Publicado: 31 marzo, 2023
Actualizado: 14 mayo, 2025
La fiebre en los bebés es una de las situaciones que más preocupación genera en las mamás, especialmente cuando son primerizas. Es ese momento en que nuestro pequeño tiene las mejillas sonrojadas, está irritable y su cuerpecito se siente más caliente de lo normal.
Aunque la fiebre es en realidad un mecanismo de defensa del cuerpo que indica que está luchando contra alguna infección, es comprensible la ansiedad que produce.
En este artículo compartiremos contigo 10 remedios caseros efectivos y seguros para ayudar a bajar la fiebre de tu bebé, junto con información esencial que toda mamá debe conocer para manejar estos episodios con tranquilidad y saber exactamente cuándo es momento de buscar ayuda médica.
En este artículo
¿Qué es la fiebre y cuándo preocuparse?
La fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que indica que el cuerpo de tu bebé está combatiendo alguna infección o virus. Se considera fiebre cuando la temperatura corporal supera los 38°C (100.4°F), aunque es importante entender que el valor puede variar dependiendo de cómo y dónde se realice la medición.
¿Cómo identificar la fiebre en un bebé?
Estos son los signos más comunes que pueden indicar que tu bebé tiene fiebre:
- Temperatura corporal elevada (superior a 38°C o 100.4°F)
- Mejillas sonrojadas y piel caliente al tacto
- Irritabilidad o llanto sin causa aparente
- Somnolencia inusual
- Pérdida de apetito
- Respiración más rápida de lo normal
- Sudoración
- Escalofríos
¿Cuándo debería preocuparme por la fiebre de mi bebé?
La edad de tu bebé es un factor determinante para saber cuándo una fiebre requiere atención médica:
- Bebés menores de 3 meses: Cualquier temperatura por encima de 38°C (100.4°F) es motivo para consultar con un médico de inmediato, incluso si el bebé no presenta otros síntomas.
- Bebés de 3 a 6 meses: Si la temperatura es superior a 38.9°C (102°F) o si la fiebre persiste por más de 24 horas.
- Bebés de 6 a 24 meses: Si la temperatura es superior a 39.4°C (103°F) o si la fiebre dura más de 72 horas.
Recuerda que estas son pautas generales y cada bebé es diferente. Lo más importante es observar el comportamiento general de tu pequeño.
Un bebé con fiebre baja que está extremadamente irritable, letárgico o presenta otros síntomas preocupantes necesita atención médica, independientemente de su edad o de la temperatura exacta.
Cuándo contactar al médico inmediatamente

Hay situaciones en las que no debes esperar y es necesario buscar ayuda médica de inmediato. Contacta a tu pediatra o acude a urgencias si tu bebé presenta cualquiera de estos signos, además de la fiebre:
- Dificultad para respirar o respiración muy rápida
- Llanto inconsolable o gemidos de dolor
- Rigidez en el cuello
- Fontanela (la zona blanda en la parte superior de la cabeza) hundida o abultada
- Convulsiones o temblores incontrolables
- Erupción cutánea que no desaparece al presionar la piel
- Letargo extremo (difícil de despertar)
- Signos de deshidratación: menos de 4-6 pañales mojados al día, ausencia de lágrimas al llorar, boca y labios secos, ojos hundidos
- Vómitos persistentes
- Dolor intenso
- Color pálido, grisáceo o azulado en la piel
- Rechazo total a tomar líquidos por más de 8 horas
Estos síntomas pueden indicar condiciones graves como meningitis, sepsis, neumonía u otras infecciones serias que requieren tratamiento médico inmediato. Siempre es mejor prevenir y consultar con un profesional si tienes dudas.
10 Remedios caseros efectivos para bajar la fiebre

Cuando tu bebé tiene fiebre leve o moderada, existen varios remedios caseros que pueden ayudar a reducir la temperatura y hacer que se sienta más cómodo mientras su cuerpo combate la infección. Estos métodos son complementarios y nunca deben reemplazar el consejo médico profesional.
Hidratación constante
Mantener a tu bebé bien hidratado es fundamental durante episodios de fiebre. La fiebre puede causar que el cuerpo pierda más líquidos a través del sudor y la respiración acelerada, aumentando el riesgo de deshidratación.
Si tu bebé es menor de 6 meses y se alimenta exclusivamente de leche materna, ofrécele el pecho con mayor frecuencia. Si toma fórmula, puedes ofrecerle más tomas de lo habitual. Para bebés mayores de 6 meses, además de la leche, puedes ofrecer agua o soluciones de rehidratación oral pediátricas recomendadas por tu médico.
Una buena hidratación no solo ayuda a regular la temperatura corporal, sino que también facilita la eliminación de toxinas y apoya al sistema inmunológico en su lucha contra la infección.
Baños tibios (no fríos)
Un baño con agua tibia (nunca fría) puede ser muy efectivo para reducir la fiebre de forma gradual y segura. El agua debe estar aproximadamente a 37°C (98.6°F), ligeramente más fresca que la temperatura corporal de tu bebé.
Para realizarlo correctamente:
- Llena la bañera con agua tibia (comprueba la temperatura con el codo o un termómetro)
- Sienta a tu bebé en el agua, asegurándote de que su cabeza y cuello estén fuera del agua
- Vierte suavemente agua sobre los hombros, pecho y espalda durante unos 5-10 minutos
- Seca a tu bebé completamente después y vístelo con ropa ligera
Este método funciona porque el agua ayuda a disipar el calor a través de la piel sin causar el efecto de escalofrío que puede provocar el agua fría, lo cual paradójicamente puede aumentar la temperatura corporal.
Ropa ligera y ambiente fresco
Vestir a tu bebé con demasiada ropa o envolverlo en muchas mantas puede dificultar que su cuerpo libere el exceso de calor. Durante episodios de fiebre, es recomendable:
- Vestir al bebé con ropa ligera, preferiblemente de algodón
- Mantener la habitación a una temperatura agradable (entre 20-22°C o 68-72°F)
- Utilizar sábanas ligeras en vez de edredones pesados
- Evitar sobreabrigarlo, incluso si tiene escalofríos
Es un error común pensar que un bebé con fiebre necesita más abrigo, cuando en realidad lo que necesita es poder regular su temperatura corporal más fácilmente. Si notas que tu bebé está sudando o su piel se siente muy caliente, considera reducir aún más la ropa.
Compresas tibias
Las compresas tibias aplicadas en zonas estratégicas pueden ayudar a reducir la temperatura corporal de forma suave y progresiva. Este método es especialmente útil si tu bebé está incómodo o no quiere tomar un baño.
Para aplicar correctamente las compresas:
- Humedece un paño limpio con agua tibia (no fría)
- Escúrrelo bien para que no gotee
- Colócalo suavemente en la frente, nuca, axilas o ingles de tu bebé
- Cambia y humedece el paño cada pocos minutos para mantener su efecto
Estas zonas del cuerpo tienen vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel, lo que facilita la transferencia de calor. Es importante nunca usar alcohol o vinagre en estas compresas, ya que pueden ser absorbidos por la piel y resultar tóxicos para tu bebé.
Alimentación ligera y frecuente
Es normal que los bebés con fiebre tengan menos apetito. Sin embargo, mantener una nutrición adecuada es importante para ayudar al cuerpo a combatir la infección. Opta por ofrecer alimentos ligeros y en porciones pequeñas con mayor frecuencia.
Si tu bebé aún se alimenta exclusivamente de leche materna o fórmula:
- Ofrece tomas más cortas pero más frecuentes
- No fuerces la alimentación si muestra rechazo
Para bebés que ya consumen alimentos sólidos:
- Ofrece purés suaves o alimentos blandos y fáciles de digerir
- Evita alimentos muy condimentados o pesados
- Prioriza alimentos ricos en agua como purés de frutas o verduras
Una buena nutrición puede fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a tu bebé a recuperarse más rápido de la enfermedad que está causando la fiebre.
Infusiones naturales (solo para bebés mayores de 6 meses)
Algunas infusiones suaves pueden ayudar a reducir la fiebre y proporcionar comodidad a bebés mayores de 6 meses, siempre en pequeñas cantidades y después de consultar con tu pediatra.
Las opciones más seguras incluyen:
- Manzanilla: con propiedades antiinflamatorias suaves
- Tilo: puede ayudar a reducir la fiebre ligeramente
- Hojas de frambuesa: tradicionalmente usadas para bajar la fiebre
Para preparar estas infusiones:
- Utiliza una cucharadita de la hierba en una taza de agua hervida
- Deja reposar por 5-10 minutos y cuela muy bien
- Enfría a temperatura ambiente
- Ofrece pequeñas cantidades (1-2 cucharaditas) varias veces al día
Es importante recordar que las infusiones no deben reemplazar la leche materna, fórmula o agua como principal fuente de hidratación, y siempre deben ofrecerse sin azúcar ni miel (especialmente en bebés menores de 12 meses).
Paños húmedos en pulsos
Esta técnica consiste en aplicar paños húmedos y tibios en las zonas donde el pulso es más fuerte: muñecas, tobillos, axilas e ingles. En estas áreas, los vasos sanguíneos están más cerca de la superficie de la piel, lo que facilita el enfriamiento de la sangre que circula.
Para aplicar este remedio:
- Humedece paños limpios con agua tibia
- Colócalos en las muñecas y tobillos de tu bebé
- Mantén los paños en su lugar durante 5-10 minutos
- Repite el proceso cada hora si es necesario
Este método es especialmente útil para bebés que están inquietos o no toleran bien otros métodos como el baño. Además, puedes aplicarlo mientras tu bebé duerme sin necesidad de despertarlo completamente.
Ambiente con humedad adecuada
Mantener un nivel adecuado de humedad en la habitación donde está tu bebé puede ayudar a aliviar los síntomas respiratorios que a menudo acompañan a la fiebre y facilitar la reducción de la temperatura corporal.
Puedes mejorar la humedad del ambiente:
- Utilizando un humidificador de vapor frío (no caliente)
- Colocando recipientes con agua fría cerca de fuentes de calor
- Dejando la puerta abierta mientras te duchas para que el vapor entre en la habitación
Un ambiente con la humedad adecuada (entre 40-60%) puede:
- Facilitar la respiración si tu bebé está congestionado
- Prevenir la sequedad de las mucosas nasales
- Ayudar a regular la temperatura ambiente
Recuerda limpiar regularmente el humidificador para evitar el crecimiento de moho o bacterias que podrían empeorar los síntomas de tu bebé.
Masajes suaves con aceite de coco
Los masajes suaves no solo ayudan a relajar a tu bebé durante el malestar de la fiebre, sino que también pueden contribuir a reducir la temperatura cuando se realizan con aceites adecuados como el aceite de coco, que tiene propiedades refrescantes naturales.
Para realizar este masaje:
- Asegúrate de que el aceite esté a temperatura ambiente (no frío)
- Aplica una pequeña cantidad en tus manos
- Realiza movimientos suaves y circulares en la espalda, pecho, brazos y piernas
- Evita presionar demasiado y mantén el masaje suave y relajante
Este método funciona de varias formas: el contacto piel con piel ayuda a regular la temperatura, el aceite de coco tiene propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias leves, y el masaje mejora la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a distribuir y disipar el calor corporal de manera más eficiente.
Ventilación natural y descanso
Proporcionar un ambiente bien ventilado y garantizar que tu bebé descanse lo suficiente son elementos clave para ayudar a superar episodios de fiebre. El descanso adecuado permite que el cuerpo dirija su energía hacia la lucha contra la infección.
Para crear un entorno óptimo para la recuperación:
- Mantén la habitación bien ventilada, permitiendo la circulación de aire fresco
- Asegura un ambiente tranquilo y con poca luz que favorezca el sueño
- Programa periodos de siesta más frecuentes durante el día
- Evita actividades estimulantes o salidas que puedan agotar a tu bebé
El descanso es particularmente importante durante la fiebre porque el sistema inmunológico trabaja más intensamente durante el sueño. Además, un ambiente bien ventilado evita el sobrecalentamiento y facilita la regulación de la temperatura corporal.
Medidas de precaución al tratar la fiebre
Cuando cuidamos a nuestros bebés durante episodios de fiebre, es fundamental tomar ciertas precauciones para asegurar su bienestar y evitar complicaciones. Los remedios caseros pueden ser muy efectivos, pero deben aplicarse correctamente.
Precauciones generales
Al tratar la fiebre de tu bebé en casa, ten en cuenta estas importantes consideraciones:
- Nunca uses alcohol, vinagre o agua fría para bajar la fiebre, ya que pueden causar escalofríos, aumentando la temperatura, o ser absorbidos por la piel causando toxicidad
- Evita los cambios bruscos de temperatura que pueden provocar shock térmico
- No administres medicamentos sin consultar previamente con un profesional de la salud
- Monitorea la temperatura regularmente, pero evita tomar la temperatura demasiado frecuentemente (cada 4-6 horas es suficiente)
- No ignores otros síntomas que puedan indicar una condición más seria
- Nunca dejes a tu bebé solo durante un baño para bajar la fiebre
- Evita envolver o abrigar demasiado a tu bebé cuando tiene fiebre
Estas precauciones te ayudarán a manejar la fiebre de forma segura mientras aprovechas los beneficios de los remedios caseros descritos anteriormente.
Uso adecuado del termómetro
Medir la temperatura de forma precisa es esencial para evaluar la gravedad de la fiebre y la efectividad de los remedios aplicados:
- Los termómetros digitales son los más recomendados para uso doméstico
- La medición rectal es la más precisa para bebés menores de 3 meses (aunque debe hacerse con cuidado)
- Para bebés mayores, la medición axilar o timpánica (oído) son alternativas más cómodas
- Toma la temperatura en momentos consistentes, preferiblemente cuando el bebé está tranquilo
- Documenta las lecturas junto con la hora y los remedios aplicados para informar al médico si es necesario
Un termómetro de mercurio tradicional nunca debe utilizarse debido al riesgo de exposición a este metal tóxico si el termómetro se rompe.
Mitos sobre la fiebre en bebés
Existen numerosos mitos y creencias populares sobre la fiebre en los bebés que es importante aclarar para poder ofrecer el mejor cuidado a nuestros pequeños. Desmentir estos mitos puede ayudarte a manejar los episodios de fiebre con mayor tranquilidad y efectividad.
Mito 1: La fiebre alta puede causar daño cerebral
Este es uno de los mitos más difundidos y que más preocupación genera en los padres. La realidad es que la fiebre por sí misma, incluso cuando es alta, rara vez causa daño cerebral. Las temperaturas corporales necesitarían alcanzar los 42°C (107.6°F) para causar daño cerebral, y la fiebre causada por enfermedades casi nunca llega a ese nivel.
Las convulsiones febriles, aunque pueden ser aterradoras de presenciar, generalmente no causan daño cerebral permanente. Sin embargo, siempre es importante consultar con un médico si tu bebé experimenta una convulsión.
Mito 2: Toda fiebre requiere medicación
Muchos padres creen que cualquier aumento en la temperatura corporal debe tratarse inmediatamente con medicamentos. Sin embargo, la fiebre es una respuesta natural del cuerpo que ayuda a combatir infecciones. Si tu bebé tiene fiebre leve pero se ve activo, está comiendo bien y parece cómodo, no siempre es necesario administrar medicamentos para reducir la fiebre.
Los antipiréticos (medicamentos para reducir la fiebre) deben usarse principalmente para proporcionar comodidad cuando el bebé está visiblemente afectado por la fiebre, no simplemente para «normalizar» la temperatura.
Mito 3: Abrigar más al bebé con fiebre ayuda a «sudar» la fiebre
Este es un mito peligroso que puede empeorar la situación. Abrigar excesivamente a un bebé con fiebre dificulta la liberación de calor y puede aumentar aún más la temperatura corporal. Como explicamos anteriormente, lo recomendable es vestir al bebé con ropa ligera y mantener la habitación a una temperatura moderada.
Mito 4: Si la fiebre baja, significa que la enfermedad ha terminado
La reducción de la fiebre, ya sea naturalmente o mediante medicamentos, no necesariamente indica que la infección subyacente ha sido superada. La fiebre puede fluctuar durante una enfermedad, especialmente cuando se usan antipiréticos. Es importante observar el comportamiento general del bebé y otros síntomas para evaluar su recuperación.
Mito 5: La intensidad de la fiebre indica la gravedad de la enfermedad
No existe una correlación directa entre la altura de la fiebre y la gravedad de la enfermedad. Algunas infecciones virales leves pueden causar fiebres muy altas, mientras que infecciones más serias podrían presentarse con fiebres moderadas. Los indicadores más importantes de la gravedad son el comportamiento general del bebé, su capacidad para alimentarse e hidratarse, y la presencia de otros síntomas preocupantes.
Preguntas frecuentes
¿Es normal que mi bebé tenga fiebre cuando le salen los dientes?
Existe cierta controversia sobre si la dentición puede causar fiebre. Aunque muchos padres reportan temperaturas ligeramente elevadas durante la dentición, los estudios científicos sugieren que la fiebre alta (superior a 38°C o 100.4°F) generalmente no está causada por la salida de los dientes. Si tu bebé tiene fiebre alta durante la dentición, es recomendable consultar con el pediatra para descartar otras causas como infecciones.
La dentición puede causar molestias, irritabilidad, babeo excesivo y enrojecimiento de las encías, pero si notas fiebre alta, es mejor atribuirla a otra causa hasta que se demuestre lo contrario.
¿Debo despertar a mi bebé con fiebre para darle tratamiento?
El descanso es muy importante para la recuperación de tu bebé, por lo que generalmente no es recomendable despertar a un bebé que duerme tranquilamente solo para verificar su temperatura o administrar remedios caseros. Sin embargo, hay excepciones:
- Si tu pediatra ha dado instrucciones específicas para administrar medicamentos en horarios fijos
- Si la fiebre es muy alta o ha habido convulsiones febriles previas
- Si tu bebé es muy pequeño (especialmente menores de 3 meses)
En general, si tu bebé está durmiendo pacíficamente a pesar de la fiebre, probablemente su cuerpo está trabajando en la recuperación y es mejor no interrumpir este proceso.
¿Por cuánto tiempo es normal que dure la fiebre en un bebé?
La duración de la fiebre depende de su causa subyacente. En general:
- Infecciones virales comunes: 2-3 días
- Algunas enfermedades virales específicas (como roseola): hasta 5 días
- Infecciones bacterianas: puede persistir hasta que se inicie un tratamiento antibiótico adecuado
Si la fiebre persiste por más de:
- 24 horas en bebés menores de 3 meses
- 3 días en bebés mayores de 3 meses
Es recomendable consultar con un profesional de la salud, ya que podría indicar una infección que requiere tratamiento específico.
¿Puedo alternar acetaminofén e ibuprofeno para la fiebre?
Esta práctica, conocida como «terapia alternada», debe realizarse únicamente bajo la recomendación y supervisión de un profesional de la salud. Aunque puede ser efectiva en algunos casos para mantener controlada la fiebre, conlleva riesgos:
- Mayor posibilidad de confusión en las dosis
- Riesgo de sobredosificación
- Puede enmascarar síntomas de una enfermedad que requiere atención médica
Si estás considerando alternar medicamentos, consulta primero con tu pediatra para obtener instrucciones precisas sobre dosis y frecuencia.
¿Los remedios caseros son suficientes o debo usar también medicamentos?
Los remedios caseros pueden ser suficientes para fiebres leves o moderadas, especialmente si tu bebé se encuentra relativamente cómodo. Sin embargo, no debes dudar en utilizar medicamentos recomendados por tu pediatra (como acetaminofén o ibuprofeno para bebés mayores de 6 meses) si:
- Tu bebé está visiblemente incómodo o con dolor
- La fiebre es alta y no responde a las medidas no farmacológicas
- Tu médico ha recomendado específicamente el uso de medicamentos
Recuerda que los remedios caseros y los medicamentos pueden usarse de forma complementaria para proporcionar el máximo alivio a tu bebé.
Conclusión
La fiebre en los bebés, aunque preocupante, es generalmente un signo de que el sistema inmunológico está funcionando correctamente para combatir infecciones. Los 10 remedios caseros que hemos compartido pueden ser herramientas valiosas para ayudar a tu pequeño a sentirse más cómodo mientras su cuerpo trabaja en la recuperación.
Es importante recordar que estos remedios no sustituyen el consejo médico profesional. Siempre debes consultar con tu pediatra ante cualquier duda, especialmente si tu bebé es muy pequeño, si la fiebre es alta o persistente, o si se acompaña de otros síntomas preocupantes.
Como madres, es natural que nos preocupemos ante cualquier signo de malestar en nuestros hijos, pero también es reconfortante saber que contamos con recursos efectivos para cuidarlos en casa. La observación atenta, el conocimiento de las señales de alarma, y la aplicación adecuada de estos remedios caseros te darán la confianza para manejar estos episodios con tranquilidad.
Recuerda que cada bebé es único, y lo que funciona para uno puede no ser igualmente efectivo para otro. La paciencia, el amor y la atención son tus mejores aliados mientras acompañas a tu pequeño en su recuperación.
¿Has probado alguno de estos remedios? ¿Tienes alguna otra duda sobre cómo manejar la fiebre en los bebés? No dudes en compartir tu experiencia o preguntas en los comentarios. ¡Estamos aquí para apoyarnos mutuamente en este hermoso camino de la maternidad!