Publicado: 2 marzo, 2023
Actualizado: 26 abril, 2023
Las pesadillas pueden ser una experiencia aterradora y perturbadora para niños de todas las edades. Las pesadillas son frecuentes entre los niños pequeños: casi el 50% de los niños de 3 a 5 años tienen pesadillas con frecuencia. Aunque las pesadillas son frecuentes en los niños, pueden causarles angustia y ansiedad. Es posible que los padres no sepan cómo ayudar a su hijo a superar estos terrores nocturnos.
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Pesadillas en niños
Las pesadillas en los niños pueden estar causadas por diversos factores, como el estrés, ciertos medicamentos y afecciones físicas o psicológicas. También es frecuente que los niños tengan pesadillas como parte de su desarrollo normal. Las pesadillas pueden provocar miedo y ansiedad en los niños, lo que les lleva a tener miedo de irse a dormir o a asustarse durante toda la noche.
La mejor forma de ayudar a un niño que experimenta pesadillas es hablar con él sobre su pesadilla y su contenido. Los padres deben ayudar al niño a comprender que lo que ha vivido es sólo un sueño y que no ocurrirá en la vida real. Además, los padres deben asegurarse de que la habitación del niño sea cómoda y esté libre de posibles desencadenantes, como ruidos fuertes o luces brillantes que puedan provocar pesadillas.
También deben animar al niño a practicar técnicas de relajación antes de acostarse, como ejercicios de respiración profunda o técnicas de visualización. Por último, los padres deben tranquilizar y apoyar al niño durante este tiempo para que sepa que está seguro y es querido a pesar de sus pesadillas.
Definición de las pesadillas en los niños
Las pesadillas pueden definirse como un sueño que provoca miedo, ansiedad o angustia extremos. Son más frecuentes en niños de 3 a 6 años y tienden a disminuir con el tiempo a medida que el niño madura. Las pesadillas suelen tener lugar durante el sueño REM, cuando es más probable que se produzcan sueños vívidos. Es normal que los niños experimenten pesadillas ocasionalmente debido al desarrollo de sus mentes y emociones.
Las pesadillas de los niños suelen tratar temas como el abandono, los monstruos y el peligro físico, como caerse desde una gran altura o ser perseguido por un ente desconocido. Los niños también pueden tener pesadillas sobre catástrofes naturales o estar perdidos en lugares desconocidos, lejos de casa o de sus familiares. Además, algunas pesadillas reflejan las preocupaciones actuales del niño sobre la escuela, los amigos, los problemas familiares u otros acontecimientos de la vida que le causan estrés y ansiedad.
Los niños que tienen pesadillas frecuentes pueden sufrir problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, que pueden provocar dificultades para dormir por la noche y miedo a volver a dormirse después de tener una pesadilla. Por eso es importante que los padres apoyen a sus hijos si tienen pesadillas frecuentes, para que puedan desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces que les ayuden a reducir su frecuencia e intensidad.
Causas de las pesadillas en los niños
Las pesadillas pueden deberse a diversas causas. Algunas causas comunes son el estrés, el miedo, la enfermedad y los traumas. Un niño puede haber experimentado algo traumático durante el día o en el pasado que le provoque pesadillas por la noche.
A menudo, estas experiencias quedan enterradas en lo más profundo de su subconsciente y pueden aflorar en forma de pesadilla durante el sueño. Los acontecimientos vitales estresantes, como el cambio de escuela, los conflictos familiares o la pérdida de un ser querido, también pueden desencadenar pesadillas en los niños.
El miedo a la oscuridad o a los monstruos bajo la cama también son causas frecuentes de pesadillas en los niños pequeños. Las enfermedades pueden provocar sueños inducidos por la fiebre que pueden dar lugar a pesadillas en algunos niños. Además, ciertos medicamentos, como los antibióticos o los medicamentos para el resfriado, pueden inducir sueños vívidos que den lugar a pesadillas durante el sueño.
Efectos de las pesadillas en los niños
Las pesadillas pueden ser una experiencia aterradora para los niños y provocar sentimientos de miedo y temor. Las pesadillas pueden tener un efecto negativo en el bienestar mental, físico y emocional del niño. Los estudios han demostrado que las pesadillas en los niños pueden provocar dificultades para dormir, falta de concentración y problemas de memoria, aumento de los niveles de ansiedad y depresión, así como problemas de comportamiento como el trastorno de hiperactividad o el trastorno negativista desafiante.
Las pesadillas también pueden hacer que los niños se sientan indefensos e inseguros, lo que les lleva a retraerse de los amigos o de las actividades que antes disfrutaban. Es importante que los padres reconozcan los signos de las pesadillas en sus hijos para que puedan buscar estrategias que les ayuden a controlar sus efectos.
Establecer una rutina regular para acostar al niño puede ayudar a reducir la frecuencia con que se producen las pesadillas. Los padres también deben asegurarse de que su hijo se siente seguro en la cama hablando con él sobre cualquier temor o preocupación que pueda tener antes de irse a dormir. Además, los padres deben intentar consolar al niño si se despierta durante la noche debido a una pesadilla, ofreciéndole apoyo y tranquilidad hasta que vuelva a dormirse.
Estrategias de afrontamiento para que los padres traten las pesadillas en los niños
Crear un ambiente tranquilo a la hora de acostarse: Crear una rutina consistente y calmante a la hora de dormir es clave para ayudar a los niños a sentirse seguros y protegidos. Esto puede incluir leer cuentos, poner música relajante o darles un baño caliente. Asegúrese de que la habitación esté en silencio y a oscuras. Mantenga los aparatos electrónicos fuera del dormitorio para que los niños puedan dormirse sin distracciones.
Validación y seguridad: Es importante validar el miedo de su hijo y asegurarle que está seguro en su propia casa. Hable con ellos sobre lo que les preocupa, pero también céntrese en cosas positivas como sus aficiones favoritas o actividades que les hagan sentir bien. Hable de estrategias para enfrentarse a los pensamientos o imágenes de miedo durante la noche, como recordar cosas felices o contar hacia atrás desde diez.
Manténgase en contacto: Por último, manténgase en contacto con su hijo durante las horas nocturnas comprobando periódicamente si parece inquieto o ha tenido una pesadilla antes de volver a dormirse. Esto puede ayudar a reconfortarlo y tranquilizarlo para que sepa que usted está ahí para apoyarlo cuando más lo necesita.
Buscar ayuda profesional
Tipos de ayuda profesional disponibles: Muchos padres no saben a quién recurrir cuando su hijo tiene pesadillas graves. Afortunadamente, hay muchos recursos profesionales disponibles para los niños con pesadillas. Los profesionales de la salud mental, como psicólogos y orientadores, pueden ofrecer terapia cognitivo-conductual y otros tratamientos para ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de las pesadillas.
Los pediatras pueden recetar medicamentos para tratar afecciones subyacentes que puedan estar contribuyendo a las pesadillas o causando ansiedad e insomnio. Los padres también deberían considerar la posibilidad de hablar con la escuela de su hijo sobre la creación de un entorno seguro para ellos en caso de que tengan pesadillas recurrentes durante el día, así como discutir técnicas como ejercicios de relajación que podrían ayudarles a hacer frente al estrés de manera más eficaz.
Importancia de la ayuda profesional: Aunque es normal que los niños tengan pesadillas ocasionales o incluso frecuentes, algunos sufren terrores nocturnos que pueden durar más de una hora y causar una angustia extrema.
En estas situaciones, es importante que los padres pidan ayuda a un profesional de la salud mental que pueda evaluar los síntomas del niño y elaborar un plan de tratamiento adecuado. Esto no sólo ayuda a que el niño reciba una atención individualizada adaptada a sus necesidades, sino que también permite a los padres estar tranquilos sabiendo que su hijo está recibiendo la atención y el apoyo adecuados para controlar la afección.
Conclusión
Los padres deben prestar atención al entorno en el que duerme su hijo, ya que un dormitorio oscuro y tranquilo puede ayudar a prevenir las pesadillas. Si un niño se queja de pesadillas, los padres deben hablar con él sobre lo que ha soñado y validar sus sentimientos. Los padres también podrían animar a los niños a hablar de sus sueños antes de acostarse, o crear un ritual positivo que les permita relajarse y sentirse seguros. Además, técnicas como dibujar o escribir en un diario pueden ayudar a procesar mejor las emociones de las pesadillas.
Es importante que los padres ofrezcan apoyo y orientación para ayudar a sus hijos a afrontar las pesadillas. Enseñar técnicas de relajación como la respiración profunda o la relajación muscular progresiva puede ayudar a reducir la frecuencia de las pesadillas entre los niños. En algunos casos, como cuando las pesadillas se vuelven extremas o lo bastante frecuentes como para interferir en las actividades de la vida diaria, puede ser necesario buscar ayuda profesional. En última instancia, tranquilizar y reconfortar es fundamental para ayudar a los niños a afrontar las pesadillas de forma saludable.