Publicado: 2 enero, 2022
Actualizado: 9 mayo, 2025
¡Felicidades! Has llegado al octavo mes de embarazo, estás en la recta final de esta hermosa etapa. A estas alturas, tu bebé está casi listo para conocer el mundo y tú estás cada vez más cerca de tenerlo en tus brazos.
El octavo mes marca el inicio del tercer trimestre tardío (semanas 32 a 35) y representa un período lleno de emociones, preparativos y algunos desafíos físicos.
En este artículo, te acompañaremos a través de todo lo que necesitas saber sobre esta importante etapa: desde los cambios que experimentarás, hasta cómo prepararte para la llegada de tu pequeño. Queremos que te sientas informada, apoyada y, sobre todo, emocionada por esta última fase de tu embarazo.
En este artículo
Desarrollo del bebé en el octavo mes
Durante el octavo mes, tu bebé continúa creciendo y desarrollándose a un ritmo acelerado, preparándose para su vida fuera del útero.
Estos son los principales cambios y logros de tu pequeño:
- Tamaño y peso: Al iniciar el octavo mes (semana 32), tu bebé mide aproximadamente 42 centímetros y pesa alrededor de 1.8 kilogramos. Para el final de este mes (semana 35), habrá alcanzado cerca de 46 centímetros y su peso estará entre 2.2 y 2.5 kilogramos.
- Desarrollo cerebral: El cerebro de tu bebé está en pleno desarrollo, formando billones de conexiones neuronales. Este proceso continuará después del nacimiento, pero ya en este mes su cerebro puede regular funciones corporales básicas como la respiración y la temperatura.
- Sistemas sensoriales: Sus sentidos están cada vez más desarrollados. La vista ha mejorado, aunque todavía es limitada; puede detectar luz y oscuridad, y sus ojos pueden abrirse cuando está despierto. Su audición está bastante desarrollada, reconoce tu voz y reacciona a sonidos familiares.
- Pulmones: Aunque todavía no están completamente maduros, sus pulmones producen surfactante, una sustancia que permitirá que los alvéolos pulmonares se expandan correctamente al respirar después del nacimiento.
- Posición: Hacia el final del octavo mes, muchos bebés adoptan la posición cefálica (cabeza hacia abajo), preparándose para el parto. Sin embargo, no te preocupes si el tuyo aún no lo ha hecho; todavía tiene tiempo para girar.
- Ciclos de sueño: Tu bebé ya ha establecido patrones de sueño y vigilia. Probablemente notarás que tiene períodos más activos y otros de tranquilidad.
- Apariencia: La piel de tu bebé comienza a verse menos arrugada a medida que acumula grasa bajo ella. Sus uñas han crecido y puede tener bastante cabello en la cabeza.
Los movimientos que sientes ahora pueden ser diferentes a los del segundo trimestre. Al tener menos espacio, sus movimientos son más como empujones o estiramientos que como patadas o volteretas. Es normal que sientas alrededor de 10 movimientos en un período de dos horas.
Cambios físicos en la madre
El octavo mes trae consigo varios cambios físicos notables en tu cuerpo, producto del crecimiento avanzado de tu bebé y de los ajustes hormonales propios de esta etapa:
- Útero y vientre: Tu útero ha crecido considerablemente y ahora se extiende hasta aproximadamente 10 centímetros por encima de tu ombligo. Tu barriga es notablemente más grande y el centro de gravedad de tu cuerpo ha cambiado, lo que puede afectar tu postura y equilibrio.
- Peso: Para este mes, el aumento total de peso durante el embarazo suele estar entre 8 y 12 kilogramos, aunque esto varía según el peso previo al embarazo y otros factores individuales.
- Calostro: Es posible que notes pequeñas cantidades de calostro (un líquido amarillento) saliendo de tus pezones. Este es el primer alimento que recibirá tu bebé y su producción es completamente normal en esta etapa.
- Cambios en la piel: Las estrías pueden ser más evidentes, especialmente en el abdomen, pechos y muslos. La línea alba (línea oscura vertical en el abdomen) puede intensificarse, así como la pigmentación facial (melasma).
- Sistema circulatorio: El volumen sanguíneo ha aumentado para nutrir al bebé, lo que puede ocasionar venas más visibles en piernas, manos y pechos. También es común experimentar congestión nasal y sangrados ocasionales por la mayor vascularización de las mucosas.
- Hinchazón (edema): Es normal experimentar hinchazón en pies, tobillos y manos, especialmente al final del día o en climas cálidos. Sin embargo, una hinchazón repentina o severa debe ser consultada con tu médico.
- Sistema digestivo: El útero presiona otros órganos, lo que puede causar o intensificar la acidez, el estreñimiento y la sensación de falta de aire.
- Contracciones de Braxton Hicks: Son contracciones «de práctica» que preparan el útero para el parto. No son dolorosas pero pueden sentirse como un endurecimiento temporal del abdomen.
Tu cuerpo está trabajando intensamente para mantener y prepararse para el parto, así que es normal sentirse más cansada. Escucha a tu cuerpo y descansa cuando lo necesites, pero también mantente activa según te lo permita tu condición física.
Cambios emocionales y psicológicos
El octavo mes de embarazo no solo trae cambios físicos, sino también una montaña rusa de emociones que son completamente normales y compartidas por muchas mujeres en esta etapa:
- Ansiedad por el parto: A medida que se acerca la fecha de parto, es natural sentir cierta ansiedad o miedo ante lo desconocido. Estos sentimientos son normales y compartirlos con tu pareja, familia o profesionales de la salud puede ayudarte a manejarlos.
- Impaciencia: La espera puede hacerse larga, especialmente si experimentas molestias físicas. Muchas mujeres describen esta etapa como un período donde sienten deseos de que el embarazo termine pronto para poder conocer a su bebé.
- Nesting (anidamiento): Podrías experimentar un súbito impulso de limpiar, organizar y preparar el hogar para la llegada del bebé. Este comportamiento instintivo de «hacer el nido» es muy común y puede proporcionarte una sensación de control y preparación.
- Cambios en el sueño: Las preocupaciones, sumadas a las incomodidades físicas, pueden dificultar el descanso. Los sueños vívidos relacionados con el bebé o el parto también son frecuentes.
- Sensación de vulnerabilidad: Es normal sentirse más sensible o vulnerable emocionalmente. Las hormonas, la anticipación y los cambios en tu vida pueden intensificar tus reacciones emocionales.
- Preocupaciones sobre la crianza: Pueden surgir dudas sobre tu capacidad para cuidar al bebé o sobre cómo será tu vida después del parto. Recuerda que estos pensamientos son normales y no reflejan cómo serás como madre.
- Cambios en la relación de pareja: La proximidad del parto puede traer nuevos temas de conversación, preocupaciones compartidas y ajustes en la intimidad. Mantener una comunicación abierta es fundamental en esta etapa.
- Preparación mental: Muchas mujeres comienzan a visualizar el parto y los primeros días con el bebé como forma de preparación mental, lo cual es una estrategia positiva de afrontamiento.
Para manejar estos cambios emocionales, considera estas recomendaciones:
- Comparte tus sentimientos con personas de confianza que te brinden apoyo emocional.
- Informa a tu médico si sientes ansiedad, tristeza o miedo persistentes que interfieren con tu bienestar.
- Participa en clases de preparación para el parto si aún no lo has hecho.
- Practica técnicas de relajación como meditación, yoga prenatal o ejercicios de respiración.
- Escribe un diario para expresar tus emociones o incluso cartas para tu bebé.
- Conecta con otras madres que estén pasando por la misma etapa a través de grupos de apoyo.
Recuerda que cuidar tu salud emocional es tan importante como atender tu salud física durante el embarazo.
Nutrición y alimentación recomendada
Una alimentación balanceada durante el octavo mes es crucial tanto para ti como para el desarrollo final de tu bebé.
A continuación, te ofrecemos recomendaciones específicas para esta etapa:
- Calorías adecuadas: En este período necesitas aproximadamente 300-350 calorías adicionales al día respecto a tu necesidad pre-embarazo. Sin embargo, la calidad de estas calorías es más importante que la cantidad.
- Proteínas de calidad: Tu bebé está creciendo rápidamente y necesita proteínas para desarrollar sus tejidos. Incluye fuentes como carnes magras, pescados bajos en mercurio, huevos, legumbres, lácteos y frutos secos.
- Hierro: Es fundamental para prevenir la anemia, especialmente cuando te preparas para el parto. Encuentra hierro en carnes rojas magras, legumbres, vegetales de hoja verde y cereales fortificados.
- Calcio: Continúa siendo esencial para la formación de los huesos y dientes de tu bebé. Consúmelo a través de lácteos, vegetales verdes como el brócoli, almendras y alimentos fortificados.
- Ácido fólico: Aunque su importancia se enfatiza en los primeros meses, sigue siendo necesario. Lo encuentras en vegetales de hoja verde, cítricos, legumbres y cereales fortificados.
- Ácidos grasos omega-3: Importantes para el desarrollo cerebral de tu bebé. Presentes en pescados como el salmón, sardinas, semillas de chía y nueces.
- Fibra: Ayuda a combatir el estreñimiento común en esta etapa. Incrementa tu consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
- Hidratación: Bebe al menos 8-10 vasos de agua al día para mantener un buen nivel de líquido amniótico y prevenir la deshidratación, que puede desencadenar contracciones.
Comidas pequeñas y frecuentes: Como tu estómago tiene menos espacio debido al tamaño del útero, es recomendable hacer 5-6 comidas pequeñas durante el día en lugar de 3 comidas grandes.
Alimentos que debes evitar o limitar:
- Alimentos crudos o poco cocidos (carnes, pescados, huevos)
- Quesos no pasteurizados
- Embutidos y carnes procesadas
- Cafeína (limita a menos de 200 mg diarios)
- Alimentos muy condimentados o picantes si te provocan acidez
- Alimentos con alto contenido de azúcares añadidos y grasas trans
Suplementos: Continúa tomando tus vitaminas prenatales según la indicación de tu médico. No suspendas ni añadas nuevos suplementos sin consultar primero.
Un consejo práctico es preparar con anticipación algunos alimentos saludables y congelarlos, lo que te será útil tanto ahora que puedes sentirte más cansada, como después del parto cuando tendrás menos tiempo para cocinar.
Recuerda que cada embarazo es único, y tu médico puede darte recomendaciones nutricionales personalizadas según tus necesidades específicas.
Ejercicios seguros y actividad física
Mantenerse activa durante el octavo mes de embarazo es beneficioso tanto para ti como para tu bebé, siempre que se realicen ejercicios adecuados y con las precauciones necesarias:
Beneficios del ejercicio en el octavo mes
- Mejora tu estado de ánimo y reduce el estrés
- Ayuda a controlar el aumento de peso
- Mantiene y mejora la fuerza muscular necesaria para el parto
- Reduce molestias como el dolor de espalda
- Mejora la calidad del sueño
- Puede facilitar la recuperación posparto
Ejercicios recomendados
- Caminatas suaves: Un ejercicio ideal que puedes adaptar a tu ritmo. Comienza con 10-15 minutos diarios si no has sido activa previamente, o mantén 20-30 minutos si ya tienes el hábito.
- Natación y ejercicios acuáticos: El agua alivia la presión sobre las articulaciones y la espalda. Las clases de aquagym prenatal son excelentes opciones.
- Yoga prenatal: Ayuda a mantener la flexibilidad, fortalecer músculos específicos y practicar técnicas de respiración útiles para el parto. Busca clases especializadas para embarazadas.
- Ejercicios de Kegel: Fortalecen los músculos del suelo pélvico, lo que puede facilitar el parto y la recuperación posterior. Puedes realizarlos en cualquier momento y lugar.
- Estiramientos suaves: Mantienen la flexibilidad y pueden aliviar tensiones musculares. Concéntrate especialmente en hombros, espalda y caderas.
- Pilates prenatal: Con instructor certificado en embarazo, ayuda a mantener la fuerza del core y la postura, fundamentales en esta etapa.
Precauciones importantes
- Evita ejercicios de alto impacto o que requieran equilibrio, ya que tu centro de gravedad ha cambiado.
- No realices ejercicios en posición supina (boca arriba) por períodos prolongados, pues el peso del útero puede comprimir vasos sanguíneos importantes.
- Mantente hidratada antes, durante y después del ejercicio.
- Usa ropa cómoda y calzado adecuado que brinde buen soporte.
- Escucha a tu cuerpo: Si sientes mareo, falta de aire excesiva, dolor, contracciones o disminución de movimientos fetales, detente y consulta a tu médico.
- Evita el sobrecalentamiento: No ejercites en ambientes muy calurosos o húmedos.
Señales para detener el ejercicio inmediatamente
- Dolor de cualquier tipo
- Contracciones
- Sangrado o flujo de líquido vaginal
- Mareos o visión borrosa
- Dificultad para respirar
- Latidos cardíacos irregulares o palpitaciones
- Debilidad muscular
Recuerda que el objetivo no es mejorar tu condición física ni batir récords, sino mantener un nivel de actividad saludable.
Siempre consulta con tu médico antes de iniciar o continuar cualquier programa de ejercicios, especialmente si no has sido activa previamente o si tienes alguna complicación en el embarazo.
Síntomas comunes y cómo manejarlos
Durante el octavo mes, es normal experimentar varios síntomas que, aunque pueden resultar molestos, son parte del proceso natural del embarazo avanzado.
Aquí te presentamos los más comunes y cómo puedes manejarlos:
Dificultad para dormir
- Consejos: Usa almohadas especiales de embarazo para soportar el vientre y la espalda; mantén una rutina de sueño regular; practica técnicas de relajación antes de dormir; evita pantallas y estimulantes como la cafeína en la tarde-noche.
- Posición recomendada: Dormir de lado, preferiblemente del lado izquierdo, con almohadas entre las piernas y debajo del vientre.
Acidez e indigestión
- Consejos: Come porciones pequeñas y frecuentes; evita alimentos picantes, grasos o muy condimentados; no te acuestes inmediatamente después de comer; usa ropa holgada; mantén la cabecera de la cama elevada.
- Remedios seguros: Consulta con tu médico sobre antiácidos seguros durante el embarazo.
Dolor de espalda
- Consejos: Mantén una buena postura; usa zapatos de tacón bajo con buen soporte; evita levantar objetos pesados; aplica calor local en zonas doloridas; considera fisioterapia prenatal.
- Ejercicios: Estiramientos suaves, yoga prenatal y ejercicios acuáticos pueden aliviar la presión.
Hinchazón en pies y tobillos
- Consejos: Eleva las piernas varias veces al día; usa medias de compresión si tu médico lo recomienda; evita estar de pie por períodos prolongados; reduce el consumo de sal.
- Señales de alerta: Hinchazón repentina o severa, especialmente si se acompaña de dolor de cabeza o alteraciones visuales, debe ser consultada inmediatamente.
Calambres en las piernas
- Consejos: Estira suavemente la pantorrilla cuando ocurran; mantente hidratada; incluye alimentos ricos en potasio y magnesio en tu dieta.
- Prevención: Estira las piernas antes de dormir; evita posiciones que restrinjan la circulación.
Contracciones de Braxton Hicks
- Características: Son irregulares, no aumentan en intensidad y suelen desaparecer con el cambio de posición o al beber agua.
- Manejo: Cambia de posición, bebe uno o dos vasos de agua, practica técnicas de respiración y relajación.
- Cuándo preocuparse: Si las contracciones se vuelven regulares, dolorosas o se acompañan de sangrado, consulta inmediatamente.
Dificultad para respirar
- Causa: El útero presiona el diafragma, reduciendo el espacio pulmonar.
- Consejos: Mantén una buena postura; usa almohadas para elevar el torso al dormir; practica respiración diafragmática; evita esfuerzos excesivos.
Aumento de secreción vaginal
- Qué es normal: Secreción clara o blanquecina, sin mal olor.
- Señales de alerta: Cambios en el color, olor, picazón o ardor deben ser consultados con tu médico, ya que podrían indicar una infección.
Frecuencia urinaria
- Consejos: Vacía completamente la vejiga cada vez; inclínate hacia adelante al orinar; limita los líquidos justo antes de dormir (sin reducir la ingesta total diaria).
- Señales de alerta: Dolor al orinar, sangre en la orina o cambios en su aspecto merecen atención médica.
Recuerda que estos síntomas, aunque molestos, son generalmente temporales y desaparecerán después del parto. Sin embargo, siempre comunica a tu médico cualquier síntoma que te preocupe o que interfiera significativamente con tu calidad de vida, ya que existen opciones seguras para aliviar muchas de estas molestias.
Señales de alarma que requieren atención médica
Es fundamental que durante el octavo mes estés atenta a ciertos signos que podrían indicar complicaciones y que requieren atención médica inmediata.
Conocerlos puede hacer la diferencia en tu bienestar y el de tu bebé:
Sangrado vaginal
- Cuándo preocuparse: Cualquier sangrado vaginal en esta etapa debe ser evaluado por un profesional.
- Qué hacer: No uses tampones y anota la cantidad y el color del sangrado para informar a tu médico.
Disminución o ausencia de movimientos fetales
- Parámetro normal: Tu bebé debe realizar al menos 10 movimientos en un período de 2 horas.
- Qué hacer: Si notas una disminución marcada o ausencia de movimientos por más de 2 horas, contacta a tu médico inmediatamente.
Pérdida de líquido amniótico
- Cómo identificarlo: Puede ser un chorro repentino o un goteo constante de líquido claro o amarillento por la vagina, que no se detiene y no es orina.
- Qué hacer: Usa una toalla sanitaria (no tampón) y acude a emergencias, ya que la ruptura prematura de membranas requiere evaluación inmediata.
Contracciones regulares antes de las 37 semanas
- Señales de trabajo de parto prematuro: Contracciones que ocurren cada 10 minutos o menos, durante más de una hora.
- Qué hacer: Bebe agua, recuéstate del lado izquierdo y llama a tu médico. Si las contracciones continúan, busca atención médica.
Dolor de cabeza intenso o persistente
- Señales de alarma: Dolor que no cede con analgésicos comunes, especialmente si se acompaña de alteraciones visuales, hinchazón repentina o dolor en la parte superior del abdomen.
- Qué hacer: Este síntoma podría indicar preeclampsia, una condición seria que requiere atención médica urgente.
Cambios en la visión
- Señales de alarma: Visión borrosa, ver puntos o flashes de luz, sensibilidad a la luz o pérdida temporal de la visión.
- Qué hacer: Estos síntomas pueden estar asociados con presión arterial elevada y requieren evaluación inmediata.
Dolor o ardor al orinar
- Señales de infección: Dolor, ardor, necesidad frecuente de orinar pequeñas cantidades o presencia de sangre en la orina.
- Qué hacer: Las infecciones urinarias durante el embarazo requieren tratamiento pronto para evitar complicaciones.
Fiebre superior a 38°C (100.4°F)
- Por qué es preocupante: La fiebre puede indicar una infección que podría afectar al bebé.
- Qué hacer: Contacta a tu médico antes de tomar cualquier medicamento para reducir la fiebre.
Dolor abdominal intenso
- Cuándo preocuparse: Dolor abdominal severo o persistente, especialmente si es diferente a las molestias habituales del embarazo.
- Qué hacer: Este síntoma podría indicar problemas como desprendimiento de placenta y requiere evaluación urgente.
Hinchazón repentina o severa
- Señales de alerta: Hinchazón repentina en cara, manos o pies, especialmente si es asimétrica o se acompaña de otros síntomas.
- Qué hacer: Podría ser un signo de preeclampsia; consulta a tu médico lo antes posible.
Vómitos severos o persistentes
- Cuándo preocuparse: Vómitos que impiden retener líquidos o alimentos, especialmente si causan mareos o disminución en la frecuencia de orinar.
- Qué hacer: La deshidratación es peligrosa durante el embarazo y puede requerir hidratación intravenosa.
No dudes en contactar a tu médico o acudir a emergencias ante cualquiera de estos síntomas. Es mejor consultar y que no sea nada grave, a esperar y arriesgar complicaciones. Ten a mano los teléfonos de contacto de tu médico y del hospital donde planeas dar a luz.
Preparativos para el parto
El octavo mes es el momento ideal para finalizar los preparativos para la llegada de tu bebé. Organizarte con anticipación te permitirá enfrentar el parto con mayor tranquilidad:
Maleta para el hospital
Es recomendable tenerla lista a partir de la semana 32. Debería incluir:
Para ti:
- Documentos importantes: identificación, carnet de seguro médico, plan de parto si lo tienes
- 2-3 camisones o pijamas que faciliten la lactancia
- Bata y pantuflas
- Ropa interior cómoda (varios pares) y sostenes de lactancia
- Artículos de higiene personal (cepillo de dientes, pasta dental, champú, etc.)
- Toallas higiénicas de flujo abundante (aunque muchos hospitales las proporcionan)
- Ropa cómoda para el regreso a casa
- Cargador de celular y quizás una extensión
- Música, libros o elementos que te ayuden a relajarte
- Almohada propia si te hace sentir más cómoda
Para el bebé:
- 2-3 conjuntos de ropa (bodies, pantalones, gorrito, medias)
- Pañales para recién nacido
- Toallitas húmedas para bebé
- Una manta ligera
- Una manta más abrigada según el clima
- Asiento de seguridad para auto (imprescindible para el regreso a casa)
Plan de parto
Si aún no lo has hecho, considera crear un documento que exprese tus preferencias durante el trabajo de parto y parto:
- Personas que deseas que te acompañen
- Preferencias sobre manejo del dolor (natural, epidural, otras opciones)
- Posiciones preferidas para el parto
- Uso de intervenciones médicas (solo si son necesarias o prefieres evitarlas)
- Preferencias sobre el corte del cordón umbilical
- Contacto piel con piel inmediato
- Inicio temprano de la lactancia
Recuerda que un plan de parto es una guía de preferencias, no un contrato. Las circunstancias médicas pueden requerir ajustes para garantizar tu seguridad y la del bebé.
Preparativos en casa
- Termina de acondicionar el espacio para el bebé
- Lava y organiza la ropa, sábanas y mantas del bebé
- Instala correctamente la cuna o moisés siguiendo las normas de seguridad
- Prepara un espacio para el cambio de pañales con todos los elementos necesarios
- Si planeas amamantar, organiza un rincón cómodo con almohadas de apoyo
- Considera congelar comidas para los primeros días tras el parto
- Coordina ayuda familiar para las primeras semanas
Transporte y logística
- Planifica la ruta al hospital y alternativas en caso de tráfico
- Identifica la entrada de emergencias y maternidad del hospital
- Asegúrate de que el asiento para bebé esté correctamente instalado en el auto
- Programa quién te llevará al hospital si tu pareja no está disponible
- Ten a mano los números telefónicos importantes (médico, hospital, familiares)
Clases y educación
Si aún no lo has hecho, considera asistir a:
- Clases de preparación para el parto
- Talleres de lactancia materna
- Clases de cuidados básicos del recién nacido
- Recorridos por el área de maternidad del hospital donde darás a luz
Aspectos legales y administrativos
- Infórmate sobre el proceso de inscripción del bebé y los documentos necesarios
- Verifica la cobertura de tu seguro médico para el parto y la atención del recién nacido
- Si trabajas, asegúrate de que tu licencia por maternidad esté tramitada correctamente
Recuerda que prepararse no significa obsesionarse. Mantén la flexibilidad mental para adaptarte a cambios imprevistos y concéntrate en lo esencial: tu bienestar y el de tu bebé. Los pequeños detalles pueden esperar o resolverse sobre la marcha.
Visitas médicas y controles prenatales
Durante el octavo mes, tus visitas prenatales serán más frecuentes, generalmente cada dos semanas, para monitorear de cerca tanto tu salud como la de tu bebé.
Es importante que conozcas qué esperar en estas consultas y qué preguntas podrían ser relevantes:
Procedimientos habituales en cada consulta
- Control de peso y presión arterial: El aumento de peso se monitoreará para asegurar que sea saludable, y la presión arterial se vigilará cuidadosamente para detectar signos de preeclampsia.
- Medición de la altura uterina: Tu médico medirá la distancia desde tu pubis hasta la parte superior del útero para evaluar el crecimiento del bebé.
- Auscultación de latidos fetales: Escuchar el corazón de tu bebé es una forma rápida de confirmar su bienestar.
- Examen de orina: Para detectar proteínas (posible señal de preeclampsia) o signos de infecciones urinarias.
- Evaluación de hinchazón: El médico revisará tus manos, pies y cara para detectar edema anormal.
Exámenes específicos que podrían realizarse
- Ultrasonido: No todas las mujeres tendrán un ultrasonido en el octavo mes, pero podría realizarse para verificar:
- Posición del bebé (cefálica, podálica, transversa)
- Estimación del peso fetal
- Cantidad de líquido amniótico
- Ubicación y estado de la placenta
- Monitoreo fetal electrónico (NST): Este test evalúa la respuesta de la frecuencia cardíaca del bebé ante sus propios movimientos. Puede realizarse si hay preocupaciones sobre el bienestar fetal o como parte de la rutina en embarazos de alto riesgo.
- Cultivo vaginal y rectal para estreptococo del grupo B: Generalmente se realiza entre las semanas 35-37. Esta bacteria es inofensiva para ti, pero puede causar infecciones graves en el recién nacido. Si el resultado es positivo, recibirás antibióticos durante el parto.
- Exámenes de sangre: Para verificar niveles de hemoglobina (descartar anemia), glucosa y otros parámetros según sea necesario.
Preguntas importantes para hacer a tu médico
- ¿Cómo está creciendo mi bebé? ¿Su tamaño es adecuado para la edad gestacional?
- ¿Qué posición tiene mi bebé actualmente? Si no está en posición cefálica, ¿qué opciones tengo?
- ¿Hay algún síntoma específico al que deba estar atenta en estas últimas semanas?
- ¿Cuándo debo acudir al hospital? ¿Qué signos indican el inicio del trabajo de parto?
- Si llego a la semana 40 sin señales de parto, ¿cuál es el plan a seguir?
- ¿Cuáles son los signos de alarma en esta etapa del embarazo?
- ¿Hay alguna restricción específica para mí en cuanto a actividad física o viajes?
- ¿Puedo continuar con relaciones sexuales? ¿Hay alguna precaución especial?
Preparación para el parto
- Discusión del plan de parto: Si tienes preferencias específicas para tu experiencia de parto, este es el momento de discutirlas con tu médico.
- Signos de inicio de trabajo de parto: Tu médico te explicará la diferencia entre contracciones de Braxton Hicks y verdaderas contracciones de parto, así como otros signos a los que debes estar atenta.
- Opciones para el manejo del dolor: Es el momento de hablar sobre tus preferencias y las opciones disponibles en el hospital donde darás a luz.
Lleva un cuaderno o usa la aplicación de notas de tu teléfono para anotar las respuestas y recomendaciones de tu médico. No dudes en preguntar todo lo que te genere dudas, por trivial que parezca. Recuerda que no existen preguntas tontas cuando se trata de tu salud y la de tu bebé.
Conclusión
¡Felicitaciones! Has llegado al octavo mes de embarazo, una etapa crucial y emocionante que marca la recta final de esta hermosa experiencia. Durante estas semanas, tanto tú como tu bebé experimentan cambios significativos mientras se preparan para el gran momento.
Tu bebé está casi listo para nacer: sus pulmones maduran, acumula grasa bajo su piel y probablemente ya ha adoptado la posición que tendrá durante el parto. Mientras tanto, tu cuerpo continúa adaptándose para facilitarle el camino al exterior, lo que puede traer consigo algunos desafíos físicos como dificultad para dormir, dolor de espalda o mayor frecuencia urinaria. Estos síntomas, aunque molestos, son señales de que todo está progresando normalmente.
Es completamente natural experimentar una montaña rusa de emociones durante este mes: desde la impaciencia y ansiedad hasta la emoción y el instinto de anidamiento. Todas estas emociones son válidas y compartidas por millones de mujeres en la misma etapa.
Aprovecha este tiempo para finalizar los preparativos prácticos: organiza la maleta para el hospital, ultima detalles en el espacio para el bebé y, sobre todo, infórmate. El conocimiento te dará seguridad y te ayudará a distinguir entre lo normal y lo que requiere atención médica. Recuerda que las visitas prenatales son más frecuentes ahora, aprovéchalas para resolver todas tus dudas.
Mientras te preparas para la llegada de tu bebé, no olvides cuidarte: alimentarte saludablemente, descansar lo suficiente, mantenerte activa de forma segura y conectar con tu bebé y contigo misma. Esta es una oportunidad única para fortalecer el vínculo con tu pequeño antes de conocerlo cara a cara.
El camino ha sido largo, pero la recompensa está cada vez más cerca. Pronto tendrás en tus brazos a ese ser que has protegido y nutrido durante tantos meses. Cada malestar, cada noche de insomnio, cada cambio en tu cuerpo habrá valido la pena cuando sostengas a tu bebé por primera vez.
Confía en tu cuerpo, en tu instinto maternal y en el equipo médico que te acompaña. Estás más preparada de lo que crees para este nuevo capítulo que está a punto de comenzar. ¡La maternidad te espera con los brazos abiertos!
Preguntas frecuentes sobre el octavo mes de embarazo
¿Cuánto debe pesar mi bebé en el octavo mes de embarazo?
Durante el octavo mes de embarazo, tu bebé debería pesar alrededor de 2,5 a 3 kilos.
¿Cómo se desarrolla mi bebé en el octavo mes de embarazo?
En este mes, el bebé comienza a tener períodos de sueño y vigilia más regulares. Además, su sistema digestivo y respiratorio están casi completamente desarrollados.
¿Qué posiciones puedo adoptar para aliviar las molestias en mi octavo mes de embarazo?
Puedes probar posiciones en cuclillas, apoyándote en una pelota de yoga o utilizando almohadas de embarazo para aliviar la presión en tu espalda.
¿Cuáles son los cambios físicos que experimento en el octavo mes de embarazo?
Es posible que experimente hinchazón en los pies y las piernas, acidez estomacal, estreñimiento y dificultad para dormir.
¿Cuáles son las precauciones que debo tomar en el octavo mes de embarazo?
Debes asegurarte de comer alimentos nutritivos, evitar el estrés y la actividad física extenuante, y mantener una buena higiene dental para evitar la gingivitis.
¿Qué debo hacer si siento dolor abdominal en el octavo mes de embarazo?
Si sientes dolor abdominal, debes informar a tu médico de inmediato, ya que puede ser un signo de trabajo de parto prematuro o complicaciones en el embarazo.
¿Cómo puedo prepararme para el parto en el octavo mes de embarazo?
Puedes inscribirse en clases prenatales, elaborar tu plan de parto y hablar con tu médico sobre cualquier inquietud o pregunta que tengas sobre el parto. Además, es importante hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta saludable para ayudar a preparar tu cuerpo para el parto.