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La preeclampsia es una complicación grave del embarazo que afecta hasta al 5% de los embarazos en todo el mundo. Se caracteriza por hipertensión arterial y daños en órganos como los riñones y el hígado. Si no se trata, puede provocar complicaciones graves tanto para la madre como para el bebé, como convulsiones, derrame cerebral e incluso la muerte.
En este post hablaremos de las causas, los síntomas y el tratamiento de la preeclampsia, y daremos información sobre la prevención y los cuidados posparto.
Causas de la preeclampsia
Uno de los principales factores de riesgo de desarrollar preeclampsia es la genética. Las mujeres con antecedentes familiares de preeclampsia tienen más probabilidades de padecer la enfermedad. Esto sugiere que puede haber un componente genético en el trastorno, aunque la investigación en este campo está en curso.
Sin embargo, los genes no son el único factor que puede aumentar el riesgo de que una mujer desarrolle preeclampsia. Otros factores son la hipertensión antes del embarazo, la obesidad, los embarazos múltiples (como el embarazo de gemelos o trillizos) y tener más de 35 años.
Conviene señalar que, aunque estos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de que una mujer desarrolle preeclampsia, no significan necesariamente que vaya a desarrollarla definitivamente. Es importante que las mujeres con mayor riesgo hablen con su médico sobre las formas de controlar el riesgo y vigilar su salud durante el embarazo. Con los cuidados y la atención adecuados, muchos casos de preeclampsia pueden controlarse eficazmente.
Síntomas de la preeclampsia
Los síntomas de la preeclampsia pueden variar en gravedad, de leves a graves. Un síntoma frecuente es la hipertensión arterial, que puede ir acompañada de dolores de cabeza y cambios en la visión, como visión borrosa o sensibilidad a la luz. Otro síntoma es la presencia de proteínas en la orina, que indica daños en los riñones. También puede producirse hinchazón, sobre todo en las manos y la cara, debido a la retención de líquidos.
Es importante que las mujeres embarazadas acudan regularmente a las consultas prenatales para que el médico pueda controlar su tensión arterial y detectar signos de preeclampsia. En casos graves, la preeclampsia puede requerir hospitalización y parto prematuro del bebé por seguridad materna. Sin embargo, con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, la mayoría de las mujeres con preeclampsia tienen buenos resultados, tanto para ellas como para sus bebés.
Diagnóstico de la preeclampsia
Durante los controles prenatales, el médico controlará regularmente la tensión arterial para detectar cualquier cambio o anomalía. La tensión arterial alta suele ser uno de los primeros signos de preeclampsia. Además, pueden realizarse análisis de orina para comprobar la presencia de proteínas en la orina, ya que unos niveles elevados pueden indicar preeclampsia. También pueden solicitarse análisis de sangre para evaluar la función hepática y renal, así como el recuento de plaquetas.
La monitorización fetal también es importante para diagnosticar la preeclampsia. El profesional sanitario controlará el crecimiento fetal y la frecuencia cardiaca durante las ecografías rutinarias y las pruebas sin estrés. Cualquier cambio o anomalía puede indicar que el bebé no recibe suficiente oxígeno o nutrientes debido a complicaciones de la preeclampsia.
En general, la atención prenatal regular es crucial para detectar y tratar la preeclampsia. Un diagnóstico precoz puede ayudar a prevenir complicaciones graves tanto para la madre como para el bebé. Es importante que las mujeres embarazadas acudan a todas las citas programadas con su médico y le notifiquen inmediatamente si experimentan algún síntoma de preeclampsia, como hipertensión o hinchazón repentina de cara, manos o pies.
Complicaciones de la preeclampsia
Las complicaciones de la preeclampsia pueden incluir síndrome HELLP, parto prematuro, desprendimiento de la placenta, retraso del crecimiento intrauterino, convulsiones, ictus e incluso la muerte.
Una de las complicaciones más graves de la preeclampsia es el síndrome HELLP (hemólisis, elevación de las enzimas hepáticas, recuento bajo de plaquetas), que puede causar complicaciones potencialmente mortales tanto para la madre como para el feto. El síndrome HELLP se da en aproximadamente el 10% de las mujeres con preeclampsia grave o eclampsia.
Además del síndrome HELLP, otras complicaciones potenciales de la preeclampsia son el parto prematuro, el desprendimiento de la placenta, la restricción del crecimiento intrauterino, las convulsiones, el ictus e incluso la muerte. El parto prematuro puede acarrear una serie de problemas para el bebé, como el síndrome de dificultad respiratoria (SDR) y retrasos en el desarrollo. El desprendimiento prematuro de placenta -cuando la placenta se separa del útero antes del parto- puede provocar hemorragias intensas y privar al bebé de oxígeno, con el consiguiente sufrimiento fetal o muerte fetal.
Los factores de riesgo de desarrollar preeclampsia son tener más de 35 años o menos de 20 en el primer embarazo; tener antecedentes familiares de hipertensión; ser portadora de múltiples fetos; tener obesidad; padecer enfermedades renales o enfermedades autoinmunes como el lupus. Mujeres que experimentan síntomas como aumento rápido de peso, hinchazón de manos/cara/pies, etc.
Tratamiento de la preeclampsia
El tratamiento de la preeclampsia puede implicar hospitalización, medicación para bajar la tensión arterial y prevenir las convulsiones, y el parto del bebé. La hipertensión arterial es uno de los síntomas principales de la preeclampsia, que puede reducir el flujo sanguíneo a la placenta.
Cuando se prescriben medicamentos para el tratamiento de la preeclampsia, se diseñan para ayudar a reducir los niveles de tensión arterial. Puede tratarse de fármacos antihipertensivos o antagonistas del calcio. El sulfato de magnesio es otro medicamento utilizado habitualmente en los casos en que hay un mayor riesgo de convulsiones.
En casos graves, puede ser necesario el parto aunque el bebé no haya llegado a término. Esta decisión dependerá de factores como lo avanzado del embarazo y la gravedad de los síntomas de la madre. Aunque puede ser estresante tanto para la madre como para el bebé dar a luz antes de lo previsto, puede ser necesario para garantizar su salud y seguridad en casos de preeclampsia grave.
Prevención de la preeclampsia
La atención prenatal regular es esencial para prevenir la preeclampsia, una complicación del embarazo que puede poner en peligro la vida de la madre y el bebé. Durante las visitas prenatales, tu médico controlará tu tensión arterial, los niveles de proteínas en la orina y otras constantes vitales para detectar precozmente cualquier signo de preeclampsia. Esto permite intervenir a tiempo para evitar que la enfermedad empeore.
Un estilo de vida sano también puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia. Mantener un peso saludable antes y durante el embarazo, hacer ejercicio con regularidad, seguir una dieta equilibrada rica en nutrientes como el calcio y el magnesio, y evitar fumar o ser fumadora pasiva son hábitos beneficiosos que conviene adoptar.
El profesional sanitario también puede recomendarte un tratamiento con aspirina como medida preventiva contra la preeclampsia. Se ha demostrado que una dosis baja de aspirina reduce el riesgo de desarrollar preeclampsia en mujeres con alto riesgo de padecerla, al mejorar el flujo sanguíneo a la placenta. Sin embargo, es importante que hables primero de esta opción con tu médico, ya que la aspirina puede no ser adecuada para todo el mundo.
Control de la preeclampsia en casa
Si te han diagnosticado preeclampsia durante el embarazo, suele recomendarse reposo en cama para evitar complicaciones. El reposo en cama puede ayudar a reducir los niveles de tensión arterial y mejorar las posibilidades de un parto sano. El profesional sanitario también puede recomendar el control de la tensión arterial y de los movimientos fetales. Esto implica visitas regulares a tu médico o comadrona para revisiones y pruebas.
En algunos casos, puede prescribirse medicación para controlar los niveles elevados de tensión arterial o prevenir las convulsiones asociadas a la preeclampsia grave. Tu médico también puede recomendar el parto si tu estado se agrava demasiado o supone un riesgo para tu salud o la de tu bebé. En tales casos, puede ser necesario un parto prematuro, aunque signifique dar a luz antes de término.
Es importante que sigas todas las recomendaciones de tu médico para controlar la preeclampsia durante el embarazo. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones y garantizar un parto seguro tanto para ti como para tu bebé. En algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización para un seguimiento más estrecho de los síntomas y el tratamiento.
Atención posparto
La atención posparto de las mujeres que han tenido preeclampsia es crucial para vigilar y controlar adecuadamente su estado. Las mujeres que han tenido preeclampsia durante el embarazo corren mayor riesgo de desarrollar hipertensión, daños hepáticos o renales tras el parto y otras complicaciones. Por lo tanto, pueden necesitar un control continuado de sus niveles de tensión arterial para asegurarse de que se mantiene estable.
En algunos casos también puede ser necesario continuar el tratamiento con sulfato de magnesio para prevenir las convulsiones. El sulfato de magnesio es un medicamento que se utiliza para reducir el riesgo de convulsiones o ataques en las mujeres con preeclampsia antes del parto. Si la madre sigue teniendo síntomas o la tensión arterial elevada después del parto, puede necesitar tratamiento adicional, como medicamentos para la hipertensión o diuréticos para ayudar a eliminar el exceso de líquido del organismo.
En conclusión, la atención posparto de las mujeres con antecedentes de preeclampsia requiere una cuidadosa atención por parte de los profesionales sanitarios. El objetivo es minimizar cualquier posible complicación y garantizar una recuperación saludable tanto para la madre como para el bebé. El control continuado de los niveles de tensión arterial, el tratamiento con sulfato de magnesio y el control adecuado de la medicación pueden ayudar a mejorar los resultados tras el parto.
Apoyo y recursos para las mujeres con preeclampsia
Hay varios grupos de apoyo en línea y organizaciones profesionales que pueden proporcionar recursos y apoyo a las mujeres que han tenido preeclampsia.
- Fundación contra la Preeclampsia – https://www.preeclampsia.org/
- Asociación Americana del Embarazo – https://americanpregnancy.org/pregnancy-complications/preeclampsia/
- Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) – https://www.nichd.nih.gov/health/topics/preeclampsia
- March of Dimes – https://www.marchofdimes.org/complications/preeclampsia.aspx
- Hospitales y centros médicos – ponte en contacto con tu hospital o centro médico local para obtener información sobre el embarazo de alto riesgo y los servicios de medicina materno-fetal
- Obstetras y ginecólogos (OB/GYNs) – consulta con tu propio OB/GYN o encuentra uno a través de la página web del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists) en https://www.acog.org/find-an-ob-gyn
- Grupos de apoyo de la Fundación contra la Preeclampsia – https://www.preeclampsia.org/support/support-groups
- Grupo de Facebook de Supervivientes de Preeclampsia – https://www.facebook.com/groups/preeclampsiasurvivors/
- Grupo de apoyo a la preeclampsia en Inspire.com – https://www.inspire.com/groups/preeclampsia-support-group/
Cómo afrontar la preeclampsia
Enfrentarse a la preeclampsia puede ser una experiencia difícil, tanto física como emocionalmente. Las mujeres a las que se diagnostica esta enfermedad pueden sentirse abrumadas por la repentina aparición de síntomas como hipertensión, hinchazón y dolores de cabeza. Además de estos síntomas físicos, las mujeres también pueden experimentar sentimientos de miedo o ansiedad sobre su salud y la del feto.
Es importante que las mujeres que se enfrentan a la preeclampsia busquen el apoyo de familiares, amigos y profesionales sanitarios. Los seres queridos pueden proporcionar apoyo emocional durante estos momentos difíciles, escuchando las preocupaciones, ofreciendo palabras de ánimo y ayudando en las tareas cotidianas. Los profesionales sanitarios, como médicos, matronas o enfermeras, pueden proporcionar la atención médica necesaria para controlar la preeclampsia.
Además, unirse a un grupo de apoyo también puede ser útil para afrontar la preeclampsia. Esto brinda a las mujeres la oportunidad de relacionarse con otras que han tenido experiencias similares y obtener valiosos conocimientos sobre cómo se las arreglaron para sobrellevarlo. Una combinación de atención médica y apoyo emocional, tanto de los seres queridos como de los profesionales sanitarios, podría ayudar a las mujeres a gestionar mejor esta estresante situación, garantizando al mismo tiempo una buena salud tanto para la madre como para el bebé.
Investigación sobre la preeclampsia
La investigación sobre la preeclampsia está en curso, y los estudios actuales se centran en identificar las causas y desarrollar nuevos tratamientos. Las futuras líneas de investigación incluyen la prevención y los efectos a largo plazo tanto en la madre como en el bebé.
En conclusión, la preeclampsia es una complicación grave del embarazo que puede tener graves consecuencias si no se trata. Los cuidados prenatales regulares, la elección de un estilo de vida saludable y una atención médica rápida pueden ayudar a prevenir y tratar la preeclampsia. Si tienes algún síntoma de preeclampsia, es importante que busques atención médica lo antes posible.
Si te han diagnosticado preeclampsia, es importante que sigas las recomendaciones de tratamiento y control de tu médico, y que busques apoyo y recursos para afrontar la enfermedad.
Recuerda que la detección y el tratamiento precoces de la preeclampsia pueden mejorar los resultados tanto para ti como para tu bebé. Si tienes alguna pregunta o duda sobre la preeclampsia, habla con tu médico.
Preguntas frecuentes
¿Es curable la preeclampsia?
La preeclampsia no es curable, pero puede controlarse y tratarse con atención médica rápida.
¿Puede producirse preeclampsia después del parto?
Sí, la preeclampsia puede aparecer después del parto, aunque es menos frecuente.
¿Puede la preeclampsia afectar a futuros embarazos?
Las mujeres que han tenido preeclampsia en un embarazo anterior tienen mayor riesgo de desarrollarla en futuros embarazos.
¿Qué relación hay entre la preeclampsia y la eclampsia?
La eclampsia es una complicación grave de la preeclampsia que implica convulsiones. Las mujeres con preeclampsia grave tienen mayor riesgo de desarrollar eclampsia.
¿Tiene la preeclampsia efectos sobre la salud a largo plazo?
Las mujeres que han tenido preeclampsia tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares más adelante. Los niños nacidos de madres con preeclampsia también pueden tener un mayor riesgo de padecer ciertos problemas de salud, como bajo peso al nacer y retrasos en el desarrollo.
Referencias
- Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. (2020). Hipertensión en el Embarazo. Boletín de Práctica nº 202. https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/practice-bulletin/articles/2020/02/hypertension-in-pregnancy
- Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano. (2017). Preeclampsia y Eclampsia. https://www.nichd.nih.gov/health/topics/preeclampsia
- Organización Mundial de la Salud. (2019). Recomendaciones de la OMS sobre atención prenatal para una experiencia positiva del embarazo. https://www.who.int/publications/i/item/9789241516488