgos motivados por la precipitación. Por más que haya contracciones, debes esperar a estar completamente lista, así que, recomendamos que hagas una suave caminata para ayudar a sobrellevarlas.
¿Cómo prepararse para el noveno mes de embarazo?
Para el noveno mes de embarazo los controles prenatales serán cada semana. El médico se asegurará de que todo esté en orden para el día del parto. Dentro de los exámenes que se llevan a cabo están:
- La determinación de la dilatación (apertura) y el borramiento (adelgazamiento) del cuello uterino. Las medidas requeridas son 10 centímetros de apertura o dilatación, y borramiento o adelgazamiento total o del 100 %.
- Ultrasonido para verificar el bienestar del bebé.
- Ritmo cardiaco de la madre.
- Posición en la que se encuentra el bebé.
- Dimensiones del útero.
- Pulso cardiaco del bebé.
- Control del peso.
- Pruebas de orina y sangre.
¿Qué otras cosas se pueden hacer?
Hemos sugerido la actividad física frecuente y desde antes del embarazo como forma de preparar el cuerpo para el día del parto. En la medida de lo posible, los ejercicios deben estar orientados por personal profesional que vigile el progreso de las madres y las orienten para realizarlos de la manera correcta. Tales ejercicios incluyen la elongación, actividades cardiovasculares como caminar y nadar, los ejercicios para el perineo, entre otros.
Días antes, e incluso el mismo del parto, puedes probar con caminar para estimular las contracciones, además, hace falta prepararse emocionalmente para el momento.
La paciencia es clave porque no se trata de un evento cualquiera. No es bueno apresurarse ni dejarse llevar por el afán y la ansiedad, que, para decirlo de manera concreta, no ayudan ni aportan nada positivo, solo refuerzan temores, quitan el sueño y perturban la mente. La mentalidad debe ser que todo saldrá bien, pues la mente es tan poderosa que los pensamientos llegan a volverse sensaciones físicas reales, por tanto, un estado positivo y relajado será mucho más provechoso.
Respira profundo, relájate, escucha un poco de música suave que te tranquilice, busca un lugar apacible lejos del ruido, y acompáñate de tu pareja, para que sientas su apoyo a tu lado y te dé seguridad.
El momento previo al parto no es el más indicado para recordar los problemas del trabajo, los compromisos personales ni nada por el estilo, entre más tranquila y reposada, mejor será el proceso.
¿Parto natural o por cesárea?
Lo mejor para el bebé es nacer por vía vaginal (lo natural), será óptimo para el desarrollo de su sistema inmunológico, sus pulmones vienen preparados para funcionar luego de atravesar el canal del parto, y la adaptación a la vida fuera del vientre es mucho menos traumática que si se realiza por medio de cesárea.
Sin embargo, la cesárea es para muchas madres la opción más segura de acuerdo con la opinión médica que justifica esta práctica como la forma más viable en determinados escenarios. No obstante, esto no significa que sea la mejor alternativa para el bebé, quien entre otras cosas será recibido por el personal sanitario que la esté atendiendo en lugar de llegar directo a los brazos de la madre, su sistema inmunológico no será igual de beneficiado al nacer de esta manera, y como mencionamos ya, le costará más adaptarse a la vida exterior.
Por si fuera poco, la madre no experimentará la actuación de las hormonas que se segregan luego de todo el esfuerzo realizado en el parto natural, deberá esperar para comer, y tendrá el efecto de los sedantes aún en su cuerpo. Todo esto apunta a que no es la forma ideal de comenzar un proceso tan trascendental como la lactancia. Por si esto fuera poco, la recuperación post cesárea suele ser un tanto dolorosa.
En conclusión, lo mejor (e incluso más económico) es el parto por vía vaginal (natural), pero si por recomendación directa del médico la cesárea es la vía más indicada para tu caso en particular, entonces que sea ese el método a practicar.
¿Qué alistar para la llegada del bebé?
Cada familia tiene su estilo propio para preparar la llegada del nuevo integrante. Veamos qué tener en cuenta al adaptar la casa para él:
- En cuanto sea posible, la habitación del bebé debe ser amplia, tranquila (lejos de los ruidos), iluminada naturalmente, y bien ventilada.
- Con relación a la decoración, los expertos sugieren que no se pinte ni adecúe la habitación pensando solo en el bebé que acaba de nacer, sino planearlo teniendo en mente que crecerá y seguirá habitando el mismo espacio, por lo cual es apropiado un diseño que “crezca” con él. Una estrategia para ello es no poner muchas cosas grandes dentro de la habitación (muebles, armarios, etc.) que no puedan moverse con facilidad. De esta manera, cuando llegue la hora de gatear, se podrá adaptar la habitación para que pueda moverse con libertad de espacio y libre de riesgos.
- Si el bebé no va a contar con habitación propia, los padres podrán ponerse de acuerdo sobre el espacio que destinarán para él dentro de la suya, que puede ser en un rincón donde las paredes sirvan de protección y que a su vez no quede muy lejos de la mamá, quien deberá amamantarlo durante la noche.
- El bebé no tiene conciencia de los peligros que hay alrededor, así que es muy importante poner tapones en los enchufes, poner rejas que le impidan pasar al balcón, escaleras y baño; y si hay mascotas, será necesario evaluar si éstas deberían o no estar cerca.
- Una silla adecuada para él para transportarlo cuando se trasladen en el automóvil, además del coche van a ser muy útiles, por no decir indispensables.
- Juguetes no peligrosos para él, que no sean muy pequeños para que al manipularlos no corra el riesgo de tragarlos.
- La música suave que venía escuchando antes de nacer, o las rondas infantiles servirán para tranquilizarlo y alegrarlo.
En fin. Hoy en día hay tiendas físicas y en internet equipadas por profesionales pediatras en donde encontrarás elementos que ni te imaginas, accesorios prácticos como los radios que se ubican junto a la cuna para escuchar su llanto mientras la mamá o el papá están en otro lugar de la casa, y cosas por el estilo que te dotarán para brindarle una crianza mejor.
Bien, ha valido la pena esperar. Una vez el bebé esté en brazos, los nueve meses no serán más que una historia grata que enternecerá a los padres y familiares del recién nacido. Ahora se vienen otras experiencias y vivencias diferentes que te permitirán descubrir cara a cara a ese ser que tuviste en el vientre por alrededor de 40 semanas.
Tú y tu esposo tienen ahora la responsabilidad de proteger, amar y guiar a ese niño o niña que trajeron al mundo. Disfruten esta nueva etapa, aprendan del bebé y enséñenle cómo es la vida en su hogar; transmítanle amor, cariño y háganle sentir que verdaderamente es más que bien recibido y que hace parte de una familia que estará siempre a su lado.