Publicado: 13 febrero, 2022
Actualizado: 14 mayo, 2025
Elegir una guardería para tu pequeño tesoro es una de las decisiones más importantes que tomarás como madre. Ya sea porque necesitas reincorporarte al trabajo, deseas tiempo para ti misma o buscas un espacio de socialización para tu hijo, las guarderías infantiles representan una opción que combina cuidado, educación y desarrollo.
En este artículo, te guiaremos paso a paso por todo lo que necesitas conocer para tomar la mejor decisión, desde los tipos de guarderías disponibles hasta cómo preparar a tu pequeño para esta nueva etapa.
¡Acompáñanos en este viaje para encontrar el espacio perfecto donde tu hijo crecerá feliz mientras tú tienes la tranquilidad que mereces!
En este artículo
¿Qué es una guardería infantil y cuándo considerar esta opción?

Una guardería infantil es un centro especializado en el cuidado y la educación temprana de niños y niñas, generalmente desde los 45 días hasta los 4 o 5 años de edad. Estos espacios están diseñados para proporcionar un entorno seguro, estimulante y educativo mientras los padres trabajan o realizan otras actividades.
Existen diferentes momentos en la vida familiar que pueden hacerte considerar la opción de una guardería:
- Reincorporación laboral: Cuando termina tu licencia de maternidad y debes volver al trabajo.
- Necesidad de tiempo personal: Para estudiar, atender otros aspectos de tu vida o simplemente tener un respiro.
- Socialización del niño: Cuando tu hijo tiene más de 2 años y notas que necesita interactuar con otros niños.
- Estimulación adicional: Si buscas un entorno que complemente la educación que le das en casa con actividades estructuradas.
- Familia monoparental: Si eres madre soltera y necesitas apoyo en el cuidado diario.
- Ausencia de red de apoyo familiar: Cuando no cuentas con abuelos, tíos u otros familiares que puedan ayudarte con el cuidado.
Es importante recordar que recurrir a una guardería no te hace «menos madre» ni significa que estés descuidando a tu hijo. Por el contrario, estás buscando lo mejor para ambos, permitiéndole desarrollarse en un ambiente enriquecedor mientras tú atiendes otras responsabilidades.
Tipos de guarderías: ¿Cuál es la mejor opción para mi familia?

No todas las guarderías son iguales, y encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades familiares es fundamental. Conocer los diferentes tipos te ayudará a tomar una decisión más informada según tu presupuesto, ubicación y filosofía educativa.
Estos son los principales tipos de guarderías que puedes encontrar:
- Guarderías públicas: Administradas por el gobierno, suelen tener costos más accesibles o incluso gratuitos. Generalmente tienen alta demanda y pueden tener listas de espera.
- Guarderías privadas: Operadas por empresas o particulares, ofrecen más servicios pero a un costo mayor. Suelen tener horarios más flexibles y grupos más reducidos.
- Guarderías en el lugar de trabajo: Algunas empresas ofrecen este servicio para sus empleados, lo que facilita la cercanía con tu pequeño durante la jornada laboral.
- Guarderías en casa o «nidos familiares»: Operadas en hogares particulares por profesionales, tienen un ambiente más íntimo y familiar con grupos reducidos.
- Guarderías con enfoques pedagógicos específicos: Como Montessori, Waldorf, Reggio Emilia o HighScope, que siguen metodologías educativas particulares.
- Guarderías bilingües o de inmersión lingüística: Centradas en el aprendizaje temprano de un segundo idioma.
- Guarderías de tiempo parcial: Ofrecen servicios por horas o medios días, ideales si no necesitas cobertura de jornada completa.
- Guarderías inclusivas: Especializadas en la integración de niños con necesidades especiales junto con el resto de los pequeños.
Cada tipo tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que te recomendamos visitar varias opciones antes de decidirte y evaluar cuál se adapta mejor a las necesidades particulares de tu hijo y tu situación familiar.
Beneficios de las guarderías para el desarrollo infantil

Las guarderías no son simplemente lugares donde «dejar» a los niños mientras los padres trabajan. Constituyen verdaderos espacios de aprendizaje y desarrollo que aportan numerosos beneficios para tu pequeño. Entender estas ventajas te ayudará a sentirte más tranquila con tu decisión.
Los principales beneficios de las guarderías para el desarrollo de tu hijo son:
- Desarrollo de habilidades sociales: Tu hijo aprenderá a compartir, esperar turnos, resolver conflictos y hacer amigos desde temprana edad.
- Estimulación cognitiva estructurada: A través de actividades planificadas que fomentan el desarrollo del lenguaje, la lógica y la creatividad.
- Rutinas y hábitos: Se familiarizan con horarios para comer, dormir, jugar y aprender, lo que les da seguridad y estructura.
- Preparación para la escuela: Adquieren habilidades pre-académicas y se adaptan a un entorno educativo antes de iniciar la primaria.
- Independencia y autonomía: Aprenden a resolver situaciones sin la presencia constante de sus padres, fortaleciendo su confianza.
- Exposición a la diversidad: Conocen a niños y adultos de diferentes contextos y culturas, ampliando su visión del mundo.
- Desarrollo de inmunidad: El contacto con otros niños, aunque puede significar más resfriados al principio, fortalece su sistema inmunológico a largo plazo.
- Detección temprana de dificultades: Los profesionales pueden identificar posibles retrasos en el desarrollo o necesidades especiales que podrían pasar desapercibidas en casa.
- Actividades variadas: Acceso a experiencias que podrían ser difíciles de replicar en el hogar, como arte, música, psicomotricidad y exploración sensorial.
- Aprendizaje a través del juego: En un entorno diseñado específicamente para el aprendizaje lúdico y adaptado a su edad.
Numerosos estudios han demostrado que los niños que asisten a guarderías de calidad desarrollan mejores habilidades sociales y cognitivas que pueden beneficiarlos a lo largo de toda su vida académica y personal.
¿Cuándo es el momento ideal para iniciar en la guardería?
Una de las preguntas más frecuentes entre las madres es cuándo es el momento adecuado para que su hijo comience a asistir a una guardería. Esta decisión depende de múltiples factores y no existe una respuesta única para todas las familias.
Considera estos aspectos para determinar el momento ideal:
- Edad del niño: Aunque muchas guarderías aceptan bebés desde los 45 días, los especialistas sugieren que el período entre los 18 meses y 2 años puede ser particularmente beneficioso para iniciar la socialización estructurada.
- Desarrollo emocional: Observa si tu hijo muestra curiosidad por otros niños y cierta independencia de ti, lo que indica que podría estar listo.
- Tus necesidades laborales: Si debes reincorporarte al trabajo, este factor puede ser determinante independientemente de la edad.
- Adaptación gradual: Muchas guarderías permiten una incorporación progresiva, comenzando con pocas horas e incrementando gradualmente la estadía.
- Situación familiar: Evalúa si cuentas con apoyo familiar alternativo o si la guardería es tu única opción.
- Salud del niño: Si tu hijo tiene condiciones de salud particulares, consulta con su pediatra sobre el momento más adecuado.
- Desarrollo del lenguaje: Algunos padres prefieren esperar hasta que el niño pueda comunicar básicamente sus necesidades.
- Habilidades de autonomía básica: Como poder beber de un vaso o comer con cierta independencia (para niños mayores de 1 año).
Recuerda que cada niño es único y su ritmo de desarrollo también lo es. Observa las señales que te indica y confía en tu intuición materna. Además, puedes consultar con su pediatra, quien podrá orientarte según las características particulares de tu pequeño.
¿Qué características debe tener una buena guardería?

Encontrar una guardería de calidad es fundamental para la tranquilidad tuya y el bienestar de tu hijo. Existen ciertos aspectos que puedes evaluar para asegurarte de que estás eligiendo un lugar adecuado y seguro. Prestar atención a estos detalles te ayudará a tomar una decisión informada.
Cuando visites una guardería potencial, verifica estas características esenciales:
- Certificaciones y permisos: Debe contar con todas las licencias gubernamentales actualizadas para operar legalmente.
- Proporción adecuada de cuidadores por niño: Lo recomendable es 1 adulto por cada 3-4 bebés, 1 por cada 4-6 niños pequeños y 1 por cada 8-10 niños en edad preescolar.
- Personal cualificado: Los cuidadores deben tener formación en educación infantil temprana, primeros auxilios y RCP pediátrico.
- Medidas de seguridad: Instalaciones a prueba de niños, salidas de emergencia señalizadas, extintores, botiquín de primeros auxilios y protocolos de emergencia claros.
- Limpieza e higiene: Espacios limpios, cambio regular de pañales, lavado frecuente de manos y juguetes desinfectados periódicamente.
- Espacio físico adecuado: Áreas amplias, bien iluminadas, ventiladas y adaptadas a diferentes edades con mobiliario apropiado.
- Actividades estructuradas y variadas: Programación diaria que incluya tiempo para juego libre, actividades dirigidas, descanso y alimentación.
- Comunicación con las familias: Informes regulares sobre el progreso del niño, política de puertas abiertas y canales de comunicación accesibles.
- Ambiente emocional positivo: Personal cariñoso que interactúe de manera respetuosa con los niños, promoviendo un clima de confianza.
- Alimentación saludable: Si ofrecen comidas, deben ser nutritivas, variadas y respetar las necesidades dietéticas especiales.
- Políticas claras sobre enfermedades: Procedimientos definidos para niños enfermos y administración de medicamentos.
- Referencias positivas: Opiniones favorables de otros padres y buena reputación en la comunidad.
No dudes en hacer todas las preguntas necesarias durante tu visita y confía en tus instintos. Una buena guardería te hará sentir bienvenida, responderá a todas tus inquietudes y te permitirá visitar las instalaciones sin restricciones.
El proceso de adaptación: Cómo preparar a tu hijo para la guardería
La transición a la guardería puede ser un momento emocionalmente intenso tanto para los niños como para las madres.
Preparar adecuadamente a tu pequeño puede hacer que este proceso sea mucho más fluido y menos estresante para ambos. Con un poco de planificación y paciencia, tu hijo puede adaptarse positivamente a este nuevo entorno.
Aquí te ofrecemos algunas estrategias para facilitar la adaptación:
- Habla positivamente sobre la guardería: Semanas antes, cuéntale historias entusiastas sobre lo que hará allí, los amigos que conocerá y las actividades divertidas que realizará.
- Visita previa con tu hijo: Llévalo a conocer el lugar antes de su primer día oficial para que se familiarice con el espacio y conozca a sus cuidadores.
- Establece una rutina similar: Comienza a implementar en casa horarios similares a los que tendrá en la guardería para comidas, siestas y actividades.
- Objeto de transición: Permite que lleve un objeto familiar como un peluche pequeño o una mantita que le brinde seguridad.
- Despedidas claras y breves: Evita las despedidas prolongadas o escabullirte sin avisar. Establece un ritual de despedida corto y afectuoso.
- Adaptación gradual: Si es posible, comienza con sesiones cortas e incrementa gradualmente el tiempo de estadía.
- Mantén la calma: Los niños perciben nuestras emociones. Muéstrate confiada y positiva aunque por dentro sientas ansiedad.
- Sé puntual al recogerlo: Especialmente en los primeros días, llegar tarde puede aumentar su ansiedad por separación.
- Prepara todo la noche anterior: Organiza la ropa, mochila y cualquier otro elemento necesario para evitar prisas estresantes por la mañana.
- Celebra sus logros: Reconoce y festeja sus pequeños avances en el proceso de adaptación.
- Mantén comunicación con los educadores: Infórmate sobre cómo está viviendo la adaptación tu hijo y qué estrategias están funcionando mejor.
Recuerda que es normal que haya llanto en las primeras separaciones, pero la mayoría de los niños se calman rápidamente una vez que la madre se ha ido. No te sientas culpable; estás ayudando a tu hijo a desarrollar resiliencia y autonomía, habilidades que le servirán toda la vida.
Costos y consideraciones económicas
El aspecto económico es una consideración importante al elegir una guardería. Comprender los diferentes factores que influyen en el costo te ayudará a planificar tu presupuesto familiar y encontrar opciones que se ajusten a tus posibilidades financieras sin comprometer la calidad del cuidado.
Estos son los principales aspectos económicos que debes considerar:
- Tarifas mensuales básicas: Varían significativamente según el tipo de guardería, ubicación geográfica y servicios ofrecidos. Las guarderías públicas suelen ser más económicas que las privadas.
- Matrícula o inscripción anual: Muchas guarderías cobran una cuota única al inicio del año o al momento de la inscripción.
- Horarios extendidos: Si necesitas dejar a tu hijo antes del horario regular o recogerlo más tarde, esto generalmente implica costos adicionales.
- Alimentación: Algunas guarderías incluyen todas las comidas en su tarifa básica, mientras otras cobran extra o solicitan que envíes la comida de tu hijo.
- Materiales y útiles: Puede haber cargos adicionales por materiales educativos, arte o actividades especiales.
- Transporte: Si la guardería ofrece servicio de recogida y entrega, suele tener un costo aparte.
- Actividades extracurriculares: Clases de música, idiomas, natación u otras actividades especiales pueden tener tarifas separadas.
- Descuentos por hermanos: Muchas guarderías ofrecen tarifas reducidas cuando inscribes a más de un hijo.
- Subsidios gubernamentales: Infórmate sobre posibles ayudas estatales para el cuidado infantil según tu situación económica.
- Beneficios laborales: Algunas empresas ofrecen subsidios para guarderías o cuentas de gastos flexibles que pueden usarse para estos pagos.
- Políticas de ausencias: Consulta si debes pagar la tarifa completa durante vacaciones o periodos de enfermedad de tu hijo.
- Gastos adicionales: Pañales, toallitas, cambios de ropa y otros elementos personales que debas proporcionar.
Es recomendable solicitar un detalle completo de todos los costos asociados antes de inscribir a tu hijo y preguntar sobre posibles incrementos de tarifas durante el año. Recuerda que la guardería más cara no siempre es la mejor; lo importante es la calidad del cuidado y la atención que recibe tu pequeño.
Comunicación efectiva con los cuidadores
Establecer una buena comunicación con las personas que cuidan a tu hijo en la guardería es fundamental para garantizar su bienestar y adaptación.
Esta relación de confianza beneficiará tanto a tu pequeño como a ti, proporcionándote tranquilidad y permitiéndote participar activamente en su desarrollo fuera de casa.
Aquí te compartimos algunas recomendaciones para mantener una comunicación efectiva:
- Reunión inicial detallada: Antes de que tu hijo comience, mantén una conversación exhaustiva sobre sus rutinas, preferencias, temores y necesidades específicas.
- Cuaderno de comunicación: Muchas guarderías utilizan un diario o cuaderno donde anotan información diaria sobre alimentación, sueño, actividades y anécdotas. Léelo con atención y también anota tú información relevante.
- Aplicaciones digitales: Algunas guarderías modernas utilizan apps que permiten seguimiento en tiempo real de actividades, fotos y comunicación directa con los cuidadores.
- Momentos de entrega y recogida: Aprovecha estos breves encuentros para intercambiar información importante sobre el día, aunque sin extenderte demasiado para no interrumpir la dinámica del centro.
- Reuniones periódicas programadas: Solicita entrevistas individuales con la educadora de tu hijo para hablar con más profundidad sobre su progreso.
- Eventos para familias: Participa en las actividades para padres que organice la guardería, son una excelente oportunidad para conocer mejor al personal y a otras familias.
- Comunicación de cambios importantes: Informa siempre sobre modificaciones en la rutina familiar que puedan afectar a tu hijo (mudanza, viaje de un familiar, etc.).
- Respeto mutuo: Recuerda que los educadores son profesionales; valora su experiencia y opiniones, aunque siempre puedas expresar tus inquietudes respetuosamente.
- Feedback constructivo: Si tienes sugerencias o preocupaciones, comunícalas de manera positiva y enfocada en soluciones.
- Información médica actualizada: Mantén al personal al tanto de cualquier cambio en la salud de tu hijo, medicamentos o alergias.
Una buena comunicación con los cuidadores te permitirá dar continuidad en casa a los aprendizajes de la guardería y viceversa, creando un entorno coherente para tu hijo que favorecerá su desarrollo integral.
¿Qué hacer si tu hijo se resiste a ir a la guardería?
Es bastante común que los niños, especialmente después del periodo inicial de adaptación, atraviesen fases en las que se muestran reacios a asistir a la guardería. Este comportamiento puede generar dudas y angustia en las madres, pero con las estrategias adecuadas, es posible superar estas etapas de manera positiva.
Si tu pequeño está mostrando resistencia a ir a la guardería, considera estas recomendaciones:
- Identifica la causa: Conversa con tu hijo (si ya puede comunicarse) o presta atención a pistas sobre lo que puede estar causando su rechazo. Puede ser desde un conflicto con otro niño hasta aburrimiento o cansancio.
- Habla con los educadores: Consulta si han notado algo inusual o si ha habido cambios en la rutina que puedan estar afectando a tu hijo.
- Mantén la calma y sé empático: Valida sus sentimientos diciéndole que entiendes que a veces cuesta separarse, pero transmite confianza en que estará bien.
- Evita negociar o ceder: Si un día decides no llevarlo porque llora, reforzarás la idea de que la resistencia funciona. Mantén la rutina con firmeza pero con cariño.
- Crea una rutina de despedida especial: Un abrazo especial, un beso en la mano que «dura todo el día» o cualquier otro ritual que le dé seguridad.
- Refuerza los aspectos positivos: Habla sobre las actividades divertidas que realizará, los amigos que verá y lo que aprenderá ese día.
- Lleva un objeto transicional: Si la guardería lo permite, un pequeño juguete o un pañuelo con tu perfume puede darle seguridad.
- Programa «citas de juego»: Invita a compañeros de la guardería a tu casa para fortalecer esos vínculos y asociar a estos niños con experiencias positivas.
- Llega con tiempo suficiente: Las mañanas apresuradas aumentan el estrés. Despiértate con tiempo para una rutina tranquila.
- Celebra los logros: Al final del día, resalta lo valiente que fue y las cosas positivas que experimentó.
- Evalúa si hay un problema real: Si la resistencia es persistente e intensa, considera la posibilidad de que exista un problema genuino que requiera atención.
Recuerda que los periodos de resistencia son normalmente transitorios y forman parte del desarrollo infantil. La mayoría de los niños terminan adaptándose bien y disfrutando de la guardería. Tu actitud positiva y confiada será el mejor ejemplo para tu pequeño.
Guarderías y salud: Enfermedades comunes y cómo manejarlas
Es una realidad que los niños que asisten a guarderías tienden a enfermar con más frecuencia, especialmente durante su primer año de asistencia. Esto se debe al contacto con otros niños y a que su sistema inmunológico aún está desarrollándose.
Aunque puede resultar desafiante, es parte normal del proceso y a largo plazo fortalecerá sus defensas.
Aquí te presentamos información importante sobre las enfermedades más comunes y cómo manejarlas:
- Infecciones respiratorias: Resfriados, gripes y bronquiolitis son frecuentes, especialmente en otoño e invierno. Mantén a tu hijo en casa si tiene fiebre o dificultad respiratoria significativa.
- Gastroenteritis: Los virus estomacales se propagan fácilmente entre niños pequeños. Es crucial mantener la hidratación y seguir las recomendaciones del pediatra.
- Conjuntivitis: Reconocible por el enrojecimiento, lagrimeo y secreción en los ojos. Consulta al pediatra para el tratamiento adecuado y sigue la política de la guardería sobre cuándo puede regresar.
- Infecciones de oído: A menudo relacionadas con resfriados. Presta atención si tu hijo se toca repetidamente las orejas o muestra irritabilidad inexplicable.
- Enfermedades exantemáticas: Varicela, roséola, quinta enfermedad y otras que producen erupciones cutáneas. Infórmate sobre los periodos de exclusión de la guardería.
- Piojos: Aunque no son una enfermedad, son comunes en entornos infantiles. Revisa regularmente el cabello de tu hijo y notifica a la guardería si encuentras piojos.
- Preparación preventiva:
- Mantén al día el calendario de vacunación
- Enseña hábitos de higiene como lavado de manos
- Fortalece el sistema inmunológico con alimentación saludable y descanso adecuado
- Prepara un «plan B» para cuando tu hijo no pueda asistir por enfermedad
- Políticas de la guardería: Familiarízate con las normas sobre:
- Cuándo un niño no debe asistir (generalmente con fiebre sobre 38°C)
- Procedimientos para administrar medicamentos
- Notificación de enfermedades contagiosas
- Requisitos para el regreso después de una enfermedad
Recuerda que, aunque puede ser complicado logísticamente manejar las enfermedades infantiles cuando trabajas, es importante respetar los periodos de recuperación y no enviar a tu hijo enfermo a la guardería, tanto por su bienestar como por el de los demás niños.
Alternativas y complementos a las guarderías tradicionales
Aunque las guarderías tradicionales son una opción popular, existen diversas alternativas que pueden adaptarse mejor a las necesidades específicas de algunas familias.
Conocer estas opciones te permitirá tomar una decisión más informada o incluso combinar diferentes soluciones para crear un sistema de cuidado infantil que funcione perfectamente para ti y tu pequeño.
Aquí te presentamos algunas alternativas y complementos a considerar:
- Niñeras o cuidadoras a domicilio: Profesionales que cuidan a tu hijo en tu propio hogar, ofreciendo atención personalizada y la comodidad de no tener que desplazar al niño.
- Madres de día: Educadoras que atienden a un pequeño grupo de niños (generalmente 3-4) en su propio hogar, combinando la atención personalizada con cierto nivel de socialización.
- Cooperativas de padres: Grupos de familias que se organizan para compartir el cuidado de los niños, rotando responsabilidades o contratando conjuntamente a profesionales.
- Guarderías dentro de empresas: Si tu lugar de trabajo ofrece este servicio, te permite estar cerca de tu hijo durante la jornada laboral y facilita la lactancia.
- Familiares: Abuelos, tíos u otros familiares pueden proporcionar cuidado afectuoso y personalizado, aunque es importante establecer expectativas claras.
- Opciones de medio tiempo o flexibles: Combinación de guardería parcial con otras modalidades de cuidado para reducir costos y tiempo de separación.
- Au pairs: Jóvenes extranjeros que viven con la familia a cambio de ayuda con el cuidado de los niños y tareas domésticas ligeras, además de ofrecer exposición a otro idioma.
- Ludotecas y espacios de juego supervisados: No son guarderías formales pero ofrecen opciones de socialización y entretenimiento por horas.
- Horario laboral flexible o teletrabajo: Negociar con tu empleador opciones que te permitan pasar más tiempo con tu hijo y reducir las horas de cuidado externo.
- Turnos complementarios con tu pareja: Organizarse para que uno esté presente mientras el otro trabaja, minimizando la necesidad de cuidado externo.
Al evaluar estas alternativas, considera factores como el costo, disponibilidad, flexibilidad horaria, oportunidades de socialización para tu hijo y tus propias necesidades laborales y personales. Muchas familias encuentran que una combinación de opciones funciona mejor que una solución única.
Conclusión: Tomando la mejor decisión para tu familia
Elegir el cuidado infantil adecuado es una decisión personal que depende de múltiples factores únicos para cada familia. No existe una fórmula universal, sino la opción que mejor se adapte a tus circunstancias, valores y necesidades de tu hijo.
Lo más importante es que te sientas tranquila y confiada con la elección que hagas.
Al tomar esta importante decisión, recuerda:
- Confía en tu instinto: Después de investigar opciones, visitar instalaciones y hacer preguntas, tu intuición materna también es una herramienta valiosa.
- La adaptación lleva tiempo: Dale a tu hijo y a ti misma la oportunidad de ajustarse gradualmente a la nueva rutina.
- Mantente flexible: Lo que funciona ahora puede cambiar conforme tu hijo crece o tus circunstancias laborales evolucionan.
- Evita la culpa: Necesitar o elegir una guardería no te hace una madre menos dedicada. Estás tomando decisiones pensando en el bienestar integral de tu familia.
- Evalúa periódicamente: Revisa si la solución elegida sigue siendo la adecuada y no temas hacer cambios si es necesario.
- Involúcrate: Sea cual sea la opción que elijas, mantente conectada con la experiencia educativa de tu hijo, comunicándote regularmente con los cuidadores.
- Busca equilibrio: El objetivo es encontrar una solución que permita que tu hijo se desarrolle felizmente mientras tú puedes cumplir con tus responsabilidades y cuidar tu bienestar.
- Comparte la carga: Si tienes pareja, involúcrala en la decisión y en las responsabilidades relacionadas con el cuidado infantil.
Recuerda que cada niño es único y lo que funciona para otros puede no ser lo ideal para el tuyo. La guardería ideal es aquella donde tu hijo se siente seguro, estimulado y feliz, y donde tú como madre sientes confianza y tranquilidad.
Al final, el amor y la atención que le das a tu hijo cuando están juntos es lo que realmente marca la diferencia en su desarrollo. La calidad del tiempo compartido siempre será más importante que la cantidad.