Publicado: 7 marzo, 2023
Actualizado: 31 julio, 2023
La lactancia se ha relacionado con la pérdida de peso en muchas mujeres. Esto se debe a que la lactancia requiere mucha energía, y el cuerpo recurre a las reservas de grasa para obtenerla. Estas reservas de grasa se descomponen en ácidos grasos, que se utilizan como combustible durante la lactancia.
Se calcula que durante la lactancia se queman unas 500 calorías al día, lo que equivale a una pérdida de entre 1,5 y 1,5 kg al mes. Además, debido a los cambios hormonales asociados a la lactancia, los niveles de hambre pueden verse reducidos, lo que puede llevar a picar menos o a ingerir menos calorías en general.
La pérdida de peso experimentada por las madres durante este periodo varía de una persona a otra y depende de factores relacionados con el estilo de vida, como la dieta y los hábitos de ejercicio antes de la lactancia. Además, algunos estudios han sugerido que las que dan el pecho durante más tiempo podrían perder más peso que las que no lo hacen en absoluto.
Sin embargo, es importante que las madres no se centren únicamente en la pérdida de peso durante la lactancia, sino también en la salud del bebé y en su propio bienestar durante este período tan especial. Seguir una dieta equilibrada con abundantes frutas y verduras también ayudará a garantizar que tanto la madre como el bebé obtengan todos los nutrientes vitales que necesitan para su crecimiento y desarrollo.
En este artículo
Lactancia y la pérdida de peso
La lactancia no sólo proporciona al bebé los nutrientes esenciales que necesita para crecer, sino que también puede ayudarte a perder peso. A medida que su cuerpo produce leche para su bebé, utiliza el exceso de grasa almacenada, lo que conduce a la pérdida de peso. Se calcula que las mujeres que dan el pecho queman entre 500 y 800 calorías al día.
Esto significa que las madres que dan el pecho suelen perder el peso del embarazo más rápidamente que las que no lo hacen. Además, las madres que dan el pecho suelen sentirse saciadas durante más tiempo debido a las hormonas que se liberan durante la lactancia y, en general, tienen una dieta más sana que las madres que no dan el pecho.
Sin embargo, esto no quiere decir que todas las madres vayan a experimentar resultados inmediatos o drásticos a la hora de perder peso durante la lactancia; de hecho, muchas se encuentran con dificultades después de dar a luz y deben asegurarse de que comen lo suficiente y mantienen una dieta saludable para que ellas y sus bebés se beneficien de las ventajas de la lactancia.
Comer alimentos nutritivos y ricos en proteínas a lo largo del día ayuda a garantizar que tanto tú como tu bebé recibís lo que necesitáis sin quedaros sin energía ni sentir demasiada hambre. También es importante consumir mucho líquido, como agua, ya que la deshidratación puede provocar fatiga y reducir la producción de leche.
Beneficios de la lactancia para perder peso
Dar el pecho quema entre 600 y 900 calorías al día. Puede parecer una cantidad pequeña, pero se acumula rápidamente con el tiempo. La lactancia también reduce el tamaño del útero más rápidamente, lo que puede ayudar a perder peso más rápidamente que en el caso de las madres que no dan el pecho. La lactancia libera hormonas que hacen que tu cuerpo utilice las reservas de grasa corporal como combustible para dar el pecho, lo que ayuda a quemar aún más calorías y a reducir el peso extra del embarazo.
Además de ayudar a perder peso después del parto, las investigaciones han demostrado que la lactancia materna se asocia a un menor riesgo general de obesidad en etapas posteriores de la vida, tanto para la madre como para el bebé. En el caso de la madre, esto podría deberse a la reducción de los niveles de grelina (la hormona responsable del hambre) durante la lactancia y a los cambios a largo plazo en el metabolismo debidos a las hormonas de la lactancia.
En el caso de los bebés, se cree que la alimentación exclusiva con leche materna regula el apetito y el equilibrio energético mejor que la alimentación con leche de fórmula, lo que se traduce en una menor sobrealimentación a lo largo de la vida y en una menor probabilidad de padecer obesidad más adelante.
Hormonas implicadas en la pérdida de peso
La lactancia materna es una excelente forma de ayudar a perder los kilos de más. Esto se debe a las hormonas que intervienen en la lactancia y la pérdida de peso, como la prolactina, la oxitocina y el cortisol.
La prolactina estimula la producción de leche y reduce los niveles de estrógeno, lo que puede ayudar a suprimir el apetito y reducir el almacenamiento de grasa. La oxitocina ayuda a reducir las hormonas del estrés, como el cortisol, que pueden contribuir a aumentar la ingesta de alimentos y el aumento de peso. El propio cortisol también desempeña un papel importante en la regulación del apetito, ya que ayuda a suprimir las señales de hambre que llegan al cerebro.
El acto de amamantar requiere actividad física, lo que aumenta aún más el gasto calórico. La combinación de todas estas hormonas hace que la lactancia sea una forma eficaz de quemar calorías y ayudar a perder peso después del parto.
Aumenta el metabolismo y las calorías quemadas
La lactancia tiene muchos beneficios conocidos tanto para la madre como para el bebé. Uno de ellos es que aumenta el metabolismo de la madre. Ayuda a quemar más calorías que la simple dieta, por lo que puede acelerar la pérdida de peso después del embarazo. Aunque esto varía de una persona a otra, algunas dicen que quemaban entre 500 y 700 calorías más al día mientras daban el pecho.
Esto fue especialmente útil en combinación con ejercicio y una dieta sana. Las investigaciones también demuestran que la lactancia también puede influir en el lugar del cuerpo en el que se almacena la grasa, lo que lleva a una distribución más uniforme del peso por todo el cuerpo después del parto, en lugar de dejar la mayor parte alrededor de la sección media, algo habitual en las madres después del parto.
La lactancia también ayuda a reducir los niveles generales de estrés, lo que desempeña un papel importante en la salud del metabolismo, ya que unas hormonas del estrés elevadas pueden dificultar los esfuerzos por perder peso y mantenerlo.
Los hábitos alimentarios cambian durante la lactancia
Las mujeres que amamantan a sus hijos suelen cambiar sus hábitos alimentarios. Esto se debe a que el cuerpo necesita más calorías y nutrientes para producir leche materna que antes del embarazo. Además, las hormonas que se liberan durante la lactancia pueden provocar un aumento del apetito, lo que puede llevar a comer en exceso o a tener antojos de alimentos poco saludables.
Para asegurarse de ingerir todas las vitaminas y minerales necesarios y nutrir a la madre y al bebé, es importante seguir una dieta rica en nutrientes que incluya muchas frutas y verduras, proteínas magras, grasas saludables, cereales integrales, productos lácteos y algunos alimentos enriquecidos, como cereales o barritas de desayuno. También se recomienda beber mucha agua a lo largo del día para mantenerse hidratado.
Hacer comidas más pequeñas y con más frecuencia ayudará a mantener el hambre a raya, ya que la lactancia puede aumentar los niveles de hambre debido a su papel en la estimulación de la producción de leche. Una nutrición adecuada es esencial durante la lactancia, por lo que es importante prestar atención no sólo a lo que se come, sino también a la cantidad.
Supresión del hambre y control del apetito
La lactancia puede ser una excelente forma de controlar el apetito y suprimir el hambre. La lactancia libera hormonas como la oxitocina, la prolactina y la colecistoquinina, que ayudan a reducir la sensación de hambre. Esto significa que las madres que amamantan pueden no necesitar tanta comida porque las hormonas les hacen sentirse saciadas durante períodos de tiempo más largos.
La lactancia quema calorías adicionales, lo que ayuda a perder peso, ya que requiere energía extra de la madre. Además de suprimir el hambre y controlar el apetito, la lactancia también tiene otros beneficios para la salud, como reducir los niveles de estrés y reforzar el sistema inmunitario. En definitiva, la lactancia puede ayudar a las madres a controlar el apetito liberando hormonas que, de forma natural, las hacen sentirse saciadas durante más tiempo y quemar calorías sin dejar de proporcionar la nutrición esencial al bebé.
Conclusión: La lactancia materna le ayudará a conseguir el éxito en la pérdida de peso
En general, las pruebas apuntan a que la lactancia materna es una forma fiable de conseguir el éxito en la pérdida de peso. La lactancia materna no sólo le ayuda a quemar calorías y deshacerse de los kilos de más, sino que también contribuye a proporcionar nutrientes esenciales a su bebé. Para las madres que pueden amamantar a su bebé, es una forma ideal de conseguir un éxito duradero en la pérdida de peso. Además, la lactancia puede reducir los niveles de estrés tanto en la madre como en el bebé, lo que es beneficioso para la salud física y emocional.
Además, hay muchos recursos disponibles que pueden ayudar a las nuevas mamás a tomar decisiones informadas sobre la mejor manera de cuidar a su bebé, garantizando al mismo tiempo que reciba la nutrición que necesita. Esto incluye consejos sobre cuánto tiempo dar el pecho cada día y cuál es el mejor momento del día para las sesiones de lactancia. Además, hay muchos grupos de apoyo que ofrecen orientación sobre lactancia materna, así como una plataforma en la que las madres pueden relacionarse entre sí.
En conclusión, si buscas una forma de perder peso después de dar a luz, la lactancia puede ser la opción ideal para ti. No sólo aporta nutrientes esenciales para tu hijo, sino que también te ayudará a recuperar el peso que tenías antes del embarazo de forma saludable, sin sacrificar el tiempo que pasas con tu pequeño ni comprometer sus necesidades nutricionales. lactancia materna