Publicado: 3 marzo, 2023
Actualizado: 11 mayo, 2025
La varicela, una enfermedad que muchos recordamos de nuestra propia infancia, sigue siendo una experiencia común en la vida de muchos niños.
Como madre, entender qué es la varicela, cómo cuidar a tu pequeño durante este proceso y cuándo debes preocuparte es fundamental para atravesar este momento con tranquilidad.
En este artículo, te compartimos toda la información que necesitas conocer sobre la varicela infantil, desde sus primeros síntomas hasta los cuidados más efectivos, para que puedas estar preparada y brindar el mejor apoyo a tu hijo durante esta etapa pasajera pero importante.
En este artículo
¿Qué es la varicela? Causas y cómo se contagia
La varicela es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa causada por el virus varicela-zóster (VVZ), un tipo de herpesvirus. Este mismo virus, después de causar la varicela, puede permanecer inactivo en el cuerpo y reactivarse años después causando herpes zóster, conocido comúnmente como «culebrilla».
La varicela se propaga con extraordinaria facilidad, principalmente de las siguientes maneras:
- Por contacto directo con las ampollas de una persona infectada
- Por vía aérea, a través de gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose o estornuda
- Por contacto con objetos contaminados con el virus (aunque esta forma es menos común)
Un dato importante: una persona con varicela puede contagiar desde 1-2 días antes de que aparezca la erupción hasta que todas las ampollas hayan formado costra, lo que generalmente toma entre 5 y 7 días. El período de incubación (tiempo entre el contagio y la aparición de síntomas) suele ser de 10 a 21 días, con un promedio de 14 días.
La varicela es tan contagiosa que aproximadamente el 90% de las personas susceptibles que entran en contacto con alguien infectado contraerán la enfermedad si no están inmunizadas. Este alto índice de contagio explica por qué la enfermedad suele aparecer en brotes, especialmente en guarderías y escuelas.
Síntomas principales de la varicela en niños

Antes de que aparezca la característica erupción cutánea, tu hijo puede experimentar una serie de síntomas previos que indican el inicio de la varicela. Reconocer estos signos te permitirá estar preparada para lo que viene.
Los síntomas iniciales, que suelen aparecer 1-2 días antes de la erupción, incluyen:
- Fiebre leve o moderada (entre 38°C y 39°C)
- Dolor de cabeza
- Pérdida de apetito
- Cansancio o malestar general
- Dolor de garganta en algunos casos
Luego aparece el síntoma más característico: la erupción cutánea. Esta tiene características muy específicas:
- Comienza como pequeñas manchas rojas planas (máculas)
- Rápidamente evoluciona a granos elevados (pápulas)
- Luego se transforman en vesículas llenas de líquido claro
- Finalmente, las vesículas se rompen y forman costras
La erupción suele aparecer primero en el tronco, cuero cabelludo o cara, para luego extenderse al resto del cuerpo, incluyendo dentro de la boca, párpados y área genital. Una característica distintiva es que las lesiones aparecen en «oleadas», por lo que es común ver lesiones en diferentes etapas al mismo tiempo.
El picor o prurito intenso es quizás el síntoma más molesto para los niños, y puede dificultar el sueño y el bienestar general durante la enfermedad.
Etapas de la varicela: desde el contagio hasta la recuperación

La varicela sigue un curso predecible que te ayudará a entender en qué momento del proceso se encuentra tu hijo y cuánto falta para su recuperación completa.
Etapa 1: Exposición e incubación (10-21 días)
Durante este período, el virus está multiplicándose en el cuerpo sin mostrar síntomas visibles. Tu hijo puede sentirse perfectamente bien, pero el virus está preparándose para manifestarse.
Etapa 2: Síntomas prodrómicos (1-2 días)
Aparecen los primeros síntomas generales como fiebre leve, cansancio y malestar. Muchos padres confunden esta fase con un resfriado común o una gripe leve.
Etapa 3: Fase eruptiva (5-7 días)
Esta es la fase más reconocible:
- Día 1-2: Aparecen las primeras manchas rojas que rápidamente se convierten en vesículas con líquido
- Día 2-4: Surgen nuevas oleadas de vesículas mientras las primeras comienzan a secarse
- Día 4-7: Las vesículas se secan y forman costras
Etapa 4: Recuperación (7-14 días desde el inicio)
Todas las lesiones han formado costra y comienzan a caerse. La fiebre desaparece y el niño recupera su energía habitual. Ya no es contagioso cuando todas las lesiones tienen costra.
Etapa 5: Resolución completa (2-4 semanas)
Las costras caen sin dejar cicatrices en la mayoría de los casos, a menos que haya habido infección secundaria o rascado excesivo.
La intensidad de la enfermedad varía considerablemente entre los niños. Algunos pueden tener apenas unas pocas docenas de lesiones y síntomas leves, mientras que otros pueden desarrollar cientos de vesículas y síntomas más intensos. En general, la primera infección por varicela en la familia suele ser más leve que los casos subsiguientes.
Complicaciones posibles: ¿cuándo preocuparse?
Aunque la varicela es generalmente una enfermedad benigna que se resuelve por sí sola, es importante conocer las posibles complicaciones para actuar rápidamente si aparecen señales de alarma.
Las complicaciones más frecuentes de la varicela incluyen:
- Infecciones bacterianas secundarias: Pueden afectar la piel, tejidos blandos, huesos, articulaciones o sangre. Se producen cuando bacterias como el estreptococo o estafilococo aprovechan las lesiones abiertas.
- Neumonía por varicela: Más común en adolescentes, adultos y personas inmunodeprimidas, pero puede ocurrir en niños.
- Encefalitis o cerebelitis: Inflamación del cerebro o cerebelo que puede causar problemas de coordinación, temblores o convulsiones.
- Síndrome de Reye: Una complicación muy rara pero grave asociada al uso de aspirina durante infecciones virales como la varicela.
- Deshidratación: Especialmente en niños pequeños con muchas lesiones en la boca que dificultan la alimentación.
Debes buscar atención médica inmediata si observas:
- Fiebre superior a 39.5°C o que persiste más de 4 días
- Mareo, confusión, irritabilidad extrema o dificultad para despertar
- Rigidez de nuca, dolor de cabeza intenso o sensibilidad a la luz
- Dificultad para respirar o tos persistente
- Lesiones que se vuelven muy rojas, calientes, dolorosas o con pus
- Temblores, problemas de equilibrio o convulsiones
- Vómitos persistentes
- Incapacidad para beber líquidos
Los grupos con mayor riesgo de complicaciones incluyen bebés menores de 1 año, adolescentes, personas con sistemas inmunológicos debilitados y mujeres embarazadas. Si tu hijo pertenece a alguno de estos grupos, es recomendable consultar con el pediatra desde el inicio de los síntomas.
Tratamiento y cuidados en casa
En la mayoría de los casos, la varicela se puede tratar cómodamente en casa, centrándose en aliviar los síntomas y mantener al niño lo más cómodo posible mientras su sistema inmunológico combate el virus.
Los cuidados básicos incluyen:
- Control de la fiebre: Puedes administrar paracetamol según la dosis recomendada para la edad y peso de tu hijo. NUNCA des aspirina a un niño con varicela, ya que puede provocar el síndrome de Reye, una complicación grave.
- Hidratación adecuada: Ofrece líquidos frecuentemente. Si las lesiones en la boca dificultan la ingesta, prueba con alimentos blandos, helados, gelatinas o líquidos fríos que pueden aliviar el dolor.
- Higiene suave: Mantén las lesiones limpias con baños cortos de agua tibia (no caliente). Puedes añadir avena coloidal al agua para aliviar el picor. Seca la piel con suaves toques, sin frotar.
- Ropa y sábanas adecuadas: Usa ropa suelta de algodón y sábanas frescas y suaves. Cambia la ropa de cama con más frecuencia durante este período.
- Cortar las uñas: Mantén las uñas de tu hijo cortas y limpias para minimizar el daño por rascado y prevenir infecciones secundarias.
- Ambiente fresco: Mantén la habitación a una temperatura agradable, ya que el calor puede aumentar el picor.
En algunos casos específicos, el médico puede recetar:
- Antivirales como el aciclovir, especialmente para niños con factores de riesgo o si la enfermedad se detecta en las primeras 24 horas.
- Antibióticos solo si se produce una infección bacteriana secundaria.
Es importante recordar que el objetivo del tratamiento no es «curar» la varicela, sino hacer que tu hijo esté más cómodo mientras su cuerpo desarrolla inmunidad contra el virus. Con los cuidados adecuados, la mayoría de los niños se recuperan completamente en 1-2 semanas.
¿Cómo aliviar el picor y malestar?
El picor intenso es uno de los aspectos más difíciles de sobrellevar de la varicela, especialmente para los niños pequeños. Afortunadamente, existen varios remedios que pueden proporcionar alivio efectivo sin riesgos.
Aquí te compartimos las mejores estrategias para combatir el picor y aumentar la comodidad de tu pequeño:
- Baños de avena coloidal: Añade avena coloidal finamente molida al agua del baño tibia (no caliente). Este remedio natural tiene propiedades calmantes que alivian el picor. Los baños deben ser cortos, de 10-15 minutos.
- Compresas frías: Aplica paños limpios humedecidos con agua fría sobre las áreas más afectadas por el picor. El frío tiene un efecto anestésico natural que reduce la sensación de comezón.
- Lociones de calamina: Este producto de venta libre puede aplicarse directamente sobre las lesiones para aliviar el picor. Asegúrate de que no contenga antihistamínicos tópicos, que podrían causar sensibilización.
- Bicarbonato de sodio: Añade una taza de bicarbonato a un baño de agua tibia, o prepara una pasta con un poco de agua para aplicar directamente sobre las lesiones que pican más.
- Antihistamínicos orales: En algunos casos, el pediatra puede recomendar antihistamínicos orales, especialmente para la noche, que ayudan a reducir el picor y facilitan el sueño.
- Técnicas de distracción: Los juegos tranquilos, la lectura, ver películas o cualquier actividad que mantenga la mente del niño ocupada puede ayudar a que preste menos atención al picor.
- Vendajes ligeros: En áreas que tu hijo no puede evitar rascar (como las manos durante el sueño), puedes colocar vendajes ligeros o guantes de algodón.
Recuerda explicarle a tu hijo, incluso si es pequeño, la importancia de no rascarse para evitar cicatrices e infecciones. Puede ser útil usar frases como «toca suavemente, no rasques» o inventar un juego donde gana puntos cada vez que logra resistir la tentación de rascarse.
Varicela y vacunación: lo que debes conocer
La vacunación contra la varicela ha transformado significativamente la epidemiología de esta enfermedad, reduciendo drásticamente su incidencia en muchos países. Es importante que conozcas la información actualizada sobre esta vacuna para tomar decisiones informadas.
La vacuna contra la varicela:
- Composición: Contiene virus vivos atenuados (debilitados) de la varicela-zóster.
- Efectividad: Ofrece aproximadamente un 85% de protección contra cualquier forma de la enfermedad y más del 95% contra formas graves.
- Esquema de vacunación: En la mayoría de los países latinoamericanos se administra en dos dosis: la primera entre los 12-15 meses de edad y la segunda entre los 4-6 años.
- Efectos secundarios: Generalmente leves, pueden incluir dolor en el sitio de inyección, fiebre baja y, en raras ocasiones, una erupción leve similar a la varicela pero con muy pocas lesiones.
En muchos países latinoamericanos, la vacuna forma parte del calendario oficial de vacunación infantil, aunque las políticas específicas varían según el país. Es importante consultar el esquema vigente en tu región.
Situaciones especiales:
- Si tu hijo ya tuvo varicela: Generalmente no necesitará la vacuna, ya que habrá desarrollado inmunidad natural.
- Vacunación post-exposición: Administrada dentro de los 3-5 días después del contacto con un caso de varicela, puede prevenir la enfermedad o reducir su gravedad.
- Niños con sistemas inmunes comprometidos: Pueden tener consideraciones especiales para la vacunación y deben ser evaluados individualmente por su médico.
Algunos mitos comunes sobre la vacuna incluyen la creencia de que «es mejor pasar la enfermedad naturalmente» o que «la vacuna causa varicela grave». La evidencia científica muestra que la vacunación es mucho más segura que contraer la enfermedad natural, ya que elimina el riesgo de complicaciones graves.
Si tienes dudas sobre la vacunación, lo más recomendable es consultar con el pediatra de tu hijo, quien podrá ofrecerte información personalizada según el historial médico específico de tu pequeño.
7 Mitos y realidades sobre la varicela
Alrededor de la varicela existen numerosas creencias populares que se han transmitido de generación en generación. Distinguir entre mitos y realidades nos ayuda a tomar mejores decisiones para cuidar a nuestros hijos.
A continuación, analizamos algunos de los mitos más comunes:
- «Es mejor que los niños tengan varicela cuando son pequeños»
Realidad: Aunque es cierto que la varicela suele ser más leve en niños pequeños que en adolescentes y adultos, la vacunación ofrece inmunidad sin el riesgo de complicaciones que conlleva la enfermedad natural. - «Si un niño tiene pocas lesiones, significa que podrá tener varicela nuevamente»
Realidad: La cantidad de lesiones no determina la inmunidad. Una vez que se ha tenido varicela, generalmente se desarrolla inmunidad de por vida, independientemente de la gravedad del caso. - «Hay que evitar bañar a los niños con varicela»
Realidad: Los baños cortos con agua tibia no solo están permitidos sino recomendados, ya que ayudan a mantener las lesiones limpias y pueden aliviar el picor, especialmente si se añade avena coloidal al agua. - «Los adultos que tuvieron varicela de niños no pueden contagiarse del virus»
Realidad: Aunque no pueden volver a tener varicela, el virus permanece latente y puede reactivarse como herpes zóster (culebrilla) en situaciones de estrés o debilidad inmunológica. - «La varicela es inofensiva, solo causa picazón»
Realidad: Aunque la mayoría de los casos son leves, la varicela puede causar complicaciones serias en algunos casos, incluyendo infecciones bacterianas secundarias, neumonía o problemas neurológicos. - «Si mi hijo está cerca de alguien con varicela pero no lo toca, no se contagiará»
Realidad: La varicela se transmite fácilmente por vía aérea a través de las gotitas respiratorias, por lo que no es necesario el contacto directo para contagiarse. - «Los remedios caseros como pintar las lesiones con tintura de yodo ayudan a curar más rápido»
Realidad: No hay evidencia científica que respalde estos remedios, y algunos pueden irritar la piel o causar infecciones. Es mejor ceñirse a los tratamientos recomendados por los profesionales de la salud.
Conocer estos mitos y realidades te ayudará a tomar decisiones informadas y a tranquilizar a familiares bien intencionados que podrían ofrecer consejos basados en creencias desactualizadas.
Consejos para prevenir el contagio
Cuando la varicela llega a casa o está presente en el entorno cercano, tomar medidas preventivas adecuadas puede ayudar a evitar que se propague a otros miembros de la familia o a personas vulnerables de la comunidad.
Estos son los consejos más efectivos para prevenir la propagación:
- Aislamiento voluntario: Mantén al niño con varicela en casa, evitando lugares públicos y contacto con otras personas hasta que todas las lesiones hayan formado costra (generalmente 5-7 días desde el inicio de la erupción).
- Higiene de manos estricta: Lávate las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de cualquier contacto con el niño enfermo o con objetos que haya usado.
- Evita compartir objetos personales: No compartas toallas, ropa, cubiertos o vasos con la persona infectada.
- Desinfección de superficies: Limpia regularmente las superficies de contacto frecuente como pomos de puertas, juguetes, controles remotos y dispositivos electrónicos.
- Protege a personas vulnerables: Evita especialmente el contacto con:
- Bebés menores de 1 año
- Mujeres embarazadas que no han tenido varicela
- Personas con sistemas inmunológicos debilitados
- Adultos que no tuvieron varicela ni recibieron la vacuna
- Lavado de ropa: Lava separadamente la ropa, toallas y ropa de cama del niño enfermo con agua caliente y detergente regular.
- Comunica la situación: Informa a la escuela o guardería sobre el diagnóstico para que puedan alertar a otros padres y tomar precauciones.
- Considera la vacunación post-exposición: Para contactos de alto riesgo que no han tenido varicela ni han sido vacunados, consulta con el médico sobre la posibilidad de vacunación dentro de los 3-5 días posteriores a la exposición.
- Uso adecuado de mascarillas: Si es necesario que un cuidador no inmune esté cerca del niño, el uso de mascarillas puede reducir el riesgo de transmisión por vía aérea.
Recuerda que una persona con varicela es contagiosa desde 1-2 días antes de que aparezca la erupción hasta que todas las lesiones hayan formado costra. Este periodo de contagio puede durar aproximadamente 7-10 días desde el inicio de los síntomas.
¿Cuándo puede volver el niño a la escuela?
Determinar el momento adecuado para que tu hijo regrese a la escuela después de la varicela es importante tanto para su recuperación como para evitar la propagación de la enfermedad a otros niños. Esta decisión debe basarse en criterios médicos claros.
La regla general es que un niño puede volver a la escuela cuando:
- Todas las lesiones han formado costra: Este es el indicador principal de que ya no es contagioso. Las costras secas indican que el virus ya no está activo en esas lesiones.
- No han aparecido nuevas lesiones en las últimas 24-48 horas: Esto sugiere que el ciclo de la enfermedad ha terminado.
- La fiebre ha desaparecido por completo sin el uso de medicamentos antipiréticos durante al menos 24 horas.
- El niño se siente lo suficientemente bien como para participar en las actividades escolares normales.
Estos criterios suelen cumplirse aproximadamente 5-7 días después de la aparición de las primeras lesiones, pero el tiempo exacto varía según cada niño y la severidad de su caso.
Aspectos prácticos a considerar:
- Comunícate con la escuela: Informa a los maestros o la enfermería escolar sobre la situación para que estén al tanto.
- Prepara a tu hijo: Explícale que algunos compañeros podrían hacer preguntas sobre las marcas que aún puedan verse en su piel.
- Nota médica: Algunas escuelas pueden requerir una nota del pediatra confirmando que el niño ya no es contagioso.
- Recuperación del trabajo escolar: Coordina con los maestros para que tu hijo pueda ponerse al día con las tareas perdidas durante su ausencia.
- Monitoreo adicional: Durante los primeros días de regreso, observa si tu hijo muestra signos de fatiga excesiva, ya que la recuperación completa de la energía puede tomar un tiempo adicional.
Si tienes dudas sobre si tu hijo está listo para volver a la escuela, consulta con su pediatra, quien podrá darte una recomendación personalizada basada en su caso específico.
Consideraciones especiales (bebés, embarazadas en casa, etc.)
Algunas situaciones requieren atención y cuidados adicionales cuando hay un caso de varicela en la familia. Conocer estas consideraciones especiales te ayudará a manejar la situación de manera segura para todos.
Bebés menores de 1 año:
- Son más vulnerables a complicaciones
- Consulta inmediatamente con el pediatra si un bebé desarrolla varicela
- En caso de exposición, pregunta al médico sobre la posibilidad de inmunoglobulina específica para prevenir o atenuar la enfermedad
Mujeres embarazadas:
- Si la madre embarazada no ha tenido varicela ni ha sido vacunada, debe evitar completamente el contacto con el niño infectado
- La varicela durante el embarazo puede causar complicaciones serias para la madre y el bebé
- Si ocurre exposición, debe consultar urgentemente con su obstetra sobre opciones de prevención
- Las madres embarazadas que ya tuvieron varicela anteriormente generalmente están protegidas
Niños con enfermedades crónicas:
- Niños con asma, eccema o diabetes pueden experimentar síntomas más severos
- Consulta con el especialista sobre posibles ajustes en su medicación habitual durante la varicela
- Estos niños pueden requerir monitoreo más estrecho para detectar complicaciones tempranas
Personas inmunodeprimidas:
- Incluye personas con cáncer, VIH, trasplantes o en tratamiento con inmunosupresores
- La varicela puede ser extremadamente grave para ellos, incluso mortal
- Deben evitar completamente el contacto con casos de varicela
- Si ocurre exposición, necesitan atención médica inmediata para recibir tratamiento preventivo
Cuando hay varios niños en casa:
- Es común que los hermanos se contagien secuencialmente
- Considera la posibilidad de «fiestas de varicela» solo si tus hijos son sanos y el pediatra lo aprueba
- Organiza actividades separadas si quieres intentar mantener a algún hermano sin contagio
- Prepárate para un período prolongado de cuidados si varios niños se enferman en secuencia
Mascotas en casa:
- Los humanos no pueden contagiar la varicela a las mascotas ni viceversa
- No es necesario separar a las mascotas del niño enfermo
- La presencia de mascotas puede incluso ser reconfortante para el niño durante la recuperación
Recuerda que cada situación familiar es única, por lo que es recomendable consultar con profesionales de salud para recibir orientación específica adaptada a tus circunstancias particulares.
Conclusión
La varicela es parte del camino de crecimiento de muchos niños, y aunque puede ser un momento desafiante tanto para ellos como para sus padres, con los conocimientos y cuidados adecuados, esta experiencia puede atravesarse de manera segura y tranquila.
Recordemos los puntos más importantes:
- La varicela es una enfermedad viral altamente contagiosa pero generalmente benigna en niños sanos.
- Reconocer los síntomas temprano te permitirá iniciar los cuidados adecuados y tomar precauciones para evitar el contagio a personas vulnerables.
- El tratamiento se centra principalmente en aliviar los síntomas y mantener al niño cómodo mientras su sistema inmunológico combate el virus.
- Las complicaciones son raras en niños sanos, pero es importante conocer las señales de alarma para actuar rápidamente si aparecen.
- La vacunación es la forma más segura de proteger a los niños contra la varicela, eliminando el riesgo de complicaciones asociadas con la enfermedad natural.
Como madre, confía en tu instinto y no dudes en consultar con el pediatra ante cualquier duda o si observas síntomas que te preocupen. Recuerda que cada niño es único y puede experimentar la enfermedad de manera diferente.
La varicela, aunque incómoda, suele ser un episodio pasajero en la vida de nuestros hijos que dejará como resultado una inmunidad duradera. Con paciencia, cariño y los cuidados adecuados, pronto verás a tu pequeño recuperado y de vuelta a sus actividades normales, con una experiencia más superada en su camino de crecimiento.
¿Has tenido experiencia con la varicela en tus hijos? Nos encantaría conocer tu experiencia en los comentarios. Y si tienes preguntas adicionales, no dudes en consultarnos.