Publicado: 25 mayo, 2021
Actualizado: 15 noviembre, 2023
Tanto la mujer embarazada como la lactante deben consumir el mayor número de proteína representada en pescado de carne blanca, verdura (roja, amarilla, etc) y frutas, en especial las verdes y rojas.
Un alimento esencial que no puede faltar son las lentejas por su alto contenido de hierro y las coles, sin embargo, algunos aseguran que puede producir gases en el recién nacido pero son mitos que se generan a través de la oralidad de ciertas culturas.
De acuerdo a los estudios científicos tal fenómeno cultural no es verdadero y no ha sido comprobado científicamente, ahora bien, si hipotéticamente el bebé presenta algún malestar con este tipo de alimento u otro, lo más recomendable es suspender de inmediato. Tampoco es cierto que las embarazadas deban comer el doble de porción, esto porque se presume que son dos: ella y la criatura en el vientre. Lo importante es el consumo de alimentos balanceados, sanos y ricos en todos los nutrientes, ojalá que no tengan ningún tipo de procesamiento.
Otro gran mito es sobre el consumo de postres o golosinas, realmente no hay necesidad de eliminarlos pero se debe tener muy en cuenta es que éste tipo de calorías no dan alimento al bebé o lo nutren porque son contienen vitaminas, estas carentes de suministrar nutrición.
Lo que sí es importante es descartar una diabetes gestacional con un brusco cambio en peso durante los cinco primeros meses de gestación, se debe consultar al médico de manera inmediata. Y es de carácter urgente si el sobrepeso llega con hinchazón en los pies, en las manos o el rostro, incluyendo una elevada presión arterial, esto es debido que se podría presentar una preeclampsia (es la alta presión por el embarazo) y puede además, aumentar las posibilidades de tener un bebé prematuro o demasiado grande.
Pero si es lo inverso que tanto la madre como el bebé no logran aumentar de peso utilizando una adecuada alimentación y teniendo los mejores cuidados es recomendable consultar el médico para que evalúe y dé las observaciones pertinentes del porqué presentan este cuadro de desnutrición.
Si sucediera que el bebé nace con un peso por debajo del establecido (menos de dos kilos) tendrá que ser hospitalizado por un breve tiempo para que no afecte su desarrollo físico-intelectual. Y seguir en estricto orden las recomendaciones de lo médicos.
Un aspecto de vital importancia es el consumo de agua mientras se espera la llegada del bebé. Ingerir abundante agua es esencial antes del embarazo, por ejemplo, ocho vasos de agua al día son los recomendados y estos deberán duplicarse con el nuevo estado, evitando así la deshidratación, hinchazón en los pies y sobre todo los beneficios de salud para la madre y su hijo.
Es de total conocimiento que tomar agua es esencial durante todas las etapas de la vida, y en una mujer embarazada es un recurso valioso e incalculable. El agua va a permitir hidratar el cuerpo, además de combatir la deshidratación, preservando el correcto desarrollo del cerebro del feto.
Otro aspecto vital es que al consumirla en grandes cantidades evita la retención de líquidos algo muy propio durante el periodo de gestación. Es importante también porque purifica el organismo liberándolo de cantidades innecesarias de sodio protegiendo a la mujer de alguna infección en el tracto urinario.
Al beber el agua necesaria aporta la depuración de la sangre materna limpiando la corriente sanguínea de toxinas y llegando al bebé de manera más pura. Evita indiscutiblemente la hipertensión y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Además, alimenta, renueva e hidrata el líquido amniótico prácticamente cada hora.
Otro gran beneficio es que evita las hemorroides y estreñimiento tan frecuente en la etapa del embarazo, evita de igual manera o permite aliviar las molestias de las náuseas de la mañana. Tener siempre presente que el agua va a mejorar notablemente el estado de la piel ya que la hidrata y limpia y, como fuente de salud puede de igual manera evitar un parto prematuro.
Un beneficio poco usado es recurrir a realizar ejercicios dentro de la tina, es importante porque ayuda a equilibrar su peso, permitiendo que la mujer se sienta más ligera y vital en sus actividades diarias, además, que tonifica los músculos, dolores en la espalda y por ende evita lesiones en las articulaciones y huesos. Es recomendable de igual manera consultar al médico sobre este tipo de gimnasia en el agua.
Ahora bien, de acuerdo a todos los innumerables beneficios del agua, cabe también la posibilidad y muy usada en los últimos años de buscar un parto en el agua como una alternativa de relajación y comodidad, porque todo apunta que tener al bebé dentro de una tina hay menor dolor y para el bebé es lograr mantener la sensación de estar dentro del líquido amniótico.
Los bebés que nacen de esta manera presentan una salud amplia y van a recurrir al agua con gran disposición estimulando el movimiento, la relajación, el buen apetito y ayudándolos a conciliar rápidamente el sueño.
De otro lado existe un falso mito sobre utilizar agua para ducharse o bañarse, eso es totalmente falso. Lo verdaderamente importante es la higiene durante el embarazo y no es nada dañino ninguna de las dos opciones. Este mito está fundamentado en la creencia de que puede entrar agua en el útero, pero debemos recordar que éste se cierra por el tapón mucoso por lo tanto no hay riesgo alguno.
Sin embargo, aconsejan tomar ligeros baños (duchas) por lo menos quince días antes del parto esto es debido que se comienza a dilatar los órganos del interior de la matriz. La otra recomendación es no colocar el agua demasiado caliente estaríamos hablando de no superar los 37 o 38 grados centígrados y es mucho mejor tomar agua tibia y posteriormente agua fría para una mejor circulación de la sangre y cuidado de la piel.
El cuidado de una mujer embarazada no depende de ella solamente sino de las personas que la rodean, consultando cualquier cambio al médico.
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