Publicado: 21 febrero, 2023
Actualizado: 21 febrero, 2023
El estrés forma parte de la vida cotidiana desde hace muchos siglos y tiene efectos tanto positivos como negativos en nuestra salud, incluida la fertilidad.
Los estudios han demostrado que unos niveles elevados de estrés pueden afectar al equilibrio hormonal del organismo y reducir significativamente el potencial de fertilidad de una persona.
En este artículo analizaremos cómo afecta el estrés a la fertilidad y qué se puede hacer para controlarlo. Hablaremos de las causas físicas y fisiológicas de la infertilidad debida al estrés, así como de los componentes emocionales de la infertilidad.
En este artículo
Estrés y fertilidad
El estrés se ha relacionado con la fertilidad tanto en hombres como en mujeres, dificultando la concepción. El estrés puede afectar a las hormonas de una persona, lo que puede interferir en el proceso reproductivo.
Unos niveles elevados de estrés pueden provocar cambios en el eje hipotalámico-hipofisario-gonadal (HPG), alterando la ovulación y la producción de esperma. Esta alteración impide que se produzca la fecundación. Además, el estrés también puede disminuir la libido, lo que provoca relaciones sexuales menos frecuentes y reduce aún más las posibilidades de concebir.
Las personas que sufren infertilidad suelen manifestar altos niveles de angustia psicológica, como depresión y ansiedad. Esto se debe probablemente a la angustia física y emocional asociada a la imposibilidad de concebir tras meses o años de intentos.
Como estas personas son más propensas a sufrir estrés crónico que las que no tienen problemas de fertilidad, es posible que tengan que luchar más de lo normal con cualquier acontecimiento estresante que se les presente.
Es importante que las personas con problemas de fertilidad tomen medidas para reducir sus niveles generales de estrés, de modo que puedan mejorar sus posibilidades de concebir de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida como la FIV o la IIU.
¿Cómo afecta el estrés a la fertilidad?
El estrés puede tener un impacto significativo en la fertilidad, ya que afecta tanto al equilibrio hormonal como a la salud en general. Una cantidad excesiva de estrés puede provocar un desequilibrio en hormonas como el cortisol, que son importantes en los procesos reproductivos.
Unos niveles elevados de cortisol pueden interferir en el eje hipotálamo-hipófisis-ovario, provocando una ovulación irregular o ausente, lo que conduce a la infertilidad. El estrés también puede reducir la libido y disminuir el recuento de espermatozoides, reduciendo aún más las posibilidades de concepción.
Los síntomas físicos del estrés también pueden afectar a la fertilidad, como el aumento de la presión arterial, que restringe el flujo sanguíneo a los órganos reproductores, haciéndolos menos eficaces a la hora de producir óvulos y espermatozoides viables.
Además, el estrés crónico se ha relacionado con la endometriosis, una enfermedad que hace que el tejido del útero crezca fuera de él, creando un entorno hostil para la fecundación y la implantación.
Por último, el estrés no controlado puede conducir a elecciones de estilo de vida poco saludables, como fumar y beber alcohol, que son factores conocidos que contribuyen a problemas de infertilidad tanto en hombres como en mujeres.
Impacto del estrés en la fertilidad femenina
Los niveles de estrés pueden tener un impacto significativo en la fertilidad de la mujer. Los estudios han demostrado que las mujeres que experimentan altos niveles de estrés tienen más probabilidades de ser infértiles que las que no están tan estresadas.
Esto se debe a que el estrés aumenta la producción de ciertas hormonas, como el cortisol, que pueden alterar el funcionamiento normal del sistema reproductor e impedir que se produzca la ovulación.
Además, unos niveles elevados de estrés también pueden dificultar que una mujer conciba debido a su efecto sobre la capacidad de su cuerpo para producir las hormonas necesarias para la concepción.
Además, se ha observado que incluso después de que se produzca el embarazo, las mujeres que experimentaban niveles más altos de estrés durante sus periodos tenían una mayor probabilidad de sufrir un aborto espontáneo.
Los efectos del estrés sobre la fertilidad no se limitan a los cambios físicos; factores psicológicos como la ansiedad y la depresión también pueden desempeñar un papel en la disminución de las tasas de fertilidad entre las mujeres.
La ansiedad puede provocar sentimientos de culpa o tristeza que pueden afectar aún más al bienestar mental de la mujer y reducir así sus posibilidades de concebir con éxito.
Del mismo modo, la depresión se ha relacionado con la infertilidad, ya que también tiende a interferir en la producción hormonal y el funcionamiento de los órganos reproductores, lo que dificulta que el cuerpo de la mujer conciba de forma natural o mediante métodos asistidos como los tratamientos de FIV.
Impacto del estrés en la fertilidad masculina
El estrés puede tener un impacto significativo en la fertilidad masculina. Los estudios demuestran que las hormonas del estrés, como el cortisol, pueden afectar a la calidad del esperma y reducir su recuento.
El aumento de los niveles de hormonas del estrés en el organismo puede reducir la producción de testosterona en los testículos y alterar el funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisario-gonadal, lo que reduce la calidad y la cantidad del semen.
Además, el estrés psicológico también se ha asociado a una disminución de la libido, disfunción eréctil y eyaculación precoz. Además, niveles elevados de estrés pueden incluso provocar infertilidad al afectar a la motilidad o la morfología de los espermatozoides.
El efecto general es que el aumento del estrés puede reducir significativamente las posibilidades de concepción de las parejas que intentan concebir de forma natural.
Por lo tanto, es esencial que ambos miembros de la pareja controlen sus niveles de estrés mientras intentan concebir, ya que esto puede mejorar significativamente sus posibilidades de éxito.
Cómo afrontar el estrés y mejorar la fertilidad
El estrés puede afectar tanto a la fertilidad masculina como a la femenina. En el caso de los hombres, el estrés puede provocar una reducción de los niveles de testosterona, lo que puede interferir en la producción y la calidad del esperma.
El estrés también puede causar disfunción eréctil y baja libido. En el caso de las mujeres, el estrés prolongado puede reducir los niveles de estrógeno, lo que conduce a periodos irregulares o ausentes y a una menor implantación de embriones en el útero. El estrés también se asocia a un aumento de la inflamación que puede interferir en la ovulación.
Para hacer frente al estrés y mejorar la fertilidad es importante practicar regularmente técnicas de relajación como el yoga, ejercicios de respiración profunda y meditación.
Se ha demostrado que la terapia de masajes reduce los niveles de cortisol (la hormona que se libera en momentos de estrés), ayudando así a reducir los niveles de estrés.
También es beneficioso dormir lo suficiente, ya que esto ayuda a mejorar la salud general y el equilibrio hormonal que afecta a la fertilidad.
Además, la práctica de hábitos de vida saludables como una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras ayudará a mantener las hormonas equilibradas al tiempo que reduce la inflamación causada por factores estresantes en el cuerpo.
Controlar el estrés para mejorar la fertilidad
Está claro que el estrés tiene un efecto directo sobre la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres. El estrés puede alterar el delicado equilibrio hormonal necesario para mantener ciclos menstruales regulares, la ovulación y la producción de esperma.
Las investigaciones han demostrado que los sentimientos de ansiedad y depresión pueden causar una disminución de la fertilidad, así como aumentar el tiempo que se tarda en concebir.
Además, los altos niveles de cortisol en el organismo debidos al estrés pueden afectar a la calidad de los óvulos liberados durante la ovulación y reducir el recuento de espermatozoides en los hombres.
La buena noticia es que las técnicas de control del estrés como el yoga, la meditación consciente, la acupuntura, los ejercicios de respiración y la actividad física pueden ayudar a reducir los desequilibrios hormonales causados por el estrés.
Las parejas que están intentando quedarse embarazadas deberían centrarse en controlar sus niveles de estrés mediante métodos de relajación como escribir un diario o dar paseos al aire libre.
Estas actividades no sólo mejorarán la salud mental en general, sino que también conducirán a una mejor salud física, lo que aumenta sustancialmente las tasas de fertilidad.
Es importante que las parejas que intentan concebir sean conscientes de su propio estado mental y se aseguren de que están haciendo lo necesario para reducir cualquier efecto negativo que pueda tener en las tasas de éxito del embarazo.