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La lactancia materna puede ser un desafío, especialmente en los primeros días y especialmente si es tu primer bebé.
Pero recuerda que no estás sola. Las consultores de lactancia pueden ayudarte a encontrar maneras de hacer que la lactancia sea un exito para tu y tu bebé. Algunas mujeres enfrentan muchos problemas diferentes durante la lactancia, mientras que otras no. Además, muchas mujeres pueden tener ciertos problemas con un bebé que no tienen con su segundo o tercer bebé.
Las mordidas de bebés en los pezones
Algunos bebés contraen la mandíbula al quedarse dormidos y cierran los maxilares atrapando el pecho y la mamá puede interpretarlo como que le ha mordido. En realidad el bebé no ha tenido ninguna intención de morderle ni de hacerle daño. Por esto es tan importante saber si el bebé ha “mordido” al quedarse dormido al pecho o en cualquier momento del día estando despierto, porque no es lo mismo.
En el caso de los bebés que cierran la mandíbula al dormirse, se puede solucionar intentando que el bebé no se quede totalmente dormido con el pecho en la boca. En el caso de los bebés que muerden estando despiertos, los motivos pueden ser diversos:
- Le están saliendo los dientes
- Están rabiosos, frustrados o enfadados por alguna situación
- Están hiperexcitados y necesitan descargar la sobrecarga
- La mamá está ausente mientras le da el pecho: viendo la TV, hablando por teléfono, etc
- La mamá está enfadada y el bebé nota la tensión
- El bebé no quiere mamar pero su mami le insiste para que tome pecho (quizás no tiene hambre o está jugando distraído)
Generalmente, detrás de un mordisco de un bebé estando despierto, suele haber un motivo emocional (excepto en la salida de los dientes) y lo mejor para resolver esta situación es encontrar la causa real para poder acompañar al niño y que deje de morder. Los bebés están en plena etapa “oral” lo que significa que obtienen placer por la boca con la succión pero también sueltan su rabia y su estrés por la boca. Si un bebé está frustrado o rabioso, seguramente morderá para soltar su tensión (por eso hay tantos pequeños que muerden en la guardería).
Algunas mujeres gritan y separan al bebé del pecho para indicarle que eso no se debe hacer. Lo cierto es que eso, aunque puede ser efectivo, no resuelve el problema de verdad porque no indaga la causa real del mordisco. Sé que se suele recomendar decir un NO fuerte y rotundo para evitar que el bebé muerda y sé que a veces funciona, pero generalmente el bebé se asusta frente a esa respuesta de su madre y realmente no resuelve el miedo o la rabia que el bebé está padeciendo.
Consejos para lidiar con las grietas en los pezones durante la lactancia
De por sí el cuerpo de la mujer sufre muchos cambios físicos durante el embarazo, cambios que si no se controla pueden ser permanentes. Mientras se está amamantando al bebé puede ser que aparezcan grietas en el pezón. Es necesario saber qué hacer para evitarlas, qué hacer para que las grietas no duelan y no impidan el amamantamiento.
Lo principal es que la madre consulte con un médico profesional para recibir indicaciones sobre el tratamiento para las grietas, pues no es necesario sufrir mientras se amamanta.
Todo malestar tiene causas, las grietas en el pezón tienen 3 factores que ayudan al aparecimiento de grietas: la mala colocación del bebé en el cuerpo de la mamá cuando está amamantando, un bebé mal prendido puede provocar grietas en el pezón, pues el bebé tira mal del pezón y provoca las grietas y la presencia de hongos en la boca del bebé o en el pezón mismo.
Las grietas son lesiones son leves o profundas, de ser profundas o causar sangrado la mamá debe suspender el amamantamiento del bebé por no más de 2 días, pero extraer la leche. Si la grieta es leve se puede utilizar una pezonera.
Al poseer alguna grieta en el pezón podría ponerse un poco de su propia leche en el pezón y crema que lubrica el pezón evitando una resequedad y aliviando la presente, ambos tratamientos pueden alternarse, lo cual es más efectivo. Al menos unos 15 minutos de sol directamente al pezón es algo que ayuda mucho, pero se suma también la corrección de la posición del bebé, lo cual se arregla sosteniendo al bebé por la cabeza, evitando que tire del pezón, todo eso es recomendable para evitar que la grieta aparezca o vuelva aparecer.
Un pezón tarda en curarse aproximadamente de 4 días a una semana, dependiendo de lo grave que esté la lesión.
En caso de presencia de hongo en la boca del bebé o en el pezón de la mamá lo indicado es visitar a un médico y consultarle al respecto, él inmediatamente iniciará el tratamiento respectivo que probablemente sea un tratamiento tanto como para el bebé como para la mamá, puede ser un antimicótico local y otras veces en caso de lesiones profundas puede ser también oral.
Las grietas en los pezones se pueden evitar al hacer que el bebé tenga una buena postura para amamantar y que en su boca tenga el pezón entero. Por cualquier grieta, es más recomendable el uso de tu leche, pues es mejor que cualquier fármaco o crema.
Como cuidar los pezones durante la lactancia
Sin embargo, los cuidados son básicos y casi los mismos que se realizan durante el embarazo. En términos de escala el primer gran cuidado es el agarre del bebé al pecho y lógicamente tener algunas precauciones en cuenta para la protección y prevenir cualquier dolor de los pezones los cuales tienden a agrietarse.
Ahora bien, amamantar debería ser una experiencia agradable y confortable antes que nada. Pero, para muchas madres primerizas todavía se encuentran con que sus pezones son demasiado sensibles para los primeros días en que el bebé comienza a mamar. Esto tiende a desaparecer generalmente después de la primera o segunda semana.
Dentro de las precauciones a tener en cuenta está el agrietamiento, las ampollas, el dolor o la sangre que se presenta durante la lactancia no son normales se debe consultar con un Consejero o consultor de lactancia.
A cada madre se le debe facilitar tener la información completa y adecuada de que se presenta muchas variaciones en lo que respecta a la forma y el tamaño de los pechos de las madres, y que en ningún momento la producción de leche va a depender de ello. Entre las pautas de protección de los pezones es necesario tener en cuenta lo siguiente:
- La extracción, es básico extraer leche después de la mamada si resulta que los pechos han quedado llenos todavía. Esta leche se puede almacenar, guardas para dársela luego al bebé.
- La demanda constante, es lograr ofrecer el pecho al niño y amamantar con bastante frecuencia sin horarios ni restricciones para conseguir el alivio de las mamas.
- Un buen agarre, es esencial que el bebé se coloque bien prendido, esto es, con la boca bien abierta, su mentón tocando el pecho de la mamá y su labio inferior debe estar hacia afuera. El recién nacido debe succionar, detenerse y volver a succionar con lentitud y profundidad.
Cuando se menciona amamantar con frecuencia es cada 1-1/2-3 horas, son entre 8-12 amamantamientos cada 24 horas. Porque si se mantiene al bebé en un horario más prolongado sin su comida puede darle un hambre frenética, con la posibilidad que mame demasiado fuerte, colocando muy sensibles los pezones.
Lo primero también es interrumpir la succión antes de retirar al bebé de su pecho. Esto se hace colocando un dedo limpio en el lado de la boca de su bebé entre sus mandíbulas. No lo retire hasta que sienta que ha terminado la succión. Después de amamantar al bebé es básico exprimir el seno y sacar el resto de la leche, úntela con un masaje en su aréola y pezón y luego la seca al aire libre, déjelas el más tiempo posible.
Esto se realiza como medida preventiva ya que van a estar en contacto con la humedad. Y por eso, se recomienda también pasar la leche varias veces por los pezones y por la areola ya que contiene propiedades antibióticas, regenerativas antisépticas tanto para suavizar como lubricar el tejido del pezón. Evitar aplicar cualquier tipo de ungüento en los pezones. En caso de dolor lo primero es usar leche del final de la toma para calmarlo.
Los pechos se deben lavar solo con agua evitando utilizar jabones, aceites u otro producto que altere el pH de la piel que pueda irritarla, además porque puede inferir con la lubricación natural de la misma.
Se aconseja cuando las madres tienen tiempo durante el embarazo, realizar exposiciones al sol unos diez o quince minutos, teniendo siempre en cuenta el tema de los horarios de no ir a estar durante mucho tiempo al sol. Pero está demostrado que el sol tiende a sanar las grietas de los pezones y va a hacer que se sequen más rápidamente.
Ahora bien, si los pezones están demasiado sensibles y se siente algún tipo de dolor, se puede intentar con el siguiente manejo: evitar el tiempo de amamantamiento en el pezón afectado. Utilizar técnicas de respiración y relajación antes y mientras amamanta. Antes de dar de mamar exprima un poco de leche primero con el fin de estimular su flujo. Dar masajes mientras se amamanta en todo el seno.
Esto va a ayudar a estimular que la leche fluya fácilmente. Usar sostenes acolchados o forrados no de plástico, cambiar los rellenos frecuentemente para mantener el pezón seco. La lanolina pura para los pezones secos o agrietados es también de gran ayuda. Usar soportes para los senos con múltiples hoyos entre amamantadas. Esto va a permitir que el aire circule y se protegen de ser comprimido o rozado por el sostén.
Pechos hinchados durante la lactancia
Unos pocos días después del parto ocurre que los pechos se vuelven un tanto más pesados y sensibles a causa de la misma leche. Lo duro de los pechos es causado por la misma sangre que está en los senos, pero es sangre que es extra. Esto al cabo de un par de semanas desaparece y es cuando experimentas una suavidad en tus pechos.
En algunos casos los pechos podrían presentar un dolor e inflamación, sensibilidad incluso dolor, quizá sean señales que la hinchazón en tus pechos es más fuerte, presentándose una fiebre y el dolor podría abarcar hasta la zona de las axilas.
Estos síntomas perjudican en un tanto la lactancia, un pezón duro impide un apropiado prendimiento del bebé.
Los pechos inflamados o hinchados pueden aparecer a pesar que los bebés no se alimenten del pecho con frecuencia, aunque en la mayoría de ocasiones es porque el bebé no ha sido amamantado en el tiempo que debería, en la cantidad adecuada, por lo tanto es recomendado que se la madre vacíe sus pechos, exactamente después de haber dado a luz.
Otro de los inconvenientes por los que se presenta esta anomalía es porque a veces se podría presentar conductos de leche obstruidos, ocurre cuando la madre tiene implantes mamarios o por usar brasier demasiado encogido.
Prevenir los pechos hinchados es fácil, esta anomalía no sucede a todas las mujeres, aun así es necesario que se sigan una serie de recomendaciones:
- Es necesario que la hora de amamantar al bebé en el momento indicado y no fallar a ese horario, y justo después de dar a luz, inmediatamente al pasar 2 horas es mejor amamantarlo.
- La frecuencia de amamantamiento también es importante, esta debe ser al menos de 8 veces al día y no más de 12. Para que esto suceda es recomendable saber en qué momento el bebé tiene hambre.
- Al momento de amamantar al bebé, el bebé debe aprovechar y vaciar el pecho para poder cambiar de pecho.
- Es necesario que no se le dé biberón al bebé durante el primer mes de vida, exceptuando alguna condición médica que lo requiera.
5 Maneras de mantener los senos saludables durante la lactancia
Aprender a mantener un pecho sano sin las aburridoras grietas o estrías durante la lactancia se consigue con algunos cuidados básicos que permitan mantener un pecho sano antes, durante y después de la lactancia. No olvidar que específicamente durante el primer trimestre el cuerpo comienza a sufrir varios cambios y concretamente el pecho, cambia desde la silueta porque comienza a almacenar grasa con el fin de tener un depósito de energía “extra”.
Además que las glándulas del interior del seno comienzan a desarrollarse para recibir la llegada del nuevo bebé. Es así que con estos cambios traen consigo efectos los cuales provocan en las mamás temores por las posibles consecuencias en su aspecto, haciendo que muchas abandonen la lactancia materna o debido también a la mastitis, la flacidez o las estrías que provocan estos cambios.
Entre las recomendaciones básicas para tener en cuenta están las siguientes:
- Para evitar los famosos dolores de espalda o sentir el pecho más pesado de lo habitual se puede procurar utilizar sujetadores especiales, tirantes anchos, sujetadores de algodón y sobretodo una talla adecuada que se ajuste a una nueva figura. Si se utiliza discos absorbentes, se recomienda cambiar con frecuencia para que la piel no se comprima por la humedad.
- A la hora de prevenir el aspecto del pecho “caído” es conveniente realizar ejercicios para fortalecer los pectorales. La natación, el pilates o el yoga permiten mantener la piel firme y los senos tonificados.
- El ideal es mantener un nivel de higiene, aunque sin ser exageradas, porque al contrario de lo que pueda parecer, el pecho no necesita un cuidado específico entre cada toma, solo una higiene personal. En cambio, el uso de lociones, jabones, pomadas pueden en cambio irritar y resecar la areola, favoreciendo así la aparición de grietas. Lo recomendable es limpiar los senos solo con agua y finalizar las duchas con un abundante agua fresca, así se tonifica el tejido.
- Es importante que durante las tomas el bebé se agarre correctamente para que así se pueda vaciar completamente el pecho y se permite la relajación de los tejidos. Igualmente procurar alternar los pechos en cada toma, para evitar que estos colapsen, acá puede ayudarse con un sacaleches en caso de ser necesario. Y es fundamental que antes de retirar al bebé del pecho, no olvidar de interrumpir la succión, así evitas que el pequeño tire con sus encías y pueda lastimar el pezón.
- Las cremas ricas en vitamina E y la famosa rosa de mosqueta (aceite), utilizarlas por sus propiedades y porque además ayudan a prevenir la aparición de estrías. En cambio, las cremas con base en lanolina son perfectas como complemento, debido a que sus cualidades hidratantes y emolientes ayudan a cicatrizar las posibles grietas o a prevenir su aparición.