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La posición en la cual lactas a tu bebé es uno de los aspectos más importantes en la lactancia, ya que con ella se relaciona la cantidad de leche que tomara tu bebé y tambien ciertas molestias físicas que puedes sentir al usar una mala posición apra lactar.
Desde que comienza la adolescencia las glándulas mamarias se preparan, eso se experimenta con el aumento del tamaño de las mamas, del pezón y la areola.
Es así que cuando llega la lactancia que es ese maravilloso periodo de la vida donde la madre ofrece al recién nacido un alimento único e irremplazable, adecuado a las necesidades del bebé, y que ayuda a establecer también ese contacto íntimo que permite un buen desarrollo en todo lo que tiene que ver con el aspecto emocional, va a crear ese vínculo que se da entre madre e hijo es una verdadera experiencia especial y singular.
El crecimiento mamario ocurre con los cambios hormonales durante el embarazo, provocando además un aumento en los alvéolos y los conductos, estableciendo el punto de arranque y formal de la lactancia. Y el lactante es el que estimula la secreción y producción de la leche.
Ahora bien, en el momento de dar pecho al bebé es importante hacerlo lo más pronto posible, algunos expertos coinciden que incluso en la primera hora después del parto.
Casi todos los bebés suelen quedarse dormidos pasada la primera hora del parto se recomienda que el recién nacido permanezca junto a la madre así no se haya logrado dar pecho y él no muestre mucho interés por mamar pero el contacto de la piel entre ambos es esencial y definitivo.
La importancia del agarre del bebé
Amamantar es un acto natural para nosotros los humanos y para otros primates. Amamantar es un acto sociocultural, una conducta que se aprende por observación/imitación al ver a otras mujeres amamantando, y desde hace más de medio siglo en nuestro contexto social muy pocas mujeres amamantan a sus bebés en público.
Para el bebé sin embargo el agarre al pecho de su madre sí es un acto instintivo durante sus dos primeras horas de vida, sobre todo la primera, no así una vez pasado este tiempo. Por eso, la primera hora de vida de un ser humano es tan importante para un inicio e instauración correctos de la lactancia y del vínculo materno-filial.
Para que el bebé tenga una succión adecuada se necesita crear una especie de tetina con él, la cual consiste en formar aproximadamente por un tercio de pezón y dos tercios de tejido mamario. Ambos deben estar lo más cómodo posible y muy juntos entre sí, lo más conveniente es que todo el cuerpo del bebé este en pleno contacto con el de la madre
El agarre se facilita mucho más colocando al recién nacido girando hacia la mamá, con su cuerpo y cabeza en línea recta, sin que su cuello quede torcido, con la cara hacia el pecho y la nariz frente al pezón. Así, una vez esté bien colocado, la mamá comienza a estimular al bebé para que abra la boca rozando sus labios con el pezón y suavemente desplazarlo hacia el pecho. El buen agarre se da cuando el labio inferior del bebé queda muy por debajo del pezón y buena parte de la areola dentro de su boca, la cual quedará muy abierta.
Recomendaciones para un buen agarre
Igualmente acercar el bebé al pecho sin forzarlo. Un buen truco para esto, es rozar la mejilla del recién nacido con el dedo o el pezón. El instinto del niño hace que gire su cara buscando la mama. Para comenzar la lactancia, el pequeño abrirá la boca como si fuera a bostezar. Ahora, si empieza la succión del pequeño y se siente algún dolor, se interrumpe la lactancia colocando un dedo entre su boca y el pezón e intentarlo más tarde.
Es cuestión de técnica, cuando el bebé la haya aprendido se podrá observar que la lactancia se desarrolla sin ningún problema.
Busca una posicion cómoda para lactar
Entre más tranquila se encuentre mucho mejor resultará dar de mamar al pequeño. Es importante no empezar tu lactancia hasta que los dos no se encuentren cómodos.
Problemas comunes al lactar
Con frecuencia pensamos que amamantar es algo instintivo y que, por tanto, no vamos a tener ningún problema en la instauración del proceso de lactancia. Sin embargo, hay circunstancias en las que parimos y cuando intentamos ponernos al pecho a nuestro bebé, no sabemos cómo hacerlo y/o este no se engancha de ninguna manera, entonces nos preguntamos: ¿y dónde estará mi instinto?.
Una mala posición, refiriéndonos con ello tanto a la postura como al agarre del bebé, puede dar lugar a problemas importantes, aunque solucionables, como: grietas, ingurgitación, obstrucción y/o mastitis, baja producción de leche (hipogalactia), enlentecimiento ponderal del peso, irritabilidad y llanto continuo, vómitos y diarreas, etc., que pongan en peligro el amamantamiento y nos hagan padecer mucho física y psicológicamente, tanto a nosotras como a nuestro bebé.
Con frecuencia pensamos que amamantar es algo instintivo y que, por tanto, no vamos a tener ningún problema en la instauración del proceso de lactancia. Sin embargo, hay circunstancias en las que parimos y cuando intentamos ponernos al pecho a nuestro bebé, no sabemos cómo hacerlo y/o este no se engancha de ninguna manera, entonces nos preguntamos: ¿y dónde estará mi instinto?.
Una mala posición, refiriéndonos con ello tanto a la postura como al agarre del bebé, puede dar lugar a problemas importantes, aunque solucionables, como: grietas, ingurgitación, obstrucción y/o mastitis, baja producción de leche (hipogalactia), enlentecimiento ponderal del peso, irritabilidad y llanto continuo, vómitos y diarreas, etc., que pongan en peligro el amamantamiento y nos hagan padecer mucho física y psicológicamente, tanto a nosotras como a nuestro bebé.
Algunas de las dificultades que encuentran las madres primerizas es desconocer si el bebé está mamando en una buena postura. Cuando existe una mala postura se encuentran problemas como la mastitis o grietas en el pezón y el bebé quedará con hambre, con las consecuencias que ello implica.
Entre los síntomas de una mala posición se encuentra que el bebé mama demasiado fuerte, al no apretar bien con la lengua, aspira produciendo un vacío. Otro síntoma es que el bebé no suelta el pecho, él a pesar de estar mucho tiempo mamando todavía tiene hambre.
El dolor de los pezones de la mamá, el bebé al hacer fuerza durante mucho rato termina haciendo daño a la mamá. Cuando el bebé está mal posicionado no va a sacar la leche que necesita y en cambio va a terminar haciendo daño a la madre.
No es nada conveniente tampoco coger al recién nacido en brazos y darle pecho, primero porque no es nada sencillo este procedimiento y segundo porque ellos aún no sostienen la cabeza dificultando el proceso natural de mamar.
Las mejores posiciones para lactar a tu bebe
Para colocarnos a nuestro bebé al pecho es primordial que en primer lugar nos pongamos cómodas, haciendo uso de almohadas, cojines, etc., en función de la posición que en cada momento escojamos. Además, para el correcto vaciado del pecho lo ideal es que cambiemos la postura para amamantar con frecuencia. Checa estos dos opciones, te podrían ser de mucha ayuda.
Posición de “Cuna tradicional” o Posición “Clásica”.
Coloca a tu bebé con la cabeza en tu antebrazo, sujetando su espalda con tu mano, observando que su cuerpo mira hacia ti y no hacia el techo (barriga con barriga). Para facilitar la comodidad de ambos, sobre todo las primeras semanas, es recomendable que uses almohadas, cojines, etc., que te facilitarán mucho el trabajo. En esta posición sus nalgas y piernas reposan en tu regazo o en la almohada.
Posición de “Cuna invertida” o Posición “Cruzada”.
Sujeta la cabeza y la espalda de tu bebé con la mano opuesta al pecho que vas a ofrecerle. Esta postura es ideal para prematuros y bebés de tamaño pequeño; también para dar de mamar de pie o mientras caminas.
Enlaces externos sobre posiciones para lactar
- https://www.medela.es/lactancia/viaje-de-las-madres/posiciones-para-dar-el-pecho
- https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/baby/breastfeeding/Paginas/Positioning-Your-Baby-For-Breastfeeding.aspx
- https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000634.htm