Publicado: 27 febrero, 2023
Actualizado: 9 mayo, 2025
¡Hola futura mamá! Durante estos meses, tu cuerpo está experimentando cambios increíbles para darle vida a ese pequeño ser que crece dentro de ti. Entre tantas transformaciones, hay una zona de tu cuerpo que merece especial atención: el suelo pélvico.
Quizás hayas escuchado este término en tus visitas médicas o en conversaciones con otras mamás, pero ¿realmente sabes qué es y por qué es tan importante durante el embarazo?
No te preocupes, estamos aquí para acompañarte y brindarte toda la información que necesitas para cuidar esta parte tan vital de tu cuerpo durante la dulce espera.
El suelo pélvico es como un héroe silencioso que sostiene y protege varios órganos importantes de tu cuerpo, especialmente durante estos meses de gestación. Conocerlo y fortalecerlo te ayudará no solo a tener un embarazo más cómodo, sino también a prepararte para el parto y la recuperación posterior.
Así que, ¡vamos a descubrir juntas todo sobre el suelo pélvico!
En este artículo
¿Qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos que forman una especie de hamaca o red en la parte inferior de la pelvis.
Esta estructura es fundamental porque cumple varias funciones esenciales en nuestro cuerpo:
- Sostiene los órganos pélvicos: El suelo pélvico mantiene en su lugar órganos tan importantes como la vejiga, el útero y el recto, evitando que desciendan debido a la fuerza de gravedad.
- Controla la continencia: Estos músculos nos permiten controlar la salida de orina, gases y heces, abriendo o cerrando los esfínteres según sea necesario.
- Participa en la función sexual: El tono adecuado del suelo pélvico contribuye a una vida sexual satisfactoria, pues estos músculos se contraen durante el orgasmo.
- Estabiliza la pelvis y la columna: Trabaja en conjunto con los músculos abdominales y de la espalda para mantener una postura correcta y estabilizar la zona lumbar.
En las mujeres, el suelo pélvico tiene tres aberturas naturales: la uretra (por donde sale la orina), la vagina y el ano. Esta configuración, junto con los cambios que ocurren durante el embarazo y el parto, hace que sea especialmente vulnerable a sufrir debilitamiento si no se le presta la atención adecuada.
Cambios del suelo pélvico durante el embarazo
Durante el embarazo, tu cuerpo experimenta numerosas transformaciones, y el suelo pélvico no es la excepción.
Estos son los principales cambios que ocurren:
- Aumento de presión: A medida que el bebé crece, ejerce cada vez más presión sobre los músculos del suelo pélvico, que deben sostener este peso adicional durante nueve meses.
- Cambios hormonales: Las hormonas del embarazo, especialmente la relaxina, provocan que los ligamentos y tejidos se vuelvan más elásticos y flexibles. Aunque esto es beneficioso para el momento del parto, también puede causar un debilitamiento general de la zona.
- Cambios posturales: La curvatura de la columna se modifica para compensar el peso del vientre, lo que altera la posición natural de la pelvis y puede aumentar la tensión en el suelo pélvico.
- Preparación para el parto: En las últimas semanas, el cuerpo comienza a prepararse para el nacimiento, lo que puede incluir mayor presión en la zona pélvica y sensación de pesadez.
Es completamente normal que durante el embarazo sientas algunos síntomas relacionados con estos cambios, como necesidad de orinar con mayor frecuencia, pequeñas pérdidas de orina al toser o reír, o sensación de pesadez en la zona genital. Sin embargo, con el cuidado adecuado, muchos de estos síntomas pueden prevenirse o minimizarse.
¿Por qué es importante cuidar el suelo pélvico durante el embarazo?
Cuidar el suelo pélvico durante el embarazo no es solo una recomendación, sino una necesidad para tu bienestar presente y futuro. Las razones son múltiples:
- Previene la incontinencia urinaria: Un suelo pélvico fuerte puede evitar esas molestas pérdidas de orina que muchas mujeres experimentan, especialmente en el último trimestre cuando la presión sobre la vejiga es mayor.
- Facilita el parto: Un suelo pélvico bien trabajado tiene la elasticidad adecuada para permitir el paso del bebé durante el parto, reduciendo el riesgo de desgarros o la necesidad de episiotomía (corte en el periné).
- Mejora la recuperación postparto: Las mujeres que han fortalecido su suelo pélvico durante el embarazo suelen tener una recuperación más rápida y con menos complicaciones después del nacimiento.
- Previene problemas futuros: El cuidado durante el embarazo ayuda a prevenir problemas a largo plazo como prolapsos (descenso de órganos pélvicos) o disfunciones sexuales.
- Reduce el dolor lumbar: El trabajo del suelo pélvico, en conjunto con una buena postura, puede aliviar las molestias en la espalda baja tan frecuentes durante el embarazo.
Muchas mamás primerizas no son conscientes de la importancia de esta zona hasta que surgen problemas después del parto. Por eso, la prevención durante el embarazo es fundamental para evitar complicaciones futuras y disfrutar plenamente de la maternidad.
Signos de debilidad del suelo pélvico
Es importante aprender a reconocer las señales que indican que tu suelo pélvico necesita atención. Algunos signos comunes de debilidad incluyen:
- Pérdidas de orina: Especialmente al toser, reír, estornudar o hacer esfuerzos físicos.
- Sensación de pesadez vaginal: Una sensación de que «algo baja» o presiona en la zona genital.
- Dificultad para retener gases o heces: Pérdidas involuntarias o urgencia para ir al baño.
- Dolor lumbar persistente: Que no mejora con el descanso o cambios de postura.
- Dolor durante las relaciones sexuales: O disminución de la sensibilidad en esta zona.
- Bulto en la vagina: En casos más avanzados, puede haber un prolapso visible.
Si experimentas alguno de estos síntomas durante el embarazo, es recomendable que lo consultes con tu médico o matrona. No sientas vergüenza, pues son situaciones muy comunes que tienen solución, especialmente si se atienden a tiempo.
Ejercicios recomendados para fortalecer el suelo pélvico
La buena noticia es que existen ejercicios específicos, seguros y efectivos para fortalecer el suelo pélvico durante el embarazo. Los más conocidos son los ejercicios de Kegel, pero hay otras técnicas complementarias:
Ejercicios de Kegel
Los ejercicios de Kegel son la base del fortalecimiento del suelo pélvico y consisten en contraer y relajar los músculos de esta zona:
- Identificación de los músculos: Para asegurarte de que estás trabajando los músculos correctos, intenta detener el flujo de orina a mitad de la micción (solo para identificarlos, no como ejercicio habitual).
- Contracciones lentas: Contrae los músculos del suelo pélvico, elevándolos hacia el interior de tu cuerpo, mantén la contracción durante 5 segundos y luego relaja completamente durante otros 5 segundos. Repite 10 veces.
- Contracciones rápidas: Contrae y relaja los músculos rápidamente, en intervalos de 1 segundo. Realiza 10-15 repeticiones.
- Contracciones en escalera: Contrae los músculos gradualmente, como si subieras una escalera, aumentando la intensidad paso a paso, y luego relaja de la misma manera descendente.
Recomendaciones para realizar los ejercicios de Kegel:
- Realiza estos ejercicios 3 veces al día.
- Puedes hacerlos en diferentes posiciones: sentada, de pie o acostada.
- Concéntrate solo en los músculos del suelo pélvico, evitando contraer abdomen, glúteos o muslos.
- Mantén una respiración normal mientras los haces.
Ejercicios complementarios
Además de los ejercicios de Kegel, estas actividades pueden ayudar a mantener un suelo pélvico saludable:
- Ejercicios de respiración: La respiración diafragmática correcta reduce la presión sobre el suelo pélvico. Inhala profundamente por la nariz, permitiendo que tu abdomen se expanda, y exhala lentamente por la boca.
- Movimientos de basculación pélvica: En posición de cuatro apoyos (manos y rodillas en el suelo), alterna entre arquear la espalda (llevando la pelvis hacia adelante) y redondearla (llevando la pelvis hacia atrás).
- Ejercicios con pelota: Sentada sobre una pelota de ejercicio, realiza movimientos circulares suaves con la pelvis, lo que ayuda a liberar tensiones y fortalecer la zona.
- Yoga prenatal: Muchas posturas de yoga adaptadas para embarazadas fortalecen indirectamente el suelo pélvico y mejoran la conciencia corporal.
Recuerda consultar siempre con tu médico antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios durante el embarazo, y considerar la posibilidad de trabajar con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.
El papel del suelo pélvico durante el parto
El suelo pélvico desempeña un papel crucial durante el parto. Un suelo pélvico bien preparado debe encontrar el equilibrio perfecto entre:
- Fortaleza: Para mantener el control durante las contracciones y el pujo.
- Elasticidad: Para permitir el paso del bebé sin sufrir desgarros excesivos.
Durante el trabajo de parto, el suelo pélvico experimenta una enorme distensión, especialmente en la fase de expulsivo. Los músculos pueden estirarse hasta tres veces su longitud normal para permitir el nacimiento del bebé.
Un aspecto importante que debes conocer es el masaje perineal durante las últimas semanas del embarazo. Esta técnica, que consiste en masajear suavemente la zona del periné para aumentar su elasticidad, ha demostrado reducir el riesgo de desgarros durante el parto. Tu matrona puede enseñarte cómo realizarlo correctamente.
Además, durante el parto mismo, existen posiciones que pueden favorecer la relajación del suelo pélvico y facilitar el descenso del bebé, como la posición en cuclillas, de lado o a cuatro apoyos. Conversa con tu equipo médico sobre las opciones disponibles en tu caso particular.
Recuperación del suelo pélvico después del parto
El período posparto es fundamental para la recuperación del suelo pélvico. Después del nacimiento, estos músculos necesitan tiempo y cuidados especiales para volver a su estado óptimo:
- Descanso inicial: Durante las primeras semanas, es importante permitir que tu cuerpo se recupere, evitando esfuerzos excesivos que aumenten la presión abdominal.
- Evaluación posparto: Idealmente, entre 6 y 8 semanas después del parto, deberías tener una evaluación del estado de tu suelo pélvico, ya sea con tu ginecólogo o con un fisioterapeuta especializado.
- Ejercicios graduales: La rehabilitación debe ser progresiva, comenzando con ejercicios suaves y aumentando la intensidad conforme los músculos se fortalecen.
- Atención a las señales: Estar atenta a síntomas como pérdidas de orina, sensación de pesadez o dolor, que pueden indicar que necesitas atención especializada.
- Cuidados diarios: Adoptar hábitos que favorezcan la salud del suelo pélvico, como mantener un peso saludable, evitar el estreñimiento y realizar ejercicio adecuado.
Recuerda que la recuperación completa puede tomar varios meses, y es diferente para cada mujer. No te desanimes si el proceso es más lento de lo que esperabas, y no dudes en buscar ayuda profesional si tienes preocupaciones.
5 Mitos y realidades sobre el suelo pélvico
Existen muchas creencias erróneas sobre el suelo pélvico que es importante aclarar:
- «Los problemas del suelo pélvico solo afectan a mujeres mayores o que han tenido varios hijos.» REALIDAD: Pueden afectar a mujeres de todas las edades, incluso a aquellas que nunca han estado embarazadas, aunque el embarazo y el parto son factores de riesgo importantes.
- «Los ejercicios para el suelo pélvico solo son necesarios después del parto.» REALIDAD: Lo ideal es comenzar a fortalecer estos músculos antes y durante el embarazo como medida preventiva.
- «Una cesárea protege completamente el suelo pélvico.» REALIDAD: Aunque el parto vaginal implica mayor esfuerzo para estos músculos, el embarazo en sí ya supone una sobrecarga, por lo que incluso las mujeres que dan a luz por cesárea deben cuidar su suelo pélvico.
- «El dolor durante las relaciones sexuales después del parto es normal y permanente.» REALIDAD: Aunque puede haber molestias temporales, el dolor persistente no es normal y puede estar relacionado con problemas del suelo pélvico que tienen solución.
- «Las pérdidas de orina ocasionales son normales y no tienen importancia.» REALIDAD: Aunque son comunes, no son normales y pueden ser un indicio de debilidad del suelo pélvico que requiere atención.
Cuándo consultar a un especialista
Si bien muchos ejercicios para el suelo pélvico pueden realizarse de forma autónoma, hay situaciones en las que es recomendable buscar la ayuda de un profesional especializado, como un fisioterapeuta experto en suelo pélvico o un urólogo-ginecólogo:
- Si experimentas pérdidas de orina con frecuencia.
- Si sientes dolor o presión persistente en la zona pélvica.
- Si notas un bulto en la vagina o sensación de que «algo se sale».
- Si tienes dolor durante las relaciones sexuales.
- Si has tenido un parto complicado o con desgarros importantes.
- Si quieres asegurarte de que estás realizando los ejercicios correctamente.
Estos especialistas pueden realizar una evaluación completa de tu suelo pélvico y diseñar un plan de tratamiento personalizado según tus necesidades específicas. No subestimes la importancia de buscar ayuda profesional si la necesitas.
Conclusiones y recomendaciones finales
El cuidado del suelo pélvico durante el embarazo es una inversión en tu salud y bienestar a corto y largo plazo. Recuerda estos puntos clave:
- El suelo pélvico es fundamental para sostener tus órganos pélvicos y controlar funciones importantes como la micción.
- Durante el embarazo, esta zona sufre cambios significativos debido al aumento de peso y los cambios hormonales.
- Fortalecer estos músculos te ayudará a prevenir problemas como la incontinencia urinaria y facilitará tanto el parto como la recuperación posterior.
- Los ejercicios de Kegel son la base del fortalecimiento, pero existen otras técnicas complementarias beneficiosas.
- Después del parto, la rehabilitación gradual es crucial para recuperar la funcionalidad óptima.
- No dudes en consultar con especialistas si tienes dudas o experimentas síntomas preocupantes.
La maternidad es un viaje maravilloso que transforma tu cuerpo de maneras increíbles. Cuidar tu suelo pélvico es parte de ese viaje y te permitirá disfrutar plenamente de esta etapa y de las que vendrán después.
¡Te deseamos un embarazo feliz y saludable, futura mamá!
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