Publicado: 21 febrero, 2023
Actualizado: 21 febrero, 2023
El atragantamiento es una afección grave y potencialmente mortal que todos los padres y cuidadores de bebés deben conocer. Cuando un bebé se atraganta, puede ser una experiencia increíblemente estresante para todos los implicados. Afortunadamente, existen medidas preventivas que pueden adoptarse para reducir el riesgo de atragantamiento en los lactantes. En este artículo, los lectores encontrarán información útil sobre cómo identificar los riesgos de atragantamiento y tomar medidas para mantener a salvo a sus bebés.
En este artículo
Atragantamiento infantil
El atragantamiento es un riesgo grave para los lactantes y los niños pequeños debido a la inmadurez de su reflejo nauseoso y al tamaño de sus vías respiratorias. Para evitar los atragantamientos, los padres deben tener especial cuidado al preparar las comidas y los tentempiés de los niños pequeños; nunca les den trozos de alimentos duros o redondos, como frutos secos, palomitas de maíz, uvas o perritos calientes. Lo mejor son los alimentos blandos y del tamaño de un bocado. Asegúrate de cortar los alimentos en trozos muy pequeños, de no más de medio centímetro de diámetro. Si el bebé tiene edad suficiente para tomar sólidos, introdúzcale un alimento nuevo cada vez para que pueda vigilar cualquier alergia o reacción. Evita darle alimentos o bebidas azucarados porque pueden provocar atragantamiento si no se mastican bien. Por último, coloca a los bebés menores de un año en una trona segura con correas para mantenerlos sujetos mientras comen. Supervise a los niños pequeños en todo momento durante la comida para asegurarse de que mastican bien los alimentos antes de tragarlos.
Principales causas de atragantamiento
El atragantamiento es un riesgo grave para los lactantes, y conocer sus causas principales puede ayudar a los padres a tomar medidas para reducirlo. La causa más frecuente de atragantamiento en los lactantes son los objetos o juguetes pequeños que son demasiado grandes para ellos y que pueden atascarse en sus vías respiratorias. Los lactantes también pueden llevarse a la boca comida, monedas y otros objetos pequeños sin darse cuenta de que suponen un riesgo de atragantamiento. Otra causa importante de atragantamiento infantil son los alimentos mal preparados, como los frutos secos y las palomitas de maíz, que deben cortarse en trozos más pequeños antes de dárselos al bebé. Por último, algunas enfermedades, como el asma, pueden dificultar la respiración del lactante, lo que aumenta el riesgo de atragantamiento. Tomar precauciones como evitar dar objetos pequeños a los niños pequeños, cortar los alimentos adecuadamente antes de dárselos a los bebés y tratar cualquier enfermedad subyacente con un médico puede ayudar a evitar que su bebé se atragante.
Síntomas de atragantamiento
Los signos más frecuentes de atragantamiento en los lactantes son arcadas, tos y dificultad para respirar. El bebé también puede emitir un sonido agudo al exhalar o tener diferentes expresiones faciales, como abrir mucho los ojos o ponerse azul. Preste atención a las reacciones de su bebé, ya que pueden alertarle de un posible atragantamiento antes de que se agrave. Si a tu bebé le cuesta respirar o parece incapaz de llorar, actúa de inmediato y llama al 112.
Para evitar que los lactantes se atraganten, corta siempre la comida en trozos muy pequeños y retira cualquier alimento duro, como frutos secos o semillas, que pueda atascarse en su garganta. No le des objetos pequeños y redondos, como monedas, canicas, botones o globos, que pueden introducirse fácilmente en la tráquea y obstruirla. Además, evite darle alimentos con trozos grandes, como uvas, ya que pueden ser difíciles de tragar con seguridad para los bebés. Los padres también deben supervisar al niño mientras come y estar atentos a cualquier signo de angustia durante la comida.
Medidas preventivas
La medida preventiva más importante para reducir el riesgo de atragantamiento en los lactantes es prestarles mucha atención mientras comen y beben. Permanezca siempre en la misma habitación con el bebé mientras consume alimentos y líquidos, ya que esto puede ayudar a los padres a identificar cualquier signo de angustia y actuar con rapidez si es necesario. Además, los padres deben asegurarse siempre de que el bebé esté sentado en posición vertical cuando coma o beba y no dejarlo nunca desatendido.
También es esencial que los padres sepan reconocer cuándo su hijo aún no está preparado para recibir alimentos sólidos. Los alimentos sólidos no deben introducirse hasta después de los seis meses de edad, ya que los lactantes más pequeños tienen un mayor riesgo de atragantamiento debido a la inmadurez de sus habilidades motoras orales. Cuando se introducen alimentos sólidos, es mejor empezar con purés de verduras o frutas que puedan triturarse fácilmente entre las encías, antes de pasar a alimentos con más textura, como cereales blandos o carnes.
Por último, todos los objetos duros o redondos deben mantenerse siempre fuera del alcance de los bebés, ya que pueden atascarse en la garganta del niño y obstruirla si los traga; los objetos más pequeños, como monedas o botones, son especialmente peligrosos por su tamaño y forma. Los padres también deben asegurarse de que los juguetes destinados a niños mayores se mantengan fuera del alcance de los bebés; podrían contener piezas pequeñas que suponen un riesgo de atragantamiento si se ingieren.
Vigilar a los niños durante la comida
La hora de la comida puede ser un momento peligroso para los lactantes y los niños pequeños, ya que es posible que no tengan la coordinación necesaria para masticar bien los alimentos o no sepan cuánto es demasiado. Para evitar atragantamientos, es importante vigilar continuamente a los niños durante las comidas.
Para empezar, es importante asegurarse de que los trozos de comida que se sirven son lo bastante pequeños para que el niño pueda tragarlos con facilidad. Si es necesario, utilice una batidora o un robot de cocina para cortar los trozos más grandes en trozos más pequeños. Evite servir alimentos duros, como frutos secos y palomitas de maíz, que podrían atascarse en la garganta y provocar atragantamiento. No dé a los bebés objetos pequeños que puedan tragarse enteros, como monedas o canicas.
También es importante asegurarse de que su hijo está sentado erguido mientras come y no habla con la comida en la boca, ya que esto aumenta el riesgo de atragantamiento. Anime a su hijo a hacer pausas entre bocado y bocado y no le deje nunca sin supervisión mientras come. Por último, si sospecha que su hijo se ha atragantado con algo, intente darle compresiones abdominales inmediatamente y pida ayuda médica si es necesario.
Técnicas de alimentación adecuadas
Al alimentar a un bebé, es importante introducir los alimentos sólidos gradualmente y en trozos pequeños. Corta los alimentos en trozos muy pequeños, ya que los lactantes pueden atragantarse con trozos grandes. Evite darle alimentos duros o redondos que sean difíciles de masticar. Ejemplos de este tipo de alimentos son las zanahorias crudas, los cacahuetes, las palomitas de maíz y las uvas. También es importante que los cuidadores se fijen en el tamaño y la forma de los alimentos y eviten cualquier cosa que pueda atascarse en la garganta del bebé.
Además, nunca hay que dejar solo al bebé mientras come: hay que estar siempre cerca por si se atraganta. Si un bebé empieza a toser o a tener arcadas durante la comida, deja de darle de comer inmediatamente hasta que se haya calmado antes de continuar con la comida. Si un bebé empieza a atragantarse con algo que le han dado, aplícale rápidamente medidas de primeros auxilios como golpes en la espalda o compresiones en el pecho, dependiendo de su edad. Si es necesario, llama inmediatamente al 911 para pedir ayuda si tu hijo tiene dificultades para respirar después de tragar algo que no debería haber comido.
Consejos de seguridad en el hogar
Supervisa siempre a tu bebé mientras come y no lo pierdas de vista. Asegúrate de que está sentado erguido y de que no tiene la cabeza inclinada hacia delante mientras come. Corta la comida en trozos pequeños y dale sólo alimentos apropiados para su edad, ya que los trozos grandes pueden suponer un riesgo de atragantamiento. Evita darle alimentos como palomitas, frutos secos, uvas enteras o caramelos duros, que pueden atascarse fácilmente en la garganta. No dejes que los bebés correteen con comida en la boca ni que jueguen con objetos pequeños que puedan tragarse por accidente.
También es importante comprobar regularmente que los juguetes no tengan piezas sueltas que puedan haberse desprendido y suponer un riesgo de atragantamiento para los niños pequeños. Compruebe si hay bordes afilados que puedan haberse desprendido de un juguete, ya que pueden causar daños graves si se los traga un bebé o un niño pequeño. Además, debes inspeccionar periódicamente los muebles en busca de esquinas afiladas que puedan dañar a tu bebé si cae accidentalmente en ellas mientras juega o gatea por la casa.
Conclusión: Reducir el riesgo
Es esencial tomar medidas de precaución para reducir el riesgo de atragantamiento en los bebés. Es importante prestar atención a lo que come y bebe tu bebé, así como a la forma en que lo alimentas. Dale sólo trozos de comida lo bastante pequeños para que pueda tragarlos sin dificultad. Las frutas y verduras blandas deben cortarse en rodajas finas o triturarse antes de dárselas. Evite darles alimentos duros como palomitas de maíz, frutos secos y caramelos duros, que pueden obstruir sus vías respiratorias. Además, es importante vigilar al bebé mientras come y no dejarle nunca solo con alimentos u otros objetos que puedan suponer un riesgo de atragantamiento. Por último, se recomienda que los padres realicen cursos de reanimación cardiopulmonar para poder responder con rapidez si surge una emergencia relacionada con un atragantamiento u otros problemas médicos.